Capítulo 21: Sombras del Pasado

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Perspectiva de Boxy Boo

Estaba en mi rincón, la oscuridad habitual envolviéndome como un manto familiar. Pero esta vez, había algo distinto, algo valioso que sostenía entre mis manos: mi bufanda de cuadros rojos y blancos. La acaricié con una mezcla de ternura y desesperación. ¿Cómo es posible que algo tan simple pueda llevarme de vuelta a una vida que creía olvidada? Una vida donde yo no era este monstruo atrapado en una caja, sino un niño valiente, lleno de energía y, sí, algo rebelde, pero siempre obediente. Era alguien completamente diferente a lo que soy ahora.

Mientras me escondía dentro de mi caja, los recuerdos comenzaron a regresar, no como un torrente, sino como una lenta pero implacable marea. Imágenes fragmentadas, emociones distorsionadas, pero todas mías, todas partes de un pasado que me había sido arrebatado.

Recordé mi infancia, cuando la vida era sencilla y mis días estaban llenos de risas junto a mis amigos. Jugábamos sin preocupaciones, explorando, riendo, y viviendo sin miedo. Pero entonces llegó esa noche. Esa maldita noche que cambió todo.

Vi una caja de música en un rincón oscuro. Era similar a lo que soy ahora, pero mucho más pequeña. Algo en mi interior, una curiosidad infantil, me impulsó a mover la manivela. La melodía dulce y melancólica llenó el aire, pero cuando la canción terminó, el muñequito que debía saltar no apareció. En su lugar, una voz—no, varias voces mezcladas—me preguntaron si quería ser esa caja.

Yo, un niño, inocente e ignorante, me acerqué sin sospechar nada. Y ahí lo vi, un experimento monstruoso, algo que en aquel tiempo no comprendía, pero que ahora reconocía como el Prototipo, el 1006. Ese brazo inconfundible, extendiéndose hacia mí, ofreciéndome un trato. Un trato que, en mi ingenuidad, estuve a punto de aceptar.

Pero mis amigos llegaron antes de que pudiera tomar una decisión. Preguntaron qué era esa cosa, por qué estaba allí. Y entonces ocurrió lo impensable. Vi, con horror, cómo el Prototipo mató a todos mis amigos, uno por uno, sin piedad, y luego me atravesó a mí como si fuera mantequilla. El dolor fue insoportable, pero lo peor fue la desesperación, el terror de ver cómo todo lo que conocía y amaba era destruido en un instante.

Con las pocas fuerzas que me quedaban, me arrastré hacia mis amigos, mis cuerpos, y me dejé caer junto a ellos. ¿Morí? No lo sé. Lo único que recuerdo es la oscuridad envolviéndome, la sensación de que todo estaba perdido.

Pero los recuerdos no se detuvieron ahí. Vi a los científicos, las caras sin emociones mientras me convertían en lo que soy ahora. Desperté asustado, atrapado en esta caja, una sombra de lo que solía ser. Y desde ese momento, he estado luchando, no solo contra los demás, sino contra mí mismo, contra lo que me han hecho, contra lo que me han convertido.

Ahora, con estos recuerdos de vuelta, algo dentro de mí se ha roto de nuevo. No puedo simplemente seguir como si nada hubiera pasado. Necesito hablar con alguien, contar lo que he recordado, aunque me cueste admitirlo. Pero ¿a quién? Catnap es el líder, el que todos respetan, pero siento que no podría entenderme. No con esto, no con algo tan personal.

Mis opciones se reducen a Poppy y Mommy. Poppy... esa muñeca perfecta, la que todos parecen adorar, incluso aunque la mayoría de nosotros la odie por lo que representa. Pero al mismo tiempo, ella fue la que me devolvió esta bufanda. Tal vez, solo tal vez, podría escucharme sin juzgarme.

O Mommy, la nueva en este infierno, atrapada en un cuerpo que no es el suyo, como yo. Tal vez ella entendería lo que significa perderse a uno mismo.

Decidido, me empujé fuera de mi caja, los resortes emitiendo un chirrido agudo que resonó en el silencio. Sabía que esto era una mala idea, que posiblemente me arrepentiría, pero no podía seguir guardando esto para mí. Necesitaba compartirlo, aunque solo fuera con una de ellas.

Con la bufanda apretada contra mi pecho, me moví hacia el área donde sabía que Poppy y Mommy solían pasar el tiempo. Las encontré justo donde esperaba, hablando en voz baja entre ellas. Al verme acercar, ambas se volvieron, sus expresiones una mezcla de sorpresa y precaución.

Boxy Boo: "Necesito hablar con una de ustedes... ahora."

Poppy fue la primera en reaccionar. Dio un paso adelante, su rostro mostrando una rara combinación de empatía y curiosidad.

Poppy: "¿Qué sucede, Boxy? ¿Hay algo que quieras decirnos?"

Tomé un respiro profundo, intentando calmar los latidos frenéticos de mi corazón.

Boxy Boo: "He recordado cosas... cosas de antes. Y necesito... necesito hablar sobre ello. Pero no puedo hacerlo solo. Necesito que me escuchen."

Mommy cruzó los brazos, observándome con una mezcla de sospecha y preocupación.

Mommy Long Legs: "¿Estás seguro de que quieres hacer esto, Boxy? No tienes que hacerlo si no estás listo."

Asentí con firmeza.

Boxy Boo: "No estoy listo, pero si no hablo ahora, no creo que lo haga nunca."

Ambas intercambiaron una mirada antes de que Poppy asintiera y se acercara más.

Poppy: "Estamos aquí para escucharte, Boxy. Lo que sea que necesites decir, lo diremos juntos."

Y así, por primera vez desde que había sido convertido en este monstruo, me encontré abriendo mi corazón, revelando los horrores de mi pasado a estas dos almas que, quizás, podían entenderme mejor de lo que jamás pensé posible.

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