Capítulo 28: El Orgullo y la Desesperación

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Perspectiva de Mommy Long Legs

Los días pasaban en el Playcare, y todo seguía su curso normal. Los niños continuaban aprendiendo y jugando con los Smiling Critters, mientras Catnap, siempre silencioso pero observador, se aseguraba de que todo estuviera en orden. No es que esperara menos de él; su papel como líder de los Smiling Critters era esencial, y lo hacía a la perfección. Sin embargo, lo que realmente me sorprendió fue nuestro nuevo "invitado".

Huggy Wuggy. Siempre obediente, siempre dispuesto a seguir órdenes sin cuestionar. No era un juguete con el que yo tuviera mucha interacción antes de esto, pero su presencia aquí me parecía... peculiar, por decir lo menos. Aquí estaba, un experimento que había sido diseñado para obedecer, para cumplir su papel sin rechistar, ahora en el Playcare, donde se suponía que debía aprender algo más que simplemente seguir órdenes. ¿Pero podría realmente un ser tan orgulloso aprender algo nuevo?

Incluso Poppy, que descansaba en mi hombro mientras observábamos a Huggy, compartía mis dudas. Ella, siendo una muñeca con una inteligencia afilada, siempre había notado cuando alguien no estaba aprovechando su verdadero potencial. Y Huggy, a pesar de ser tan popular y efectivo en su papel, tenía un orgullo que lo hacía resistirse a cualquier cambio.

"Parece que el gran oso azul no es tan diferente a una estatua," comenté en voz baja, observando cómo los niños se acercaban a él. Le jalaban de los pies, o patas... lo que sea que Huggy tuviera. Y él, como siempre, permanecía rígido, inmóvil, como si cualquier muestra de emoción o interacción estuviera fuera de su alcance.

Poppy soltó un suspiro. "Es una pena, Mommy. Huggy es más inteligente de lo que deja ver, pero su orgullo lo tiene atrapado. Si tan solo pudiera dejar eso de lado..."

Asentí, sabiendo que tenía razón. Aunque Huggy Wuggy era popular entre los niños, y era eficiente en su trabajo, había algo triste en verlo aquí, en el Playcare, donde todo se trataba de adaptarse y aprender nuevas formas de interactuar con los pequeños. ¿Podría Huggy realmente cambiar? ¿O estaba condenado a ser una mera sombra de lo que podría ser?

"Me pregunto," continué, más para mí misma que para Poppy, "¿qué estará pensando el mono azul? ¿Será que alguna vez se dará cuenta de que hay más en la vida que solo seguir órdenes?"

Poppy se acomodó en mi hombro, mirando con curiosidad. "Eso depende de él, Mommy. Depende de si está dispuesto a abrirse y ver más allá de su programación."

Perspectiva de Huggy Wuggy

¡ME QUIERO MORIR!

(Nota: no hombre otro que piensa que esta en el infierno XD)

Ese fue el primer pensamiento que atravesó mi mente mientras estaba rodeado de niños en el Playcare. Este lugar era un infierno disfrazado de un paraíso infantil. No entendía cómo alguien podía pensar que enviarme aquí era una buena idea. ¡Yo era Huggy Wuggy! ¡El experimento 1170! ¡El más leal, el más obediente! Y ahora me encontraba aquí, en este maldito Playcare, rodeado de niños que me jalaban de los pies y gritaban a mi alrededor como si yo fuera algún tipo de juguete inanimado.

No podía moverme. No podía mostrar debilidad. ¡No podía fallar! Si lo hacía, eso significaría que no era tan perfecto como siempre me habían dicho. Y no podía permitir eso. Mis órdenes eran claras: seguir las instrucciones, hacer lo que se me decía, y no cuestionar.

Pero aquí... aquí no había instrucciones claras. Los Smiling Critters, especialmente esa maldita araña rosa, Mommy, intentaban interactuar conmigo, intentaban hacerme "aprender". Pero yo no necesitaba aprender nada nuevo. ¡Yo ya era perfecto! Entonces, ¿por qué demonios me enviaron aquí?

Los niños seguían trepando sobre mí, riendo y llamándome por nombres que no entendía. Sus risas me taladraban los oídos, y cada toque me hacía querer gritar. ¡Pero no podía! Tenía que mantenerme firme, mostrar que era capaz, que podía soportar cualquier cosa que me lanzaran.

"¡Por favor, alguien de los altos mandos, sáquenme de este sitio!" grité internamente, sabiendo que nadie me escucharía.

Al mismo tiempo, veía a los otros experimentos en el Playcare, todos aparentemente felices y adaptados a su entorno. ¿Cómo podían estar tan tranquilos? ¿Tan relajados? Mommy, con esa sonrisa serpenteante, parecía disfrutar cada momento aquí. Catnap, siempre en silencio, observaba todo como si tuviera un control absoluto. Y yo... yo me sentía atrapado, como si mi propio orgullo fuera una prisión.

Pero no podía dejar que eso me derrotara. Yo era Huggy Wuggy, el más leal, el más obediente. ¡No podía fallar ahora!

La oportunidad de ¡CATNAP!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora