El Abuelo

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Llegaron a una casa en la zona de los suburbios, tenía un garaje bien equipado. Dan le indicó a Freddy que lo siguiera y este, con cautela fue tras el a la segunda planta. Allí le esperaban Luis, Oliver, el chino que tan mal le caía al moreno y otro hombre que no conocía.

-Buena jugada mofetelo y glasias por la ayuda.

-De nada, a ver si ahora dejas de tocarme los huevos.

-Cleo que ya es hora de que sepas quien soy - Este se quito la máscara que llevaba y le sonrió ampliamente- Mi nomble e Bo

-¿Cómo?

-Perdón Freddy, Bo es desconfiado, por lo que quiso ponerte a prueba antes de que lo conocieras. Quítate la máscara, aquí todos somos de confianza.

Freddy sonrió levemente negando con la cabeza. El maldito chino era su jefe y nunca se le pasó por la cabeza que pudiera ser él. Se quitó la máscara y observó a Dan, que permanecía detrás de Bo sin quitarse su máscara, su mirada azul nuevamente traspasaba sus muros por lo que rápidamente dejó de mirarlo.

-¿Y este pavo?

-¿Yo? soy de confianza pero no del taller. Todo llega.

-Freddy, estamos aquí para hablar contigo. Sabemos quien eres, yo confío en ti pero ellos tienen dudas y no puedo negar que algo de razón tienen.

-Y hacen bien. ¿que queréis de mi?

-Eles un ex-mafioso. Estas acostumblado a tenel el contlol, ese es el ploblema.

-Y quiero el control, pero no estoy a disposición de lograr nada a día de hoy.

-Ese sigue siendo el problema, ganas poder gracias a nosotros ¿y luego que?

-Mira neno, yo no traiciono a quien me ayuda. Luis, tu confiaste en mí y por tanto para mi eres intocable a no ser que me la quieras pegar. Si sabéis tanto de mí, deberíais saber eso

- Y pol eso estamos aquí. Dan, explícale.

-Ellos tienen su mercado y no lo vas a tocar. Pero nosotros podemos darte algo a cambio.

-Explícate pavo.

-Va a llegar una droga nueva, no nos interesa. Pero podemos dártela a ti y serias independiente. Un aliado pero independiente.

- ¿Y dónde está la trampa? No vais a darme el monopolio de algo por que sí. No me toméis por tonto.

-Primero y mírame cuando te hablo; trabajarás con el Abuelo. Así sabremos como trabajas, si podemos fiarnos y harás contactos de nuevo. Pero si el Abuelo no te da el visto bueno.... no te daremos nada y nos buscamos a otro.

-Me parece un buen trato, ¿y quien es ese abuelo?

-Soy yo muchacho. A partir de ahora, yo soy tu jefe. Harás lo que yo te pida sin rechistar. Y si te pilla la poli

-No se quien sois.

-Esa es la actitud muchacho. Ven, voy a enseñarte un poco como van las cosas a partir de ahora.

Luis, Bo y Oliver se quedaron en el salón conversando. Freddy siguió al Abuelo, seguido muy de cerca por Dan que no le quitaba ojo. Freddy notaba su intensa mirada sobre si mismo, por algún motivo eso le ponía nervioso. El Abuelo se dedicaba a blanquear dinero a través de un negocio legal que poseía y a la plantación y la venta de marihuana. Desde el día siguiente, Freddy sería un lacayo más de este. Transportaría dinero, plantaría y vendería marihuana. Literalmente sería un lacayo del Abuelo, si todo salía bien estos le pondrían en bandeja su propio negocio, por lo que, una vez más no tenía más remedio que aceptar. Rogelio era su primera opción para trabajar y estaba seguro de que juntos lograrían mas contactos.

-Chicos, ya le he explicado todo.

-Una cosa mas Fleddy. Si a mi abuelo le pasa algo, plepalate pol que voy a acabal contigo ¿entendido?

- Perfectamente.

-Dan, llévate al mofetelo de aquí. Tengo asuntos que tlatal con Luisito.

Freddy siguió al de ojos azules con algo de pesar, la verdad es que una parte de el quería librarse de esa mirada que traspasaba su ser. Marcó en el gps del coche la dirección de su apartamento, no era necesario dar otra ubicación ya que tras esa reunión le había quedado claro que lo tenían más que controlado. El viaje fue silencioso, el de ojos azules se mantenía serio y autoritario. Freddy por su lado, pensaba en lo ocurrido en aquella reunión. Una vez en su apartamento, Freddy salió del coche seguido por Dan; el moreno no miró atrás, solo siguió su camino, no quería volver a mirar esos ojos una vez más. Dan le acompañó en silencio hasta la mismísima puerta de su apartamento, entró sin preguntar y se sentó en el sofá. Dejó un paquete sobre la mesa y lo miró atentamente.

-Bien, mañana tienes que sacar esto al mercado.

- Sigo lo que tu me dices o lo que me dice el Abuelo pavo.

-Solo esta vez, lo que yo diga. No quiero saber nada de drogas. Tienes hasta tu entrada a trabajar para sacarlo todo, búscate la vida en como hacerlo.

El de ojos azules ya se había levantado y estaba en la puerta del apartamento para abandonar el lugar. Freddy lo siguió después de guardar lo que le había entregado en un cajón. Cuando Dan estaba a punto de irse se dio la vuelta y le dio una gran sonrisa al moreno

-Por cierto, gracias por lo del otro día.

-Con lo de hoy estamos a la par pavo.

-Y una cosa más

Dan se acercó rápidamente a Freddy , no le dió tiempo a reaccionar cuando el de ojos azules ya le había plantado un beso sin darle espacio a nada. El beso de aquel hombre era ansioso, con hambre. El moreno tardó en reaccionar pero cuando lo hizo fue haciendo algo completamente sorprendente, correspondió el beso con el mismo fervor del otro, tomándolo por la cintura para acercarlo a si mismo. En medio del beso, Dan sonrió y se apartó para volver a sonreír y susurrarle al oído

-No hay nada que me guste más que un buen piloto Trucazo.

Freddy se quedó inmóvil y observó como Dan se fue del apartamento. Se pegó una ducha y pasó la noche pensando en todo lo que ocurrió en un solo día. Pero no fue lo ocurrido en la reunión en lo que pensó, sino en Gustabo y en aquel Dan. Ambos le atraían como el sol a un a polilla. Dan era autoritario, serio y sus ojos lo hipnotizaban aún sin mirarlo directamente. Gustabo era desenfadado, atractivo, manipulador y le daba un toque de aire fresco a su vida. Las imágenes de lo ocurrido con los dos hombres aquel día le acecharon durante toda la noche, tenía que apartarse de ellos porque esto solo iba a traerle problemas. Tarde o temprano todo podía saberse y el sería quien pague los platos rotos; primero porque no estaría actuando bien y segundo, porque ellos actuaban como una familia y el era prescindible. Fue por eso que decidió que desde el día siguiente, se dedicaría a solo trabajar hasta poder ser más independiente pero ¿que harían los otros dos ante su distanciamiento? Por algún motivo, le molestaba alejarse de Gustabo, pero la atracción física que Dan le hacía demostrar era algo que no creía poder dominar.

Doble CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora