Viejos amigos

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Gustabo estaba en su despacho esperando la visita de su viejo amigo, había avisado a su secretaria de dejarlo pasar sin avisarle. Trataba de pensar como lograría sacarle información sin que fuese muy evidente para el contrario y tampoco peligroso, ya que no quería que el viejo tomara represalias contra el.

A la hora fijada llamaron a la puerta y Gordon entró en su despacho. Alto, moreno y tatuado; había cambiado mucho físicamente. Años atrás el era de los pocos de la malla que mantenía una cierta familiaridad. Le había visto en su regreso y habían cruzado palabras pero Gustabo siempre mantenía una distancia con su pasado. Le dolía recordar aquellos años y creía que manteniéndose lejos de esa gente podría dejar a un lado su dolor.

-Hola Gus

-¡Gordon! pasa hombre, no te quedes en la puerta.

-Me sorprendió tu llamada, siempre me das largas cuando te encuentro por la ciudad.

-Bueno, ¿ya tocaba no? Siento no poder salir por ahí, pero tengo bastante trabajo la verdad.

-No te preocupes. Si Conway se entera de que estoy aquí...

-Maldito viejo, que le den. Digo yo que puedes hablarte con quien quieras ¿no?

-Me enseñó unos archivos hace unas semanas.... sobre ti.

-¿Sobre mi?

-¿Es cierto? ¿Traicionaste a la policía?

-Conway me traicionó a mi, yo solo busqué una salida.

-¿Que te traicionó?

-Nos dejó vendidos en medio de un operativo, mi compañero murió y me dijo que había sido por mi culpa y que me buscara la vida desde entonces. Ellos era lo único que conocía y que me quedaba aquí.

-No me creo que Conway hiciera eso.

-Claro es más fácil pensar que yo soy una rata ¿qué haces aquí entonces?

-Quería escuchar tu versión.

-Pues ya la tienes ¿te quedas o te vas?

Gordon sonrió y se sentó frente a Gustabo, hablaron distendidamente sobre el pasado en común en la comisaría, contando anécdotas. Gustabo mantenía su fachada perfecta de indiferencia para no mostrar nada al que tenía en frente. Si bien al principio parecían ambos un poco tensos, con el paso de los minutos la charla se fue haciendo poco a poco más distendida. Gustabo notó como su antiguo compañero le observaba, había cierto brillo en sus ojos y le apartaba la mirada cuando esté le miraba a los ojos; ese era uno de sus talentos, de la manera más banal los engatusaba y los llevaba hacia donde el quería, a Gordon parecía atraerle además, por lo que se le hizo muy sencillo ir desviando la conversación poco a poco hasta el punto al que el quería llegar.

- Ya veo que nada ha cambiado por allí. Cuídate bien las espaldas Gordon, por experiencia te lo digo.

-Me va bien, no puedo quejarme. ¿Sabes? Me acordé de ti el otro día, ahora hay otro encapuchado por la comisaría.

-¿Cómo?

-Si, viene de vez en cuando y se reúne con Conway. No trabaja como hacíais vosotros pero en cuanto lo vi me recordó aquellos tiempos.

-Como le gusta al viejo poner a la gente en riesgo, no lo entiendo. Andará con drogas o vete tu a saber.

-Por lo que sé, que no es mucho. Está buscando información de la mafia de las armas pero no encuentra nada. Sea quien sea cubre muy bien su rastro.

Doble CaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora