Explicaciones

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Freddy se despidió de Gustabo y tomó rumbo a la casa del Abuelo donde también le esperaba Bo. Le habían dicho que la gran reunión era esa noche, por eso no pudo cancelarla tras la vuelta de Gustabo. Si todo salía como esperaban, el tendría su propio negocio y dejaría el taller para dedicarse a ello todo el tiempo.

Durante el camino de ida al lugar de la reunión, el Abuelo advirtió a Freddy sobre el carácter de Toni; era un engreído y ansiaba tener poder. Si podía manejar eso no tendría problemas para quedarse con el negocio; estaba demasiado cerca para poder cagarla ahora, por lo que preparó toda su paciencia y sus dotes de convicción sobre la mesa aquella noche. "Trucazo, serás tu el que vuelva a mi" por algún motivo esa frase se repetía en su cabeza desde hacía días, la sospecha comenzó desde el momento en que no vio a Dan en la carrera con Bo, pero no lograba atar los cabos que le hacían sentir así.

 La reunión fue tal y como el Abuelo le dijo, Toni era un engreído y no tenía ningún temor de decir lo que quería; le recordaba un poco a él mismo cuando hacía años controlaba la ciudad. Dan permanecía callado detrás de el, armado con una pistola, era extraño no verlo junto a Bo, ambos se observaban descaradamente durante toda la reunión y la actitud siempre autoritaria y fría de Dan cambiaba a medida que pasaban los minutos. Toni puso como condición trabajar con el de ojos azules hasta que el moreno se ganara su confianza, eso le ponía nervioso, se temía a si mismo cuando estaba junto a él pero no podía negarse a ello si quería tener el negocio para sí.

-Yo pongo la mía, pero no a ti sino al lacayo de Bo.

-No estás en posición de poner condiciones, pero que Dan decida.

-Me da igual, aquí todos estamos dando la cara. No trabajaré con alguien que no la da.

-Me parece justo, ¿que dices Dan?

-Pienso lo mismo, pero no aquí. Hablaremos en privado

-No me gustan estos juegos Dan, eres el único aquí con máscara. No habrá trato si no te la quitas. Ni en privado ni hostias.

Dan observó a Freddy, una sonrisa triste salió de sus labios justo antes de quitar su vista de el para mirar a Toni. Entonces lo vio; unas llamas amarillas y rojas sobresalían tatuadas en el cuello de Dan. Gustabo, el era quien trabajaría como intermediario. Gustabo era Dan y le había mentido todo el tiempo. El de ojos azules se había puesto frente a el vio el miedo en su mirada; dejó de mirarle unos segundos y su rubio dio la cara ante el. La ira invadió entonces el cuerpo de Freddy, pero no lo demostró ante los que allí estaban. Pensó sus palabras antes de hablar para largarse de allí, necesitaba estar solo, necesitaba respirar.

-Rubia.

-Trucazo.

-Muy bien, trabajaré contigo como intermediario, durante un tiempo. Pero nada más, se acabaron las mentiras y las tonterías aquí.

-Freddy, espera.

-No, se terminó la reunión. Toni, trabajaré con Gustabo como querías, ¿algo más?

-Por mi nada más.

Freddy dio media vuelta, no sin mirar a Gustabo con ira y decepción; se sintió completamente traicionado, debía salir de allí si no quería cometer una locura en ese mismo momento. Condujo su coche a toda velocidad sin rumbo fijo, hasta terminar en el faro; donde unos días atrás había sido tan feliz.

Subió a la parte más alta, se quedó mirando a la nada y trató de controlar su respiración; estaba a punto de hiperventilar y no podía perder el control. A su cabeza llegaron los recuerdos de años atrás, cuando su mafia fue traicionada y arrinconada. Gustabo le había traicionado, le mintió en su cara y había jugado con el para lograr sus objetivos.

Doble CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora