La vida de Blair Jones ha sido una constante pesadilla luego de la pérdida de sus padres. Todo comienza a cambiar cuando se muda a Inglaterra por su nuevo contrato musical...
Con una nueva vida por crear, y personas nuevas por conocer, Blair asiste...
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Me senté en el asiento del conductor, sintiendo como mis manos temblaban al sostener el volante. El instructor de manejo, un hombre de la mediana edad con una expresión amable, me sonrió para tranquilizarme.
—Tranquila, Señorita Jones. Solo sigue mis instrucciones y todo saldrá bien. —dijo con voz calmada.
Intenté sonreír, me he estado preparando para la prueba. Quería afrontar mi miedo al conducir, para poder obtener mi licencia.
Desde que tengo la mayoría de edad había evitado conducir por mi cuenta, cada vez que subía a un auto mi mente viajaba a el pasado a aquel fatídico día, cuando un accidente me arrebató a mis padres. Haber vivido ese momento y estar con ellos en el auto cuando sucedió, me había dejado con muchos recuerdos, terribles.
Aún sentía nervios cuando subía a un auto.
Cerré mis ojos por un momento, tratando de ahuyentar los recuerdos, pero las imágenes del auto y el sonido de los cristales rompiéndose venían a mi mente.
—Señorita Jones, ¿está lista?. —preguntó el instructor, sacándome de mis pensamientos.
Asentí, aunque mi corazón latía con fuerza. Encendí el motor y comencé a conducir lentamente. Cada cruce y cada giro me recordaba el accidente, sentía el sudor frío en mi frente y mis manos resbalaban en el volante.
—Recuerda, señorita, respira profundo y mantén la calma. —me recordó el señor a mi lado.
Respiré hondo, intentando calmarme. Sabía que debía superar este miedo si quería obtener mi licencia.
Mientras avanzaba por la ruta de la prueba, los recuerdos del accidente se mezclaban con la realidad, haciéndame dudar de cada movimiento.
De repente, un auto apareció en mi punto ciego y frene bruscamente, mi respiración estaba acelerada. El instructor me miró con preocupación.
—Lo siento, es que... —no pude terminar la frase.
—Está bien, tómate un momento. —intentó calmarme.
—Lo intentaré, otra vez.
Volví a poner las manos en el volante y continué.
Cada kilómetro recorrido era una pequeña victoria.
Traté de centrar mis pensamientos en la noche anterior. Estuve hablando con Norris, le mencioné sobre mi prueba hoy. Luego de que estuviera dedicado su tiempo libre para enseñarme a conducir, debía ser el primero en saber que tendría mi prueba para la licencia. Su alegría era notoria a través de la pantalla, también me dio algunos consejos.
Controla tus miedos y confía en todo lo que has aprendido. —recordé sus palabras.
Finalmente llegamos al final de la ruta. Estacioné el auto y apague el motor. El instructor me miró con una sonrisa.
