Las horas pasaban lentas en la habitación oscura. La única luz provenía de una bombilla parpadeante en el techo, iluminando apenas el rostro de Seungmin, que mantenía la vista fija en el suelo. Había estado en situaciones difíciles antes, pero nunca en una tan crítica. Las manos le dolían por estar atadas tanto tiempo, pero lo que más lo inquietaba era el frío control de Bahng .
De repente, la puerta se abrió con un leve crujido, y Hyunjin apareció con una bandeja de comida. Sin decir una palabra, la colocó sobre la mesa frente a Seungmin.
—Come —ordenó, su tono cortante.
Seungmin lo miró de reojo, sin mover un solo músculo. —¿Crees que esto va a hacer que hable? —preguntó con sarcasmo.
Hyunjin ni siquiera le respondió. Simplemente se acercó más, sus ojos afilados como cuchillos, y susurró —No es una opción. No hay escapatoria esta vez.
Seungmin tragó saliva, pero no dejó que su expresión lo delatara. Sabía que estaba en un juego de poder, y la única manera de sobrevivir era manteniéndose firme. Sin embargo, una parte de él no podía evitar sentir una curiosa atracción hacia Christopher . Había algo en su control, en su calma ante el caos, que lo fascinaba.
Momentos después,Chris entró en la habitación, deteniendo la conversación silenciosa entre Seungmin y Hyunjin. La tensión aumentó al instante. Christopher se acercó despacio, su andar elegante y medido, mientras observaba a Seungmin con una mezcla de interés y sospecha.
—Tienes agallas, te diré eso —dijo Chris , cruzándose de brazos—. Pero las agallas solo te llevarán hasta cierto punto.
Seungmin sonrió con una chispa de desafío. —¿Entonces qué me recomiendas? ¿Arrodillarme y suplicar? Porque no va a pasar.
Christopher lo miró en silencio, sus ojos oscuros llenos de algo más que simple hostilidad. Había una pequeña curiosidad en su mirada, algo que Seungmin no pudo descifrar del todo. Algo cambió en la postura de Chris , que se inclinó hacia la mesa con las manos apoyadas en ella.
—No soy un monstruo —dijo suavemente—. Pero no me gusta que jueguen conmigo. Si me das un nombre, solo uno, podría ser que lleguemos a un acuerdo. Si no, tú decides qué pasa a partir de aquí.
Seungmin sabía que el tiempo se agotaba, pero no podía traicionar a Jisung y Félix. Su lealtad hacia ellos era más fuerte que cualquier temor que pudiera sentir en ese momento. Sin embargo, también sabía que si no encontraba una salida pronto, su destino estaría sellado.
—No puedo hacer eso —dijo, su voz más baja de lo que pretendía.
El silencio que siguió fue casi insoportable. Los ojos de Chris se estrecharon ligeramente, pero en lugar de mostrar enfado, simplemente suspiró.
—Pensé que dirías eso.
En ese instante, Christopher se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta, mientras Hyunjin se quedaba detrás de Seungmin, como una sombra amenazante. Pero antes de salir, se detuvo en el marco de la puerta y lo miró una vez más.
—Tienes hasta mañana para cambiar de opinión. Después de eso, no habrá más opciones.
Y con esas palabras, salió de la habitación, dejando a Seungmin sumido en sus pensamientos.
Jisung y Félix corrían a través de las calles oscuras, con el corazón latiéndoles en los oídos. Sabían que habían dejado a Seungmin atrás, pero no había otra opción. El plan había salido mal, y ahora lo único que les quedaba era idear una forma de rescatarlo.
—Tenemos que hacer algo —dijo Félix, su voz cargada de preocupación—. No podemos dejarlo ahí.
—Lo sé, lo sé —respondió Jisung, su mente trabajando a toda velocidad—. Pero no podemos enfrentarnos a Christopher de frente. Es demasiado poderoso.
—Entonces, ¿qué hacemos?
Jisung se detuvo por un momento, jadeando, y miró a Félix con seriedad. —Buscamos una salida. Hay que descubrir algo que Christopher quiera más que a Seungmin, y usarlo para negociar.
Félix asintió, aunque la duda seguía reflejada en sus ojos. Sabían que el tiempo corría en su contra y que cada segundo que pasaba podía ser crucial para el destino de su amigo.
En la habitación, la cabeza de Seungmin estaba llena de pensamientos caóticos. Su mente calculadora intentaba encontrar una manera de escapar de aquella prisión. La mirada de Chris seguía grabada en su mente, y una sensación extraña comenzaba a crecer en su interior. A pesar de todo, había algo en Bahng que lo inquietaba, que lo hacía sentir un torbellino de emociones que no podía controlar.
¿Era posible que estuviera empezando a sentir algo por ese hombre? No, eso sería una locura. Chris era su captor, el enemigo. Pero aún así... había algo en su mirada, algo en la forma en que lo trataba, que lo diferenciaba de cualquier otra persona con la que Seungmin hubiera tenido contacto.
ESTÁS LEYENDO
Beneath of Shadows |Chanmin
FanfictionEn un mundo de sombras y secretos, Seungmin, un ladrón huérfano con un pasado turbulento, y Christopher Bahng, el despiadado líder de la mafia más poderosa de Corea, están destinados a enfrentarse. Seungmin y sus amigos planean el golpe perfecto: ro...