14.

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Las vacaciones estaban a la vuelta de la esquina, pronto dejaríamos de ser chicos de segundo año y seríamos los mayores, los de primero nos lamerian los pies y darían todo su dinero si se lo pedíamos. Pero ni Jake ni yo éramos así, solo si teníamos la necesidad, como alguna fritura o refresco. La campana sonó dándole fin a la clase de matemáticas y al día de escuela, Jake y yo fuimos los últimos en salir del aula, pero antes de salir completamente, el señor Smith me llamó. Mierda, ¿ahora qué? Jake me miró, rodé los ojos.

-¿Quieres que te espere? -Me preguntó, pero pude leer en su cara que ya quería irse.

-Ve a casa, mañana te cuento lo que me dijo el viejo. -Asintió y lo despedí con el típico apretón de manos.

Caminé pesadamente hacia el escritorio del profesor, quien todavía escribía algunas cosas en su libreta de apuntes, estuve esperando durante casi cinco minutos para que dijera algo.

-Dolan, estás perdido con mi materia. -Dijo quitándose las gafas.

-Oh, no me diga eso. -Dije con las bolas en la garganta. No podía reprobar.

-Pero te diré una cosa muy importante. -Me miró. -Aún no puedo superar lo que hiciste por Paul, realmente fue algo inspirador, ¿eh? -Me sonrió, pero yo no podía hacerlo, si reprobaba esta vez tendría que tomar clase con él el siguiente año junto con los nuevos chicos de segundo.

-Oh, gracias. -Dije dudoso, no sabía a qué venía esto.

-He llegado a la conclusión de que tal vez debería darte una oportunidad para que pases mi materia. -Volvió a sonreír, y a pesar de esto, tampoco le sonreí de vuelta.

-¿Qué?

-Tendrás solo una oportunidad para pasar mi materia. -Sonrió de oreja a oreja. -Si tienes treinta aciertos de cuarenta en el examen final, te paso. -Abrí los ojos como platos.

-¿Treinta de cuarenta?

-¿O prefieres treinta y cinco? -Levantó una ceja

-No, treinta está bien.

Sabía que no había una oportunidad que fuera fácil con él, no era la primera vez que me daba una oportunidad, pero sí de este tipo. Le agradecí y salí lentamente del aula. ¿Cómo mierda podría pasar el examen si no sabía ni una mierda de matemáticas? Bueno, sí sabía sumar y restar, pero sacar probabilidad y grados eran mi martirio, entre otras cosas. Entonces la realidad me golpeó cuando vi su cabellera castaña pasar rápidamente ante mis ojos, corrí hacia ella.

-Akadia, no te vayas. -Dije cuando la alcancé.

-Oh, tengo que irme, Kyle vendrá por mí. -Volteó sin dejar de trotar.

-Espera, solo tomará un segundo. -La tomé de la muñeca, la miré.

-Esto es más de un segundo. -Sonrió, reí por lo bajo.

-Lo siento. -La solté.

-¿Qué pasa? Vi que nunca saliste del aula. -Caminó, esta vez conmigo a su lado.

-Es justamente de eso que quiero hablarte. -Levantó las cejas.

-No me digas que tuviste sexo con Smith. -Fruncí el ceño.

-Claro, como no he tenido sexo en mucho tiempo el señor Smith fue mi único escape. -Levanté una ceja y sonreí orgulloso, ella rió fuerte...por primera vez reía por una de mis bromas, me sentí realizado al escucharla reír.

-Ew. -Dijo entre risas.

-Obvio no. -La miré reír. -Lo que pasa es que el señor Smith me reprobará si no paso el examen con treinta aciertos. -Levantó las cejas pero siguió riendo.

Comencé a reír y sonreír tontamente al verla en ese ataque, la verdad es que no fue para tanto lo que había dicho, pero al parecer para ella sí lo fue. Seguí mirándola mientras reía, era placentero escucharla y verla de tal manera, creo que nunca la había visto reír así, y me di cuenta que me gustaría seguir haciéndola reír.

-Ya. -Suspiró. -Listo, ya me calmé. -Exhaló. -¿Treinta aciertos? Necesitas un milagro, Ethan. -Palmeó mi hombro. -Ni yo saco treinta aciertos. -Cerré los ojos con fuerza, mi única posibilidad de pasar esta estúpida materia me había traicionado.

-Mierda, Akadia, de verdad necesito aprender de matemáticas. -Dije con algo de desesperación, me pasé las manos por el cabello.

-Tranquilo. -Miró la carretera. -Puedo ayudarte, pero no te garantizo que pases el examen con los treinta puntos, eso ya es tu responsabilidad. -Alzó ligeramente los hombros.

-¿De verdad me ayudarás? -Dije entusiasmado, asintió.

-Es lo menos que puedo hacer por ti. -Susurró, sus mejillas se tornaron rosadas.

Me sentía bastante agradecido, así que la abracé por la cintura, no quera que se sintiera incomoda así que no pegué mucho mi cuerpo al de ella, pero era un abrazo. La escuché sonreír, luego de varios segundos, me abrazó de vuelta, pero ella había cortado la distancia que yo había puesto, pude sentir el calor y el perfume de su cuerpo en mi nariz, la suavidad de su cabello bajo mis manos. Involuntariamente cerré los ojos durante un rato, luego ella se separó y me sonrió, poniendo su cabello detrás de su oreja.

-Gracias. -Le sonreí.

Quise tomar su mano, pero en ese momento una camioneta café, o más bien oxidada, estacionó frente de nosotros. Ella se volteó completamente para ver la camioneta, pude ver que era Kyle, él me sonrió y movió la cabeza como si preguntara qué pasaba.

-Eh, tengo que irme, Ethan, mañana hablamos de eso, ¿sí? -Me susurró, yo asenti.

-Gracias, de verdad. -Le tomé la mano disimuladamente, ella miró la unión de nuestras manos y se ruborizó.

-Ya te dije que es lo menos que puedo hacer por ti. -Me susurró de nuevo.

-Akadia, ¿ya? -El grito de Kyle la hizo saltar un poco, frunci un poco el ceño.

-Tengo que irme. -Me sonrió y se soltó de mí, incluso eso me pareció un poco doloroso.

-Adiós, Ethan. -Me dijo Kyle cuando Akadia se subió al auto.

Vi el auto irse, tan siquiera me hubieran llevado, ¿no? Sonreí internamente, nunca había tenido tanto contacto con Akadia como hoy, quería sonreír por siempre, eso me despertaba ella. Puse mi música y caminé hasta mi casa.

★★★

La respuesta a este intento de fanfic horny que escribí es realmente algo que no esperaba :') en serio muchísimas gracias por sus votos y comentarios ❤

satyr «e.d.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora