XXII

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-Mamá, ¿tú sabías que la hermana mayor de Enid tiene cáncer?

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-Mamá, ¿tú sabías que la hermana mayor de Enid tiene cáncer?

Su mamá se atragantó con el café que estaba tomando a la hora del desayuno, sorprendida ante la pregunta de Wednesday, para luego mirarla de forma incrédula.

Pero a Wednesday la engañaba: había aprendido a leer las emociones de su progenitora con facilidad después de que su padre muriera y quedaran solas.

Así que podía ver la mentira en la expresión de su madre, el repentino desconcierto y miedo que la delataba.

-¿Su hermana? -su mamá terminó de tomar el café de golpe, evitando mirarla -. No, claro que no.

Wednesday entrecerró los ojos.

-La otra vez le preguntaste cómo estaba -se inclinó un poco sobre la mesa-. Mamá, no soy idiota-bajó un poco la voz-. ¿Conocías de antes a Enid?

Su mamá abrió la boca, ofendida.

-¿Qué quieres decir con eso, Wednesday?

-Quiero decir que esa maldita página de inter…

-¡Yujuuuuuuuuuuuuu….!

Enidentró a la cocina, sonriente hasta que notó el ambiente tenso entre la familia. Se removió, incómoda, mirando para todos lados.

-Uhm, yo quería...

-Nos vamos -Wednesday agarró su mochila, dirigiéndole una mirada de advertencia a su mamá. -Conversaremos después.

Tomó la mano de Enid y la arrastró hacia fuera, quien apenas tuvo tiempo de hacerle un gesto de despedida a la mujer. Se dejó llevar por Wednesday, aunque podía notar el agarre apretado sobre su mano, mas no dijo nada hasta que estuvieron en la calle y empezaron a caminar.

-¿Pasa algo, gatito? -preguntó Enid preocupada.

-No-relajó su agarre un poco antes de pasar su brazo sobre la cintura de Enid-. No es nada, bebé.

No iba a preguntarle sobre aquella horrible duda que la carcomía por dentro, que no le dejaba dormir por las noches. No podía simplemente detenerse a interrogar a Enid, no cuando estaba preocupada por el estado de su hermana, cada vez peor.

A veces, hasta creía que tampoco quería saber la respuesta. ¿Y si no le gustaba?

-Estás muy cariñosa -comentó Enid de pronto, besándole la mejilla.

-¿Quieres que no lo sea? -preguntó Jen estoica.

-Está bien así -la abrazó, sonriendo-. Te quiero mucho, Wednesday.

-Mhn.

Enid trató de no darle importancia mientras seguían caminando en silencio.

Su móvil sonó en señal de que había llegado un mensaje, y Wednesday revisó, notando que era de Divina.

-Mierda -murmuró con pesadez.

-¿Qué pasa? -preguntó Enid.

Wednesday mordió su labio inferior, molesta.

-Divina me acaba de avisar que al parecer Ajax y Xavier terminaron -gruñó con una mueca de desagrado-. No tiene detalles, pero incluye a cierto chico hiperactivo y de dientes de conejo que las dos conocemos.

-¿Qué? -Enid se detuvo. -Ajax y Xavier no pueden terminar, ellos no... ¡Iban a cumplir los dos años de pareja!

-Nini, cálmate - pidió -. No nos podemos meter entre ellos, no es asunto nuestro.

-¡Es Ajax! -Enid pateó el suelo con rabia. ¡A Ajax le gusta Xavier desde que tenía quince años!

-Nini-murmuró Wednesday suavemente-, A veces las cosas son así. A veces el amor se acaba y no se puede hacer algo para evitarlo.

Enid la miró en silencio unos segundos.

-Yo nunca dejaría de quererte, Wedns - le dijo sonriendo tristemente.

Nunca dejaría de quererte, aunque eso fuera mi perdición.

Nunca dejaría de quererte, aunque eso fuera mi perdición

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