La vida de Blair Jones ha sido una constante pesadilla luego de la pérdida de sus padres. Todo comienza a cambiar cuando se muda a Inglaterra por su nuevo contrato musical...
Con una nueva vida por crear, y personas nuevas por conocer, Blair asiste...
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Estaba sentada en el sofá de mi habitación de hotel, con la guitarra apoyada en mis piernas, tratando de encontrar inspiración para una nueva canción. La gira me tenía agotada, pero al menos la música siempre lograba calmarme. Entre acordes sueltos y frases a medio construir en mi libreta, sentí vibrar mi teléfono a un lado.
Sonreí, pensando que quizá sería un mensaje de Lando. Pero al tomar el teléfono, vi que no era un mensaje, sino una notificación de redes sociales. Me ganó la curiosidad y la abrí sin pensar mucho. Ahí estaban: una serie de fotos de Lando promocionado a una marca, luciendo increíble como siempre, pero lo que realmente llamó mi atención fue la última imagen.
Era él, pero no estaba solo. Había una mujer a su lado con una sonrisa que brillaba demasiado... demasiado para mi gusto.
Fruncí el ceño mientras ampliaba la foto.
¿Quién es ella?.
Intenté calmarme, diciéndome que probablemente era alguien de algún evento, tal vez una modelo o una colega de trabajo. Pero no podía ignorar esa pequeña punzada de inseguridad que se instaló en mi pecho.
—¿Qué miras?. —preguntó Lili, curiosa al ver mi expresión.
—Algo de Lando. ¿Recuerdas que te dije que estaba en Mónaco?.
—Sí, lo recuerdo. ¿Por?
Le mostré la pantalla.
—Oh. —fue lo único que salió de su boca.
—¿Tienes ideas de quién sea?.
Lili se sentó rápidamente, interesada, y comenzó a analizar la imagen.
—Mmm... no la reconozco, pero me suena su cara. Déjame buscar algo. —Sacó su teléfono, con esa mirada que decía que estaba a punto de hacer lo que mejor sabía: investigar.
—Lili, no hace falta. —Intenté sonar tranquila, aunque tenía curiosidad por saber quién era la chica.
—Claro que hace falta. Si fuera cualquier chica no estarían mencionándote en la publicación. —dijo sin apartar la vista de su teléfono.
Esa era la misma pregunta que yo me estaba haciendo. Intenté distraerme recogiendo mi guitarra y tocando algunos acordes, pero mis dedos no lograban coordinarse.
Pasaron apenas unos minutos antes de que Lili rompiera el silencio. —¡La tengo! Es Sophie Greene. Es modelo y... espera... —se detuvo, levantando la vista hacia mí con expresión seria.
—¿Qué?. —pregunté, aunque una parte de mí ya sabía que no me iba a gustar lo que estaba a punto de decir.
