La vida de Blair Jones ha sido una constante pesadilla luego de la pérdida de sus padres. Todo comienza a cambiar cuando se muda a Inglaterra por su nuevo contrato musical...
Con una nueva vida por crear, y personas nuevas por conocer, Blair asiste...
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La música resonaba en mis oídos, pero no lograba concentrarme en nada. Desde que llegamos a la fiesta, el peso de los mensajes que había recibido antes se había convertido en algo que no podía ignorar. No podía disfrutar del ambiente ni de las bromas que a veces hacía Carlos, mucho menos de la sonrisa que Lando me dedicaba cada vez que nuestros ojos se cruzaban.
Finalmente, decidí escapar por un momento. El baño era el único lugar donde podía respirar sin sentirme observada. Me excusé con los demás y caminé hacia el pasillo, intentando mantener una apariencia tranquila mientras mi mente iba a mil por hora.
Empujé la puerta del baño y entré, dejando escapar un suspiro apenas cerré detrás de mí. La sensación de estar lejos del bullicio me dio un poco de calma, pero no podía apagar el ruido interno que seguía resonando.
Me apoyé contra el lavabo, mirando mi reflejo en el espejo. Mis pensamientos volvieron a los mensajes de antes, quería ignorarlos pero era imposible.
A pesar de haber respondido, el hecho de que alguien estuviera tratando de llegar a mí de esa manera era suficiente para desestabilizarme. ¿Qué era lo que sabía? ¿Por qué insistía tanto?.
El sonido de la puerta abriéndose detrás de mí me sacó de mis pensamientos. Levanté la mirada y me giré lentamente, pude ver a una mujer alta, elegante, y algo en ella me resultó algo familiar.
—Blair, ¿verdad?. —dijo sorprendiéndome, su voz suave pero con un tono que me hizo sentir que no estaba aquí por casualidad.
—Sí... ¿nos conocemos? —respondí, tratando de sonar tranquila, aunque la incomodidad comenzaba a hacer acto de presencia.
Ella sonrió, como si hubiera estado esperando mi reacción. —Soy Sophie, me sorprende que no sepas quién soy.
El nombre me resultó familiar, pero mis pensamientos en ese momento no estaban del todo claro.
—¿Y porqué debería saber quién eres?.
Note como se inclinaba ligeramente, como si quisiera intimidarme.
Para su mala suerte, no lo logró.
—¿Lando no te ha hablado de mí? Me sorprende. Después de que nuestras fotos salieran a la luz hace un par de meses, pensé que me recordarías.
Cuando la escuché hizo que todo encajara en mi cabeza de golpe. Sophie. Mi respiración se detuvo por un segundo al recordar dónde había visto ese rostro antes. Era ella, la ex de Lando. La misma Sophie que aparecía en aquellas imágenes que habían sido tomadas en el viaje de Lando a Mónaco.
Y la causa de que me sintiera insegura conmigo misma.
—Lo siento si esas fotos se mal interpretaron. —el brillo en sus ojos me dejaba claro que sabía exactamente lo que estaba haciendo.