Nueva Rutina

76 15 0
                                    


Los días fueron pasando; Freddy y Gustabo se habían evitado a toda costa y cuando se veían mantenían las distancias entre sí. Los chicos no sabían muy bien como actuar, Gustabo era su amigo y Freddy un importante aliado y, para Luis, un amigo. Intentaban mantenerlos separados para evitarles sentir incómodos pero les resultaba muy complicado. Ninguno de los dos daba su brazo a torcer, ninguno quería hablar del tema y si alguien lo sacaba recibía un grito o una mala cara.

Gustabo conectó el modo automático en su cabeza, era su manera de no pensar y actuar de la forma más indiferente posible ante los demás; pero para los que lo conocían bien sabían que esa actitud despreocupada escondía mucho más detrás. También empezó a tener más viajes de trabajo, dejaba a sus amigos a cargo de todo y desaparecía durante días excusándose en los negocios. Freddy se refugio por completo en el trabajo, ver a su rubio le hacía querer correr hacia el; pero su actitud indiferente y que escondía sus ojos tras unas gafas cada que el aparecía le hacían dar un paso hacia atrás. Era consciente de que aquel día se dejó llevar por la ira, no soportaba las mentiras y de el le había dolido como nunca, pero también se dio cuenta que no fue la mejor manera de afrontar el problema. Gustabo estaba muy seguro de todo; sabía que no había actuado bien, pero Freddy era el más indicado para entender por que lo había hecho así, no tenía opción; le había dejado diferentes pistas, le explicó todo y le habó incluso de su negocio, pero el moreno no lo había escuchado y le apartó de su vida sin más.

Sus reuniones por el negocio de Freddy eran cortas; Gustabo le entregaba mercancía y Freddy le entregaba su parte del dinero, apenas se dirigían la palabra el uno al otro. En las carreras dejaron de encontrarse, Freddy acudía sí; pero Gustabo se inclinó por las de motos, a las que Bo ya había dado inicio para darle una pequeña alegría a su amigo. Freddy estaba enterado de ello, había estado tentado a acudir a alguna para verle aunque fuera de lejos, pero finalmente siempre se echaba atrás.

La ciudad se estaba poniendo más difícil para todo; Conway se había propuesto tener controlada la ciudad. Por ese motivo, los controles se habían intensificado y las mejores zonas para la venta de droga estaban muy controladas, por lo que el territorio se reducía y eso daba lugar a problemas con otras bandas. Gracias a Isidoro y sus contactos, supieron que Conway había dado orden de detención contra Gustabo y Freddy y todos tenían orden de avisarle cuando esto pasara; esto les hizo trabajar a ambos de una manera más clandestina y confiando en su gente para no dar lugar a sospechas.

-Muchacho, tenemos que hablar.

-Dime Abuelo ¿ocurre algo?

-No quería pedirte esto, no quiero ponerte en un compromiso. Pero se que conoces gente y tienes contactos.

-¿Qué necesitas?

-Armas, las cosas se ponen difíciles Gustabo y mis chicos necesitan protegerse.

-No hay problema ¿cuantas necesitas? esta misma noche puedo conseguírtelas.

- Tres, para los chicos y para mí. También deberías darle una a ... bueno, ya sabes.

-Las tendrás esta noche, no te preocupes por el dinero. Si Freddy quiere una pistola que me la pida, él sabe que puedo conseguirla igual que vosotros.

Aquella misma noche, Gustabo le entregó al Abuelo 4 pistolas y balas suficientes. El Abuelo no dijo nada, pero al día siguiente llamo a Freddy para entregarle lo que el rubio le había dado para él. El Abuelo conocía lo suficiente a Gustabo como para saber que no hablar, pero también sabia que Gustabo estaba preparando todo para huir de aquella ciudad dejando todo de lado. Era lo suficiente buen observador como para darse cuenta de que a pesar de que ambos se evitaban, se buscaban pero los dos eran demasiado orgullosos para dar su brazo a torcer.

Doble CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora