𝟐𝟔 | 𝖬𝖺𝗅𝖺𝗌 𝗇𝗈𝗍𝗂𝖼𝗂𝖺𝗌.

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Blair Jones

Londres, finalmente

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Londres, finalmente.

Había pasado un mes entero recorriendo diferentes países, subiéndome y bajándome de escenarios. Pero nada, absolutamente nada, se comparaba con la sensación de regresar a casa. 

La ciudad me recibió de la forma más típica: con lluvia. Las gotas resbalaban por las ventanas del taxi mientras recorríamos las calles mojadas.

—Se siente que ha pasado una eternidad desde que nos fuimos. —dijo Victoria a mi lado, mirando por la ventana. —No puedo creer que por fin estemos de vuelta.

—Ni yo. —murmuré, aunque mi mente estaba en otra parte. O mejor dicho, con alguien más. 

Lando. Después de semanas separados, finalmente nos veríamos. Mi corazón latía más rápido solo de pensar en él, en su sonrisa, en la forma en que siempre lograba hacerme sentir como si fuera la única persona en el mundo. Habíamos hablado todas las noches durante mi gira, pero ver su rostro a través de una pantalla nunca era suficiente. Lo necesitaba, de verdad, quería abrazarlo y decirle lo mucho que lo había extrañado. 

—Blair, ¿ya le avisaste a tu chico que estamos a nada de llegar?. —preguntó Lili desde el asiento de al lado, sacándome de mis pensamientos.  —Debe estar ansioso por verte.

Negué con la cabeza, sacando mi teléfono para escribirle un mensaje rápido: Estoy en camino. No puedo esperar para verte.

Pude presionar enviar antes de que el taxi diera un giro brusco, haciendo que todos nos agarráramos de lo que tuviéramos cerca. 

—¿Qué demonios?. —exclamó Lili, su tono lleno de irritación. 

El taxista murmuró una disculpa apresurada, pero su pie seguía apretando el acelerador más de lo que debería considerando las condiciones del camino. Las calles estaban empapadas, y la lluvia caía con más fuerza cada minuto. Las luces de los faroles se reflejaban en el pavimento resbaladizo, formando destellos que apenas nos dejaban ver con claridad. 

—¿Podrías bajar un poco la velocidad?. —dijo Victoria, inclinándose hacia adelante para que el conductor la escuchara. 

—Tengo experiencia, señoritas. Llegaremos en un instante. —respondió con confianza. 

Pero su experiencia no fue suficiente. 

Todo sucedió en un parpadeo. Un auto frenó bruscamente frente a nosotros, y antes de que el taxista pudiera reaccionar, el nuestro patinó en el pavimento mojado. Sentí el impacto en todo mi cuerpo, primero hacia adelante y luego hacia atrás. El sonido de los cristales romperse, y el auto girar sin parar.

 El sonido de los cristales romperse, y el auto girar sin parar

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LONDON BOY || Lando Norris.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora