La diana

77 17 0
                                    

Gracias a la medicación, Gustabo se quedó dormido rápidamente. Pasó la noche plácidamente sin notar que el moreno estaba a su lado con su mano en la suya. Al amanecer, el efecto de la medicación pasó, por lo que el dolor hizo que se despertara poco a poco, la mirada del moreno sobre él le hizo abrir los ojos con una sonrisa. Freddy por su parte, había pasado la noche sin dormir vigilando cada movimiento de Gustabo, una vez que este despertó lo abrazó y le beso, dejando atrás la tensión que dejó de tener noticias de el en la carrera del día anterior.

-¿Cómo te encuentras Rubia?

-Dolorido. ¿Qué pasó?

-Una rueda se pinchó neno, te dije que tenías que cambiarlas. Te estrellaste con un poste y perdiste el conocimiento, unos chicos te vieron y te trajeron al hospital.

Gustabo sabía perfectamente porque el moreno le decía aquello. Lo último que recordaba eran disparos así que seguramente tendrían visita si el hospital daba aviso de su accidente. Freddy llamó a los chicos para avisarles del estado de Gustabo, pero como recibiría el alta ese mismo día no irían a verlo. Poco tiempo después, el medico entró en la habitación para hablarle a Gustabo de sus heridas y los cuidados que iba a requerir. Tendría que acudir a su médico para llevar un control y guardar reposo por sus costillas durante unos días. Se estaban preparando para irse cuando recibieron la visita que habían esperado.

-Vaya Gustabín, te veo un poco jodido

-Hola Conway ¿qué haces aquí?

-Verás, ayer hubo una carrera ilegal. Abrieron fuego a la policía, los muy inútiles chocaron y justamente me llega el aviso de un herido por accidente de tráfico.

-¿Y a mi que me importa?

-Mira pavo, pinchó una rueda y chocó. Se llamó a la policía ya debiste ver el informe.

-¿Vosotros dos vivís pegados como siameses eh? Cada vez que hay un puto problema aparecéis los dos.

-¿Y a ti que cojones te importa pavo?

-Si que te cambió la cárcel Trucazo. Yo se todo lo que pasa en esta ciudad, este ya viene así de serie pero no esperaba que tu fueras un maricón.

-Viejo, me estás tocando mucho los cojones. No me busques porque me encuentras.

-¿Eso es una amenaza?

-No, es la constatación de un echo pavo. ¿Me entiendes o no?

-Ya está bien, suficiente. Mira viejo, no se de que narices me estás hablando. No tengo nada que ver. Estoy seguro de que esa panda de inútiles que trabaja contigo te ha entregado un informe así que ya te puedes largar de aquí. Si quieres una declaración mía, llámame a declarar como marca la ley.

-¿La ley? me estás hinchando los cojones Gustabín. Los dos sabemos que tú estabas allí y seguramente también este novio tuyo.

-¿Tienes pruebas contra mí? Repito, llámame a declarar como procede. No tienes nada para poder detenerme. Si lo haces otra denuncia más, es que te hundo en demandas viejo de mierda.

-Voy a estar encima de vosotros dos ¿me oís? No soy ningún idiota y se que estáis metidos en mierda hasta el culo.

-¿Quieres una denuncia por acoso Conway? No te tengo miedo.

-Os vais a cagar, los dos. Os voy a pillar y me lo vais a pagar caro.

-Muy bien, denuncia por acoso y amenazas espérala en los próximos días.

Doble CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora