En un mundo de sombras y secretos, Seungmin, un ladrón huérfano con un pasado turbulento, y Christopher Bahng, el despiadado líder de la mafia más poderosa de Corea, están destinados a enfrentarse. Seungmin y sus amigos planean el golpe perfecto: ro...
Se dirigieron hacia los vehículos, y el corazón de Christopher latía con fuerza. En su mente, las imágenes de Seungmin atrapado y sufriendo lo motivaban a seguir adelante. Tenía que hacerlo. No podía dejar que su amigo sufriera más.
El camino hacia el almacén fue silencioso. Cada uno en el coche parecía sumido en sus pensamientos, y la anticipación crecía a cada kilómetro. Cuando finalmente llegaron, Christopher se detuvo a observar el área. Era un lugar desolado, rodeado de sombras y vehículos abandonados. La mafia Choi no se andaba con rodeos, y la sensación de peligro estaba en el aire. Mientras se preparaban para salir, Christopher miró a sus amigos. Recuerden, nuestra prioridad es Seungmin. Si encontramos alguna oportunidad, debemos aprovecharla. No dejaremos que nada ni nadie se interponga en nuestro camino.
Se sintió reforzado al ver la determinación en sus rostros. Changbin, Hyunjin y Minho asintieron, y el grupo se movió hacia el almacén con cautela. Los primeros pasos eran lentos y meticulosos, y Christopher intentó centrarse en su respiración.
Al llegar a la entrada, Hyunjin se asomó para inspeccionar el lugar. Parece que hay un par de guardias. No están muy atentos, pero eso no significa que debamos bajar la guardia. -Felix y Jisung deberian estar cerca —dijo Minho, mirando a su alrededor —Si logramos hacer que se distraigan, podemos entrar sin problemas.
De repente, un susurro interrumpió su conversación. Un sonido familiar se acercaba, y pronto vieron a Félix y Jisung saliendo de las sombras.
-Llegamos -anunció Félix con una sonrisa, pero la seriedad de la situación rápidamente reemplazó su alegría. -Nos hemos infiltrado en la zona y tenemos un par de trucos bajo la manga.
-Perfecto. Necesitamos que hagas
ruido en la parte trasera del almacén -sugirió Christopher-. Eso debería atraer la atención de los guardias y darnos una ventana para entrar. Jisung asintio, su mirada brillante de emoción. -No te preocupes, sabemos cómo llamar la atención.
Después de intercambiar planes rápidos, se separaron en grupos. Christopher se quedó con Changbin, Hyunjin y Minho, mientras que Félix y Jisung se movieron hacia la parte trasera del edificio.
-¿Listos? -preguntó Christopher, mirando a sus amigos.
-Por Seungmin -respondieron al unísono.
Con un último respiro profundo, comenzaron a avanzar hacia la entrada principal. Se movieron en silencio, cada paso calculado y preciso. A medida que se acercaban a la puerta, Christopher sintió que su corazón latía con fuerza. Era el momento de actuar.
Una vez dentro, el ambiente era oscuro y polvoriento. Las sombras se alargaban y el silencio era abrumador. A lo lejos, se escuchaban murmullos y risas que provenían de la zona donde probablemente estaban los guardias.
-Debemos encontrar a Seungmin dijo Changbin en un susurro-. Si logramos llegar a él antes de que se dé cuenta, será más fácil.
Christopher asintió, y juntos se movieron hacia el interior del almacén, manteniéndose al margen de las áreas iluminadas. Cada rincón parecía esconder un peligro potencial, pero su determinación era más fuerte que el miedo.
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