Perspectiva de Poppy
Desde que llegué al Playcare, todo ha sido, para ser honesta, bastante extraño. Leith Pierre, el amigo de mi padre, me dijo que estar aquí me haría sentir menos sola, que era una oportunidad para disfrutar y cumplir con mi papel como la cara de la empresa. Aunque sabía que Leith podía ser un poco... bueno, bastante mentiroso a veces, al final decidí aceptar su consejo.
Durante el día, jugaba con los niños, hablaba con ellos, intentaba ser la Poppy que todos esperaban. Pero en el fondo, había algo que me inquietaba: los experimentos que vivían aquí. Siempre me he preocupado por ellos, incluso si me odiaban por haber sido tratada mejor. Intenté hablar con los Smiling Critters, el grupo de juguetes encargados de cuidar a los niños. Sus nombres me eran familiares: Bobby BearHug, Bubba Bubbaphant, CraftyCorn, DogDay, Hoppy Hopscotch, KickinChicken, PickyPiggy, y el más misterioso de todos, Catnap.
Cada vez que los veía, intentaba entablar conversación, pero siempre encontraba una barrera. Se alejaban rápidamente, ya sea para atender a los niños o porque decían tener algo importante que hacer en ese momento. Al principio, pensé que era simple coincidencia, pero después de varios intentos fallidos, la realidad me golpeó: me estaban evitando. Sentí una mezcla de tristeza y decepción. Ya había dejado de intentar acercarme, resignada a ser una presencia silenciosa en sus vidas.
Esa noche, en la simulación nocturna del Playcare, me encontré perdida en mis pensamientos. Sabía que, de alguna manera, la libertad de los juguetes, o mejor dicho, de los experimentos, sería responsabilidad mía. Tenía que hacer algo, pero ¿qué? También estaba la constante amenaza de 1006, que según lo que había escuchado, estaba buscando aliados y preparándose para algo grande. Acaricié mi pelo rojo, tratando de encontrar una solución, cuando de repente oí unos pasos suaves.
Me levanté, con cierta cautela, y miré hacia el origen del sonido. Allí, en la penumbra, distinguí la figura de DogDay, el líder de los Smiling Critters. Al verlo, me sorprendí. No esperaba que alguno de ellos se acercara a mí por su cuenta. DogDay, sin embargo, parecía diferente esta vez, algo asustado o tal vez nervioso.
—¿Estás bien? —le pregunté con un tono suave, intentando no asustarlo más de lo que ya parecía estar.
DogDay pareció dudar, como si estuviera debatiendo consigo mismo si debía o no hablar. Finalmente, tomó aire y respondió.
—No... bueno, sí... —Se detuvo, y su mirada se endureció un poco—. Quería saber si... si eres malvada.
Mis pensamientos se detuvieron un instante, y en mi mente me imaginé con una cara chibi, con una mezcla de sorpresa y algo de tristeza. ¿Pensaban que era malvada? Eso no lo había esperado. No después de todo lo que había hecho para intentar demostrar lo contrario.
—¿Por qué piensas eso? —le pregunté, tratando de ocultar la leve punzada de dolor en mi voz. No quería que me odiaran, pero la idea de que pensaran que era malvada me dolía aún más.
DogDay bajó la mirada, como si tuviera vergüenza de admitirlo.
—Un amigo nuestro... nos contó quién eres y... nos dijo que podrías ser malvada. Que quizás tenías algo que ver con todo lo que está mal aquí.
Al escuchar sus palabras, una pequeña chispa de enfado surgió en mí, pero más que enojo, era una profunda tristeza. No solo me evitaban, sino que realmente creían que yo podría ser una amenaza para ellos. Me sentí impotente, atrapada en un papel que no había elegido.
—No puedo culparte por pensar eso... —respondí después de un momento, mi voz más suave de lo que había planeado—. Supongo que, dadas las circunstancias, es normal que pienses lo peor de mí. Pero, DogDay, yo no soy malvada. De hecho, he estado tan preocupada por ustedes como ustedes lo están por mí.
DogDay levantó la vista, sorprendido.
—¿Preocupada por nosotros?
Asentí lentamente.
—Sí. Sé lo que han pasado, sé que este lugar ha sido... cruel. Pero créeme, si pudiera hacer algo para cambiar eso, lo haría. No quiero que me odien ni que me teman. Solo quiero ayudar, si me lo permiten.
Hubo un largo silencio. DogDay parecía estar procesando mis palabras, evaluando si debía confiar en mí o no. Finalmente, dio un paso hacia mí, y por primera vez desde que llegué, no sentí que estuviera a punto de huir.
—Supongo que todos aquí estamos buscando la verdad... y respuestas. No te odiamos, Poppy, pero... nos han pasado tantas cosas que es difícil confiar en alguien nuevo. Especialmente alguien que parece estar en una posición tan... diferente a la nuestra.
Puse una mano sobre su brazo, un gesto que parecía sorprenderlo, pero no se alejó.
—Entiendo. No espero que confíen en mí de inmediato, pero estoy aquí para demostrar que no soy su enemiga. No soy como 1006, y no estoy aquí para hacerles daño. Si en algún momento necesitan algo, solo díganmelo.
DogDay asintió lentamente.
—Gracias, Poppy. Tal vez... tal vez podamos hablar con los demás. No prometo nada, pero haré lo posible para que entiendan que no eres una amenaza.
Le dediqué una pequeña sonrisa, una que espero haya reflejado sinceridad.
—Eso es todo lo que pido.
Mientras DogDay se alejaba, sentí que tal vez, solo tal vez, había dado un pequeño paso hacia ganarme la confianza de los Smiling Critters. Pero sabía que el camino aún sería largo y lleno de desafíos.
![](https://img.wattpad.com/cover/378463888-288-k241609.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La oportunidad de ¡CATNAP!
Randomen esta historia Catnap vuelve atras en el tiempo de alguna manera pero ahora con su conocimientos del futuro y la venganza contra su ex Dios 1006. comenten si tienen alguna idea para añadirla a la historia :3 los personajes y imagenes no me pertene...