XVII

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Wednesday miró su móvil por quinta vez en el día, esperando algún mensaje de Enid, pero nada había llegado luego de que le enviara un "no iré a clases hoy, me surgió un imprevisto", y eso le estaba asustando un poco si era honesta. Tampoco contestó a sus llamadas dadas en la mañana, y no entendía un poco el motivo de su repentina desaparición.

Al salir de la facultad se encontró con Eugene esperándola, y lo miró con el ceño fruncido.

-No debería estar haciendo esto, Wednesday, así que vas a deberme algo -le dijo a modo de saludo, sonriendo con esa típica sonrisa de conejo que por alguna razón volvía locos a un montón de chicos.

-¿Qué quieres, Gene? -murmuró Wednesday mirando su móvil otra vez.

-Estaba hablando con Xavier en la mañana cuando lo llamaron...

-¿Qué mierda estabas haciendo con ese alce en la mañana? -Ottinger se quedó en silencio, entrecerrando sus ojos -. ¿Sabes que ese chico tiene novio, Eugene?

-Si te metes en mi relación con Xavier y me sigues regañando, no te pienso decir nada -replicó tranquilo.

Wednesday soltó un resoplido, negando con la cabeza, pero diciéndole que continuara.

-Enid lo estaba llamando-siguió-. Y Xavier enseguida se puso en modo preocupado. No sé qué le estaba diciendo Nini, ya sabes, pero Xavy le preguntaba "¿ella está bien?, ¿no quieres que vaya?", y cosas como el estilo -Wednesday arrugó el ceño levemente. -Cuando cortó y le pregunté qué pasaba, Xavy me dijo que Enid estaba en el hospital, pero enseguida pareció darse cuenta de que no tuvo que decirme eso porque me hizo prometer que no te lo diría -ahora apretó su mandíbula-. Si te lo preguntan, yo no te dije nada, y si me acusas, le diré a todo el mundo que tienes un pijama de Badtz-maru con el que duermes cuando estás deprimida.

La rubia parpadeó, incrédula, mientras Eugene sonreía otra vez y se marchaba silbando tranquilamente, casi saltando.

Sin embargo, las palabras de su amigo resonaron en su cabeza, por lo que sacó el móvil volviendo a marcar el número de Enid, esperando que respondiera. Por supuesto, no lo hizo, y el hecho de que Enid le estuviera escondiendo cosas hacía que algo desagradable se instalara en su estómago.

¿No eran, después de todo, novias?

Bueno, novias falsas, amigas con derecho, casi-novias. Daba lo mismo. Eran algo. A Wednesday le gustaba Enid y era obvio que a Enid le gustaba Wednesday, ¿cierto?

¿O lo que habían hecho días atrás, todo eso, era por el contrato?

¿Enid acaso estaba actuando? ¿Por eso había cosas que no le decía?

Apretó su mano en un puño, sacando otra vez su móvil, con un pensamiento desagradable en su cabeza.

Se metió a internet, y sin saber por qué, ingresó el nombre de la página donde su mamá había sacado a Enid. Sus dedos estaban temblando, y luego de varios intentos, logró ingresarlo correctamente.

Aunque, claro, la página no existía.

No había ningún resultado para el nombre de la página de la que su mamá tanto había hablado.

Y si no existía esa página, entonces, ¿de dónde había salido Enid?

Y si no existía esa página, entonces, ¿de dónde había salido Enid?

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