En un mundo de sombras y secretos, Seungmin, un ladrón huérfano con un pasado turbulento, y Christopher Bahng, el despiadado líder de la mafia más poderosa de Corea, están destinados a enfrentarse. Seungmin y sus amigos planean el golpe perfecto: ro...
Christopher se puso de pie, sintiendo la tensión en el aire. Con Jisung y Seungmin a su lado, sabía que el momento había llegado para reunir a todos y preparar su defensa. Su mente ya estaba en marcha, trazando un plan que podría ser su única esperanza.
-¡Chicos! -gritó, llamando la atención de todos en la sala. Las cabezas se volvieron hacia él-. Necesitamos reunirnos todos ahora. Jisung tiene información importante sobre el padre de Soobin y su próximo movimiento.
En cuestión de minutos, el grupo se reunió. Félix,Minho, Hyunjin, Jeongin y Changbin entraron, sus rostros mostrando preocupación. Se sentaron en un círculo, listos para escuchar.
-Jisung, cuéntales lo que descubriste-dijo Christopher, su voz firme y decidida.
Jisung respiró hondo antes de hablar. -El padre de Soobin está organizando un golpe masivo. No es solo una venganza, nosotros somos el objetivo. Tiene a varios de sus hombres moviéndose por la ciudad, y planea atacar pronto. No tenemos mucho tiempo.
Los murmullos llenaron la sala mientras todos asimilaban la gravedad de la situación. Christopher se aclaró la garganta.
-No podemos quedarnos aquí y esperar a que nos ataquen. Debemos tomar la iniciativa. He estado pensando en un plan. Necesitamos dividirnos en dos equipos. Uno se quedará aquí para proteger a Seungmin y a los demás, mientras el otro se encargará de confrontar a los hombres de Soobin antes de que puedan llegar hasta nosotros.
-¿Cómo planeas hacer eso? preguntó Changbin, su ceño fruncido en preocupación.
-Lo primero es contactar a nuestros aliados. Necesitamos más manos en este asunto. Jisung, tú y Félix pueden ir a buscar a los contactos que tengan información sobre los movimientos de Soobin. Hyunjin, tú y Jeongin serán el equipo de vigilancia. Necesitamos ojos en todas partes.
-¿Y qué hay de ti? -preguntó Seungmin, mirando a Christopher con una mezcla de preocupación y admiración.
-Yo me encargaré de reunir a nuestros aliados y hacer que todos estén listos para la confrontación. Tengo algunas conexiones que pueden ser útiles. Debemos aprovechar cada recurso que tengamos -respondió Christopher, su voz llena de determinación.
Seungmin sintió un nudo en el estómago. La idea de un enfrentamiento lo asustaba, pero sabía que no había otra opción. Todos estaban en peligro, y era hora de actuar.
-¿Cuál es el plan para la confrontación? -preguntó Jeongin, su voz casi un susurro.
-Nos dividiremos en dos grupos. Un grupo se moverá hacia el este, donde sospechamos que se están concentrando. El otro se quedará aquí, en el lugar seguro. Estaré en contacto constante con ambos grupos para coordinar cualquier movimiento. Necesitamos ser rápidos y precisos -dijo Christopher, sintiendo la presión de sus decisiones.
Jisung asintió, tomando el control. Entonces, ¿cuándo nos movemos?
-Tan pronto como tengamos toda la información posible. Jisung y Félix, salgan ahora. Ustedes tienen la tarea de contactar a nuestros aliados y recopilar información sobre la ubicación de los hombres de Soobin. Hyunjin y Jeongin, mantengan la vigilancia y reporten cualquier movimiento sospechoso.
Necesitamos estén alertas -ordenó Christopher.
Mientras el equipo se dispersaba, Seungmin sintió un cosquilleo de nervios en su estómago. Se acercó a Christopher, atrapando su mirada.
-Ten cuidado, por favor. No quiero que te pase nada -dijo, su voz llena de preocupación.
Christopher sonrió débilmente, tomando la mano de Seungmin entre las suyas. -Lo prometo. Haremos todo lo posible para protegernos. No te preocupes por mí.
Con un último intercambio de miradas, Jisung y Félix salieron a la noche, listos para cumplir su misión. Christopher tomó una respiración profunda, sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros. Sabía que el tiempo era esencial.
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El padre de Soobin observaba desde la oscuridad, su mirada fría como el acero. Sus hombres estaban listos, armados hasta los dientes, y la adrenalina recorría sus venas. Había estado esperando este momento durante demasiado tiempo, y ahora era el momento de ejecutar su plan.
-¿Todo está en su lugar? -preguntó, su voz profunda y amenazante.
Uno de sus hombres asintió, un rastro de nerviosismo en su postura. -Sí, jefe. Todos los hombres están en posición. Estamos listos para atacar.
-No puedo permitir que Christopher y su grupo interfieran. Esta es nuestra oportunidad de acabar con ellos de una vez por todas. No me falles, o serás el siguiente en sufrir las consecuencias - dijo, su tono lleno de ira y desdén
Mientras se preparaban para el ataque, su mente repasaba los movimientos de Christopher. Sabía que el joven había hecho alianzas y estaba recopilando información, pero nunca imaginó que sería tan rápido. Tenía que actuar antes de que Christopher tuviera la oportunidad de contraatacar.
-Escuchen, este es el plan. Nos moveremos en silencio. Queremos que el golpe sea decisivo. Nos dirigiremos a su base principal, y una vez que lleguemos, no habrá vuelta atrás. Acabaremos con ellos antes de que tengan la oportunidad de reaccionar.
Los hombres asintieron, sintiendo la emoción del inminente conflicto. La lealtad hacia su líder era inquebrantable, y la venganza que todos deseaban era palpable en el aire.
-Listos o no, es hora de hacer que paguen por lo que han hecho. Vamos -ordenó el padre de Soobin, dando un paso al frente.
Mientras salían de su escondite, la oscuridad parecía tragárselos. El viento soplaba, llevando consigo un aire de tensión y peligro. Cada paso que daban los acercaba a su objetivo, y el padre de Soobin sabía que no había marcha atrás.
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