Capítulo 30: Reflexiones del Mono Azul

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Perspectiva de Huggy Wuggy

Desde que me asignaron la tarea de cuidar a los niños en el Playcare, he estado sintiendo algo... diferente. Es un tipo de rareza que no había experimentado antes, pero no es desagradable. Cada vez que un niño me pedía ayuda con un rompecabezas, que los empujara en el columpio, o incluso que les diera un abrazo, lo hacía sin pensarlo demasiado. Pero lo que realmente me desconcertó fue lo que los niños me decían después.

"Este es el Huggy Wuggy que queremos ver, el que sonríe y es feliz," me decían algunos, sonriendo mientras se aferraban a mis piernas.

¿Sonriente? ¿Feliz? Esas palabras resonaban en mi mente una y otra vez. Comencé a cuestionarme si simplemente obedecer órdenes era todo lo que había en mi existencia. ¿Era eso todo lo que sabía hacer?

Los científicos siempre decían que Catnap era el experimento perfecto, y que me superaba por mucho. Al principio, no entendía por qué lo decían. Yo obedecía cada orden que me daban sin vacilar, no importaba lo absurda que fuera.

Pero conforme pasaban los días en el Playcare, empecé a verlo con más claridad. Catnap no solo obedecía órdenes, él cuidaba de los niños de manera natural. Los hacía dormir, los tranquilizaba cuando estaban asustados, y lo hacía todo con una calma que me era ajena. Catnap también interactuaba con los otros Smiling Critters, compartiendo ideas, consejos y opiniones, algo que yo nunca había considerado hacer.

Yo solo obedecía. Esa idea comenzó a pesar en mi mente. Obedecía sin pensar, sin cuestionar, sin involucrarme realmente en lo que hacía. Y de alguna manera, eso me hacía sentir... incompleto.

Mientras empujaba a un niño en un columpio, no pude evitar pensar en todo esto. Miré a Catnap, que estaba al otro lado del patio, calmando a un grupo de niños que parecían estar en medio de una pequeña pelea. Lo hacía con tal destreza que parecía natural, sin esfuerzo.

Perspectiva de Catnap

Observaba a Huggy desde lejos mientras calmaba a los niños. El pobre Huggy, tan atrapado en su propia idea de obediencia que no podía ver más allá de las órdenes que le daban. Pero ahora, algo en él parecía estar cambiando. Los niños lo estaban ayudando a ver que hay más en la vida que solo seguir órdenes.

Me acerqué a él después de que terminara con los niños en el columpio. Noté su expresión, un poco perdida, como si estuviera sumido en sus propios pensamientos.

"¿Cómo te sientes, Huggy?" le pregunté, intentando no sonar demasiado invasivo.

"Raro," respondió después de un momento, su voz era más baja de lo habitual. Se giró para mirarme, sus ojos grandes reflejaban una confusión que rara vez había visto en él. "Pero no es un mal raro... Es como si hubiera más cosas que hacer, más cosas que sentir, además de obedecer."

Asentí, entendiendo lo que quería decir. "Obedecer es importante, Huggy, pero no lo es todo. Ser perfecto no significa simplemente seguir órdenes; significa también saber cuándo tomar la iniciativa, cuándo ayudar a los demás, y cuándo pedir ayuda. Catnap lo hace porque ha aprendido a ser más que solo un experimento."

Huggy me miró fijamente, como si procesara lo que le decía.

Perspectiva de Bobby BearHug

Desde un poco más lejos, observaba cómo Catnap y Huggy Wuggy hablaban. Era un momento importante para Huggy, un paso que necesitaba dar para entender lo que realmente significa ser más que un simple seguidor de órdenes.

Poppy, que estaba cerca de mí, también observaba la interacción. "Catnap es bueno en esto," dijo, sonriendo. "Sabe cómo llegar a los demás, incluso a Huggy."

Asentí, satisfecho de ver cómo se desarrollaban las cosas. Catnap había demostrado una vez más por qué era considerado el mejor. No solo hacía su trabajo, sino que también ayudaba a los demás a mejorar, incluso a aquellos que pensaban que no lo necesitaban.

"Mira cómo lo está guiando," comenté, señalando hacia donde estaban. "Huggy necesitaba esto, necesitaba darse cuenta de que hay más en la vida que solo obedecer."

Poppy asintió. "Quizás después de esto, Huggy comenzará a entender que tiene un papel más importante en el Playcare, uno que no se limita a seguir órdenes."

Perspectiva de Huggy Wuggy

Las palabras de Catnap resonaron en mi mente. Quizás tenía razón. Tal vez había más en mí que simplemente obedecer. Quizás podía ser más, aprender a ser como Catnap, a cuidar, a guiar, a ser parte de algo más grande.

Ese pensamiento me asustaba, pero también me emocionaba. Por primera vez, sentí que podría ser más que solo un experimento, que podría ser... completo.

Y así, mientras los días pasaban en el Playcare, empecé a intentar cosas nuevas, a involucrarme más con los niños, a interactuar más con los otros Smiling Critters. No fue fácil al principio, pero con cada pequeño paso, sentía que me acercaba más a ser como ellos.

Quizás, pensé mientras ayudaba a un niño a construir una torre de bloques, obedecer no era lo único que podía hacer.

La oportunidad de ¡CATNAP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora