Wednesday Addams odia las cosas del amor, y sobre todo, las novias. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan amargada, así que decide "alquilar" a una chica con una preciosa sonrisa, Enid Sinclair, para que sea la...
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-¿Qué estás buscando específicamente, Wednesday? -preguntó Divina con expresión irritada.
-Un regalo -murmuró observando una vitrina.
-Oh, gracias, no me lo había imaginado -Divina bufó, rodando los ojos.- ¿Para quién, Wedns?
La rubia suspiró, negando con la cabeza.
-Para Nini, me invitó a almorzar con su familia el veinticuatro, y sé que no me dijo que debía llevarle un regalo, pero aun así quiero...
-Wednesday.
Se giró a mirar a su amiga, que le dirigía una mirada extraña, para luego arrugar un poco el entrecejo.
-¿Cuándo le dirás a Enid que te vas? -le preguntó finalmente, comenzando a caminar otra vez.
Wednesday acarició su nuca sin mirar a los ojos a Divina, fijándose en todas las vitrinas del centro comercial en el que estaban, sin encontrar algo que le agradara totalmente para regalarle a Enid.
-Pronto-masculló como si nada.
Pero para Watson esa respuesta no fue suficiente, que volvió a tomarla del brazo para detenerla.
-Necesito una fecha -Divina dejó salir un bufido-. No te lo he dicho porque no quiero alterarte, pero Yoko está un poco inquieta por esto, y sé que también Ajax, Eugene y Xavier se están conteniendo para no contarle a Enid...
-No tienen por qué meterse -dijo Wednesday groseramente-. Esto es entre Enid y yo, así que por favor, te agradecería si les dices que no se inmiscuyan entre nosotras - Divina seguía mirándola, por lo que volvió a suspirar-. Le diré en navidad, ¿contenta?
-Sí.
Siguieron caminando sin decir algo más, el ambiente un poco tenso entre ellas, y Wednesday se detuvo ante una joyería, viendo con ojos curiosos la vitrina.
Al parecer ya había encontrado su regalo.
-¡AL FIN!
Pero tendría que buscarlo en otro momento, porque en ese instante se encontraron con Yoko y Enid.
「* * *」
-¡No se te ocurra abandonarme esta noche, Wednesday Addams! -gritó su mamá cuando iba saliendo de casa.
-¡Ya sé, ya sé, no te pongas histérica!
-¡¿A quién le dices histérica, mocosa de diablo...?!
Antes de recibir la chancla que su mamá le lanzó, cerró la puerta de la entrada y se apuró en alejarse de allí porque conocía muy bien a su madre como para saber que era capaz de perseguirla por cuadras sólo para golpearla.
Rodó los ojos, comenzando a caminar hacia la casa de Enid, y soltó un bufido al notar el frío colándose por entre sus ropas. Si no quisiera tanto a la chica, de seguro se habría quedado hecha una bola entre sus mantas para luego cenar con su madre en pijama e irse a dormir otra vez.
Enid, tienes que saber que te quiero, pero... pero me ofrecieron una beca fuera del país y la acepté porque es una gran oportunidad para mí.
No, eso sonaba demasiado frío.
Hey, Nini, me vi en la obligación de aceptar una beca para estudiar en Reino Unido, pero eso no significa que no te quiera, es más, si me esperas un año...
Demasiado... esperanzador.
Oye, Enid, soy una asesina serial y resulta que me encontraron. Para que no me capturen voy a tener que huir a Reino Unido, pero sé que nuestro amor es tan fuerte que nos volveremos a reencontrar en cinco años más, cuando todo esté mejor.
Sí, claro, como si Enid fuera a creerle eso.
Antes de darse cuenta, ya estaba frente a la casa de la Pelirosa, y decidiendo que lo mejor sería dejar que todo fluya, tocó la puerta.
Olivia abrió, quien borró su sonrisa al ver Wednesday .
-Hola, Liv, ¿cómo estás? -preguntó tratando de verse simpática y amable.
-¡ENID, TU NOVIA LA AMARGADA ESTÁ AFUERA! -gritó Olivia hacia dentro para luego sonreírse con maldad-. Anda, pasa, te estábamos esperando.
¿Por qué sentía que eso fue como una sentencia de muerte?
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