12.

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Ahora los fines de semana me emocionarían aún más, de alguna manera me hacía sentir feliz saber que Akadia tendría que hablar conmigo y así poderle entregar el dinero. Caminaba entusiasmado entre los estudiantes que, literalmente, corrían hacia la entrada de la escuela para largarse a sus casas, buscaba con la mirada a Akadia, pero no la encontraba entre tanta gente. Cuando estuve fuera, pude ver a Jake hablando con su equipo de fútbol americano, ya que desde el inicio del semestre él se había inscrito con los de último año, era bastante bueno para los deportes, especialmente si son extremos. Algunos me empujaban con sus hombros, algunos me sonreían y yo les respondía, luego alguien me tomó de la muñeca y me jaló fuerte hacia adentro, no podía ver quien era hasta que distinguí el cabello dorado oscuro en la tela negra de su vestido.

—Bien, ya estoy aquí. —Dijo cruzándose de brazos. Estábamos justo en frente del cuarto de intendencia, por lo tanto, la tomé de la muñeca y la metí ahí, luego cerré la puerta y la aseguré. —¿Por qué lo haces? Alguien pudo haber visto. —Susurró.

—Tu hermano me amenazó hace unos días, me dijo que si te hacía daño o me interponía en tus planes, me mataría. —Dije de inmediato.

—¿Qué? —Sus mejillas se sonrojaron. —No lo hará, no te preocupes. —Negó con la cabeza, sonando cansada.

—No me preocupa en realidad, si te lo digo es porque quiero que sepas qué pasó entre tu hermano y yo. —Frunció el ceño levemente, luego rió. —¿Qué? —También reí, pero no tanto como ella lo estaba haciendo. Nunca la había escuchado reír...era hermosa.

—Quiero que sepas qué pasó entre tu hermano y yo. —Dijo imitando mi voz, o más bien, haciéndola sonar de varón. Rodé los ojos y negué con la cabeza.

—De acuerdo, sí, sé que eso sonó raro. —Me recargué en la puerta y me crucé de brazos. —Y si fuera mujer, por supuesto que me acostaría con tu hermano, es divino. —Hice como si me estuviera viendo la manicura imaginaria, volvió a reír fuerte.

La miré detenidamente mientras yo reía, nunca la había visto en un ataque de risa, es más, con trabajo la veo sonreír en el día. Su risa era como la de cualquier chica de dieciséis, pero ella reía diferente en mis oídos, de veían tan bonita pero nada femenina al hacerlo: se inclinaba un poco con las rodillas separadas y reía, casi metiendo su cara entre las piernas...era sexy, la verdad.

—Bien, ya, no es para tanto. —Dije cuando me aburrí un poco.

—Para ti no. —Se enderezó y se quitó el cabello de la cara, luego tosió, calmando sus risas. —Pero ya, de acuerdo, ya me calmé. —Suspiró y exhaló un par de veces, se aclaró la garganta y me miró, sus manos estaban en sus caderas.

—Bien. —Dije cuando terminó de prepararse. —No quiero que lo rechaces, una vez que lo toques, es tuyo. —Le dije serio, ya que esto era 101% serio.

—De acuerdo. —Balbuceó.  

Saqué de mi billetera setenta dólares y los extendi hacia ella sin chistar, ella miró los billetes, luego me miró a mí. Extendió la mano, pude notar que estaba temblando, sin embargo, tomó el dinero y lo observó por unos segundos, yo solo me quedé callado.

—Gracias. —Susurró.

—De nada. —Le respondí.

A pesar de tener el cabello cubriéndole casi toda la cara, alcancé a ver que su rostro se enrojecía, eso no significaba algo bueno, lo presentía. Volvió a mirarme, me sonrió...pero luego comenzó a llorar, esta vez diferente a la primera vez que la vi llorando de verdad. Se tiró al piso, sentándose sobre sus pantorrillas y cubriéndose la cara, había dejado el dinero en el suelo lejos de ella. Sollozoba fuerte, y lo mejor que sentí que podía hacer era inclinarme a su lado y abrazarla. Quería que supiera que no solo la apoyaba económicamente, sino también como un amigo, al final del día eso éramos por los pocos ratos que pasábamos juntos, aunque ella no quisiera reconocerlo, Akadia quería ser mi amiga.

—Tranquila, por favor. —Le susurré mientras le acariciaba el cabello.

—No me quiero aprovechar de ti, mucho menos quiero que te sientas obligado. —Sollozó. —No merezco lo que haces por mí, no lo merezco y lo sabes, pero aún así haces lo que quieres. —Dijo fuerte.

—Tranquila. —Susurré mientras seguía acariciándola. —Pero tienes razón, no mereces esto. —Dije. —Mereces más. —La miré.

—Claro que no. —Una lágrima más cayó por su mejilla, la dejé correr.

—Claro que sí, Akadia. —La tomé de las manos. —Tú has sacado adelante a tu madre los últimos años, has arriesgado tu vida solo para que ella pueda estar bien, también te beneficias a ti, pero lo que realmente te importa es otra persona y no solo tú. Es por eso que hago esto, porque lo mereces. —Dije. —Te admiro muchísimo, nunca digas que no mereces algo cuando en serio mereces más. —Volví a abrazarla. 

Ella ha ayudado a su madre, y a ella misma los últimos años, quizá es mi turno de hacerlo por ella. Esto que estoy haciendo no lo siento como deber u obligación, lo hago porque quiero ayudarlas, quiero que sepan que no todo está perdido...quiero que Akadia sea feliz.

***

—Gracias, no sabes cuánto significa esto para mí. —Su voz aún seguía ronca, pero casualmente no había ruido en las afueras de la escuela, lo que me permitía escucharla.

—De nada. —Le sonreí, ella lo hizo de vuelta.

Ya eran casi las cuatro y Kyle no aparecía, él ahora la venía a buscar ya que había vuelto, pero el problema era que nunca era puntual. Pero a Akadia ya no le importaría más el tiempo, si se le hacía tarde o no.

—Allá viene. —Dijo haciendo puntillas.

—Ya era hora. —Dije mirando la camioneta negra acercándose.

—Quizá estaba dormido, o cogiendo con alguna chica de la cuadra. —Alzó los hombros.

La camioneta se estacionó justo enfrente de nosotros, mientras Akadia subía, Kyle y yo hacíamos contacto visual. Yo creo que si fuera posible, los rayos láser que nuestras miradas dispararían ya nos hubiera matado. La puerta del copiloto se cerró y Kyle rompió el contacto, Akadia me miró.

—Gracias, Ethan. —Repitió, solo asentí.

El coche volvió a arrancar y siguió su curso, luego comencé a caminar a casa mientras me ponía los auriculares.

★★★

Gracias por sus votos y comentarios, aún falta pero pronto llegaremos a las 1000 leídas :') gracias, en serio se los agradezco con el alma ❤ *foto de Grayson para que se mojen, jeje ocno, las amo*

satyr «e.d.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora