Perspectiva de Baba
Cuando Touille apareció con aquel transmisor, mi primera reacción fue pensar: Esto será un dolor de cabeza monumental. Y no me equivoqué. Desde el momento en que lo trajo, supe que este asunto era más grande de lo que esperábamos.
Aún así, decidí mantenerlo en secreto. Ni Catnap, ni los Smiling Critters, ni siquiera Mommy Long Legs, Poppy, Boxy Boo con su bufanda de cuadros rojos y blancos, Huggy Wuggy, ni Lía tenían idea de lo que estábamos manejando. Lo último que necesitábamos era un pánico generalizado en el Playcare, y, sinceramente, creía que nosotros, los Nightmare Critters, podíamos resolver esto por nuestra cuenta.
El problema era que la situación se estaba saliendo de control.
La cacería nocturna
Aquella noche nos dividimos en grupos para buscar más transmisores en el Playcare. No esperaba encontrar muchos más, pero cuando revisamos a fondo Home Sweet Home, descubrimos 29 transmisores adicionales. Sí, veintinueve. Y eso solo en una parte del lugar.
—¿Quién demonios tiene tanto tiempo libre como para poner todo esto aquí? —gruñó Simon, revisando uno de los dispositivos mientras Touille y Poe vigilaban.
—¿Tal vez un fanático de los chismes? —sugirió Poe, mientras desenchufaba otro transmisor.
—O un loco que tiene una obsesión enfermiza con nosotros —dije, dejando caer una caja llena de transmisores sobre la mesa improvisada que habíamos armado en nuestro escondite.
Cuando llegamos a la escuela del Playcare, las cosas solo empeoraron. Encontramos 30 transmisores más, escondidos en escritorios, debajo de las sillas, y hasta en las luces del techo. Cada descubrimiento hacía que el nudo en mi estómago se apretara más. Simon trataba de mantenerse calmado, pero pude notar la tensión en su mandíbula.
Finalmente, en la oficina del consejero, encontramos 40 transmisores más.
Rabie Baby fue la primera en explotar:
—¡¿Cuarenta?! ¡Esto es una jodida broma, ¿verdad?!—Cállate, Rabie —espeté, frotándome las sienes—. Gritar no va a resolver nada.
—Oh, claro, porque todo este asunto es súper normal —dijo ella, cruzándose de brazos—. ¿Qué será lo siguiente? ¿Una cámara oculta en el baño?
Maggie Mako, que hasta ese momento había estado en silencio, nos miró con una expresión seria.
—Baba, ¿cuántos transmisores hemos encontrado en total?Hice un rápido conteo mental mientras miraba las cajas llenas de dispositivos.
—Más de 99.Hubo un silencio absoluto por unos segundos. Incluso Rabie Baby se quedó callada, lo cual era un milagro en sí mismo.
Finalmente, Maggie rompió el silencio con una pregunta directa:
—¿Puedo destruirlos?
Todos volteamos a verla. Había un brillo peligroso en sus ojos, el tipo de mirada que decía que estaba lista para hacer pedazos algo... o a alguien.
—¿Qué? —preguntó Maggie, encogiéndose de hombros—. Si no sabemos quién los puso, es mejor que no puedan escucharnos.
Consideré su propuesta por un momento. Tenía razón. No habíamos encontrado ni una sola pista sobre quién podría estar detrás de esto, y mantener los transmisores intactos solo aumentaba el riesgo de que alguien más los usara contra nosotros.
—Destrúyelos —dije finalmente, asintiendo con la cabeza.
El brillo en los ojos de Maggie se intensificó. Sin perder tiempo, tomó uno de los transmisores y lo aplastó entre sus mandíbulas. El crujido metálico hizo que Touille retrocediera un paso.
—¡Por todos los cielos, mujer, avisa antes de hacer eso! —exclamó, llevándose una mano al pecho.
—Relájate, cobarde —dijo Maggie, masticando los restos del transmisor como si fueran chicle.
Rabie Baby soltó una risa burlona.
—Eres un desastre, Touille.Mientras tanto, Maggie continuó destrozando los dispositivos uno por uno. Los aplastaba con sus mandíbulas, los lanzaba contra las paredes, e incluso usaba su cola para golpear algunos con una fuerza brutal.
Poe, sentado en una esquina, observaba la escena con una mezcla de asombro y diversión.
—Bueno, si alguna vez necesitamos un triturador de basura, ya sabemos a quién llamar.—Cállate, Poe —gruñó Maggie, lanzándole los restos de un transmisor, los cuales aterrizaron a pocos centímetros de sus pies.
—¡Hey! ¡No ensucies mi espacio personal! —protestó Poe, fingiendo indignación.
—¿Espacio personal? Estás literalmente sentado en el suelo como un hongo —se burló Rabie Baby.
Después de casi una hora, todos los transmisores estaban completamente destruidos. Mientras recogíamos los restos para deshacernos de ellos, no pude evitar sentir un leve alivio. Al menos habíamos eliminado el riesgo inmediato.
Pero sabía que esto no había terminado. Alguien había puesto esos transmisores, y quienquiera que fuera, no iba a detenerse tan fácilmente.
—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Simon, mirándome con seriedad.
Respiré hondo antes de responder.
—Nos mantendremos alerta. Si vuelven a aparecer transmisores o cualquier otra cosa extraña, lo manejaremos. Pero por ahora, actuaremos como si nada hubiera pasado.Los demás asintieron, aunque pude ver la preocupación en sus rostros.
Sabía que la calma no duraría mucho. El verdadero problema apenas estaba comenzando.v
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La oportunidad de ¡CATNAP!
Diversosen esta historia Catnap vuelve atras en el tiempo de alguna manera pero ahora con su conocimientos del futuro y la venganza contra su ex Dios 1006. comenten si tienen alguna idea para añadirla a la historia :3 los personajes y imagenes no me pertene...