Wednesday no sabía por qué, pero cuando salió de su primera clase del día, lo único que podía pensar era en la bonita carita de Enid.
Sacudió su cabeza, fastidiado, mientras saludaba a Eugene con los labios fruncidos.
Su amigo pareció notar enseguida que algo no iba bien porque la miró con una ceja enarcada, pero Wednesday no tenía ganas de decirle algo, no ahora.
¿Cómo le iba a contar que su mamá le estaba pagando a una chica para que fuera su novia? Eso no solo sonaba irreal, sino también estúpido y desquiciado. En pocas palabras, lo que su madre había hecho era una tontería del porte de un buque, y no sólo eso, porque también se sentía algo humillante. Es decir, ¿su mamá consiguiéndole novia al verla incapaz de que lo hiciera por sí misma? Qué vergüenza más grande.
Yoko apareció de pronto de la mano de su novia Divina, y al notar lo irritada que se veía ella la miraron con curiosidad, queriendo saber qué ocurría. Sin embargo, Eugene se encogió de hombros diciéndole de esa forma que tampoco tenía idea de algo.
Y, por supuesto, ahora que Wednesday conocía a Enid y sabía qué estudiaban en la misma universidad, encontrársela resultaba inevitable.
Más inevitable aún gracias a que Enid tenía una risa tan escandalosa, una presencia tan brillante, que hacía que todo el mundo le mirara. Se había dado cuenta de eso desde el primer momento en que le sonrió.
Así que, al salir al exterior a tomar un poco de aire, se la encontró abrazada a un castaño con cara de paloma (no, de murciélago, mejor dicho, pensó con odio), ambos debajo de un árbol, como si estuvieran en un momento íntimo entre los dos.
Como si fueran novios.
La sangre de Wednesday hirvió por completo, pero no tenía claro por qué.
Enid soltó una risa por algo que había dicho el cara de rata, y acto seguido se recostaron sobre el césped, sin dejar de abrazarse el uno al otro.
-Wedns ¿A quién quieres matar ahora? -preguntó Eugene irrumpiendo sus pensamientos que incluía un cuchillo y veneno para matar plagas.
-Si les dijera que tengo novia, ¿cómo reaccionarían? -murmuró sin dejar de mirar a la pareja, que hablaban en voz baja y observándose en todo momento.
Yoko escupió el agua que estaba tomando sobre el pobre de Divina, que chilló por el asco mientras Euegene se ahogaba con su saliva.
-¡Lo siento, lo siento, princesa! -dijo Yoko buscando un pañuelo en su bolsillo mientras su novia la miraba con odio mal disimulado. - ¿De qué mierda estás hablando, emo?
Wednesday fulminó con la mirada a Yoko, que se encogió en su lugar debido a que estaba rodeada por una novia que quería matarla y un amiga que parecía una psicópata.
-Eres asquerosa, Yoko-dijo Divina, quitándole el pañuelo-. Bueno, si Wedns quiere una novia, bien por ella, a ver si le quita esa cara de amargada que tiene.
Ahora los ojos de Wednesday se movieron hacia la castaña, que la miró con desafío.
La de cabello negro soltó un resoplido para luego ponerse de pie, alejándose.
Los tres amigos observaron el momento en el que Wednesday se acercaba a paso furioso a dos chicos que estaban abrazados bajo un árbol, y una de ellos la miró con sorpresa antes de sonreír y exclamar "¡gatito!". Sin embargo, su sonrisa se transformó en un grito cuando Wednesday agarró al otro muchacho y lo lanzó lejos. Atónitos, siguieron viendo a su amiga tomar a la muchacha con cara de conejito por el cuello de la sudadera, arrastrándola hacia ellos, y sentarla a su lado a pesar de sus protestas.
-Ella es Enid-dijo rechinando sus dientes-. Y es mi novia.
Yoko volvió a escupir sobre Divina.
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Novia de Alquiler
RomanceWednesday Addams odia las cosas del amor, y sobre todo, las novias. Su madre desea que tenga una pareja para que así sea feliz y deje de ser tan amargada, así que decide "alquilar" a una chica con una preciosa sonrisa, Enid Sinclair, para que sea la...