Capítulo 13: Revelaciones en la Oscuridad

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Perspectiva de Catnap

Había sido una jugada arriesgada por mi parte, pero necesaria. Después de todo, era crucial que los Smiling Critters dejaran de ver a Poppy como una amenaza. Ya bastante complicado era lidiar con los horrores que nos rodeaban como para añadir otra capa de paranoia. DogDay, tras su charla con la muñeca, regresó al grupo y les dijo que ella no era malvada. Aunque aún había cierta cautela, poco a poco comenzaron a interactuar con ella. No podía negar que Poppy se veía feliz con esto. Tal vez era la primera vez en mucho tiempo que alguien le ofrecía algo parecido a una amistad.

Sin embargo, yo sabía algo que los demás no sabían. Sabía que Poppy no era malvada, pero también conocía su conexión, aunque distante, con 1006. Y cada vez que pensaba en aquel monstruo, en lo que me había hecho, en cómo me había traicionado cuando aún era Theodore... la ira burbujeaba en mi interior. Aun así, tenía que mantener la calma. Todo estaba yendo según mi plan.

Poppy y yo aún no habíamos tenido un encuentro directo. Ella no me había dirigido la palabra, probablemente pensando que no podía hablar o que era simplemente un juguete más entre los muchos del Playcare. Pero eso estaba a punto de cambiar. Esperé a que los niños estuvieran dormidos, asegurándome de que no hubiera pesadillas esa noche, y luego le pedí a DogDay que invitara a Poppy a la casa compartida. No era difícil notar que DogDay se estaba volviendo muy cercano a ella, algo que en otro tiempo me habría molestado, pero que ahora simplemente veía como una parte más del plan.

DogDay se emocionó con la idea y rápidamente fue a buscar a Poppy. En mi mente, pensé en cómo incluso en esta vida, DogDay y Poppy parecían destinados a ser aliados. Pero esta vez, yo estaría allí para asegurarme de que las cosas no se salieran de control.

En poco tiempo, todos los Smiling Critters estaban reunidos en la casa, y Poppy estaba allí, contenta de haber sido invitada. Todo parecía estar yendo bien hasta que, con una sonrisa algo tímida, preguntó:

—¿Quién fue el que dijo que yo era malvada? Quiero saberlo, no estoy enojada, solo... curiosa.

Su pregunta creó un silencio incómodo en la habitación. Todos se miraron entre sí, y algunos incluso parecían evitar mi mirada, como si supieran que yo sería quien tomaría la palabra. Me levanté lentamente, asegurándome de que cada uno de mis movimientos fuera preciso y controlado, y luego hablé con mi voz perturbadora de siempre:

Fui yo.

Poppy, al escucharme, se sobresaltó. No esperaba que mi voz fuera tan profunda y aterradora, eso estaba claro. Pero, a su crédito, no retrocedió. Mantuvo la compostura, aunque sus ojos reflejaban sorpresa.

—¿Tú...? —preguntó, visiblemente perpleja.

Asentí, dejando que el peso de mis palabras llenara el espacio.

Sí, fui yo. Y lo hice porque, en este lugar, confiar ciegamente puede ser más peligroso que cualquier amenaza externa. Debes entender, Poppy, que no fue por malicia. Fue... por precaución.

DogDay, que había estado observando en silencio, intervino, visiblemente incómodo con la tensión en el ambiente.

—Catnap solo quería protegernos. Nos ha pasado mucho, Poppy. No es fácil confiar en alguien nuevo, especialmente alguien con tu... historia.

Poppy parecía procesar sus palabras, pero en lugar de enojarse, simplemente asintió.

—Entiendo. Supongo que, después de todo lo que han pasado, es natural que piensen lo peor. Pero no estoy aquí para hacerles daño, de verdad. Estoy aquí porque... bueno, también quiero encontrar mi lugar en todo esto.

CraftyCorn, siempre inquisitiva, intervino con su característico tono curioso.

—¿Y qué es lo que buscas, Poppy? ¿Qué es lo que realmente quieres aquí?

Poppy se tomó un momento antes de responder, mirando a cada uno de nosotros, como si intentara medir nuestras reacciones.

—Quiero... justicia, supongo. Y si es posible, algo de paz. Sé que no puedo deshacer lo que se ha hecho, pero quiero ayudar a que esto termine, para que nadie más tenga que sufrir como ustedes, o como yo.

Mis ojos se entrecerraron ligeramente. Sus palabras eran sinceras, pero ¿podía realmente confiar en ellas? La experiencia me había enseñado a ser cauto, especialmente con aquellos que tenían conexiones con 1006.

Hoppy Hopscotch, con su habitual energía, se adelantó un poco, aunque su tono era más serio de lo usual.

—Entonces... ¿qué propones, Poppy? Si realmente quieres ayudar, ¿cómo piensas hacerlo?

Poppy suspiró, y por un momento, pareció que la niña dentro de ella, la que una vez fue, estaba hablando.

—No tengo todas las respuestas, Hoppy. Pero creo que si trabajamos juntos, si dejamos de vernos como enemigos y empezamos a vernos como aliados... podemos encontrar una manera. Una manera de ser libres, todos nosotros.

El silencio que siguió a sus palabras fue pesado, cargado de pensamientos y emociones no expresadas. Finalmente, fui yo quien lo rompió.

Poppy... Si realmente estás dispuesta a ser nuestra aliada, hay algo que debes saber. Hay más en este lugar, más en todo esto, de lo que parece a simple vista. Y 1006... no es la única amenaza.

Sus ojos se abrieron un poco más, sorprendida por mi revelación.

—¿Qué quieres decir?

Me acerqué un poco más, manteniendo mi voz baja pero firme.

Quiero decir que si realmente vas a estar con nosotros, si realmente quieres luchar por lo que es justo... debes estar preparada para enfrentarte a algo mucho más oscuro de lo que imaginas.

Poppy asintió, su expresión grave.

—Estoy lista.

Y en ese momento, supe que quizás, solo quizás, habíamos encontrado una nueva aliada en nuestra lucha. Pero el tiempo diría si podíamos realmente confiar en ella... o si, al final, solo estábamos acercándonos a un destino aún más sombrío.

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