VII

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-Realmente eres como una niña pequeña, gatito.

-Mhn.

Enid, a su lado, soltó un suspiro mientras salían del edificio donde Wednesday tenía sus clases.

-¿Qué llevas en la cajita? -preguntó Wednesday pronto, sin saber si lo correcto era o no era tomarle la mano, ya que eran, bueno, novias.

Enid enarcó una ceja, quitando la tapa del envase y revelando unos lindos cupcakes con forma de flores y decorados con distintos tipos de crema.

Wednesday humedeció sus labios y extendió una mano, pero Enid la manoteó.

-Los vendo, no los regalo -regañó la rubia sonriendo. -Son ocho dolares.

-¡Pero soy tu novia! -se quejó.

-Entonces son doce dolares.

-¡Cachetitos!

-Dame cinco, gatito.

Wednesday crispó sus hombros cuando apareció Xavier de pronto, con esa estúpida sonrisa que ponía hacia Enid, pareciendo una maldita rata de alcantarilla.

Estaba pensando seriamente en llamar a control de plagas para que se hicieran cargo de ese pequeño problema.

-¿Qué haces aquí, Xavy? -preguntó Enid, tendiéndole el envase mientras su amigo sacaba los billetes.

-Bueno, aproveché el tiempo libre mientras espero a Ajax para buscar a tu anciana novia y hablar con ella -respondio Xavier, echando sus cupcakes a una bolsa de papel.

Sí, definitivamente llamaría para que se deshicieran de esa rata inmunda.

-¿Hablar de qué? -preguntó Enid frunciendo el ceño, viéndose totalmente adorable en opinión de Wednesday.

-Cosas de gente grande-respondió Xavier- Así que anda a darte una vuelta por el estacionamiento, esos cupcakes no se venderán solos.

Enid las miró con una expresión confundida a las dos, pero al ver que Wednesday no reclamaba ante las palabras de su amiga, se encogió de hombros y le dijo que la buscara después en el estacionamiento.
Apenas Enid desapareció, Wednesday contempló a Xavier fríamente.

-¿Entonces?

-No sé a qué está jugando Enid -dijo Xavier sin rastro de amistad en su rostro -. Y estoy segura de que hay algo que no me está diciendo. Nunca había hablado antes de ti, así que de un día para otro apareciera con alguien que es su novia, me dice que me está ocultando unas cosas -Thorpe dio un paso tratando de lucir amenazante. -Aun así, no me voy a entrometer en ello. Sin embargo, si le haces daño, si veo a Enid llorar por tu culpa, te haré miserable, Wednesday Addams, y nadie podrá...

-¡Venaditooooooooo!

El serio pero rata de la cara de alce fue interrumpido cuando un chico mas pequeño y delgado, con el cabello teñido de rosado, apareció de pronto lanzándose a los brazos de Xavier. Él aludida lo tomó de la cintura con clara sorpresa para luego mirarlo con cariño.

-¿Cómo estás, Ajax? -le preguntó antes de darle un pequeño beso en los labios.

-Ugh, tuve un mal día, dame amor -se quejó el recién llegada. Unos segundos después, se giró hacia Wednesday, mirándolo de pies a cabeza, y humedeció sus labios.-. ¿Quién es esta chica tan guapa, venadito?

-¿Guapa? -escupió Xavier-. No la puedes encontrar guapa, tiene cara de anciana.

-Habló la cara de alce -soltó Wednesday, y le guiñó el ojo al muchacho de cabello rosado, haciéndolo soltar una risa baja.

-¡No puedes coquetearle a mi novio! -grito Xavier, agarrando posesivamente a Ajax por la cintura.
-¡Eres la novia de Enid!

-¡¿Nini tiene novia?! -chilló Ajax.

-Es una larga historia.

-¿Y quién te golpeó en la cara, bebé? -Ajax le tocó la mejilla herida a Xavier.

-Una anciana -respondió Wednesday sonriendo burlonamente.

Xavier masculló algo por lo bajo.

-Suficiente por hoy, nos vamos -gruñó la rubia girándose sin decir otra cosa.

-¡Adiós, señora con cara de grumpy cat! -se despidió Ajax, sin dejar de sonreír aunque soltó un chillido cuando, frente a todo el mundo, Xavier le dio un agarrón en el culo.

Wednesday soltó un suspiro, cansada, y negó con la cabeza tratando de no pensar demasiado las cosas. Suficientemente se había complicado su vida esos últimos días para agregarle otro problema.

Lo único que debía hacer era llevar una convivencia sana con Enid, y cuando llegó al estacionamiento y la bonita chica le dio de comer un cupcake, supo que quizás todo sería más agradable de lo que realmente había creído.


Lo único que debía hacer era llevar una convivencia sana con Enid, y cuando llegó al estacionamiento y la bonita chica le dio de comer un cupcake, supo que quizás todo sería más agradable de lo que realmente había creído

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