Capítulo 29: El Plan de los Niños

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Perspectiva de Bobby BearHug

El Playcare estaba lleno de risas y juegos como de costumbre, y todos los Smiling Critters estábamos ocupados haciendo lo que mejor sabemos: dar amor y felicidad a los niños. Mi trabajo, como siempre, era ofrecer abrazos y cariño. Sin embargo, cada vez que veía al mono azul, Huggy Wuggy, observando desde la distancia, algo dentro de mí se sentía mal. Intentar que Huggy Wuggy aprendiera, más que cansarme, me entristecía.

Huggy Wuggy no era como Boxy Boo, que al menos intentaba cambiar cuando le dimos la oportunidad. Huggy tenía potencial, pero estaba encerrado en su propio orgullo. Todos nosotros, Bubba Bubbaphant, CraftyCorn, DogDay, Hoppy Hopscotch, KickinChicken, PickyPiggy, e incluso Catnap, habíamos intentado acercarnos a él, enseñarle a interactuar mejor con los niños. Pero Huggy no decía ni pío, y cada intento nuestro parecía chocar contra una pared invisible.

Mientras enseñaba a un grupo de niños sobre la importancia de los abrazos, noté que Huggy Wuggy nos miraba desde un rincón, inmóvil como siempre. Uno de los niños, con un peluche de Huggy Wuggy en las manos, se acercó y me hizo una pregunta que me dejó pensando.

"¿Por qué Huggy Wuggy está siendo tan distante con los demás?", preguntó el niño, mirándome con sus grandes ojos curiosos.

Le sonreí, tratando de encontrar las palabras correctas. "Está pasando por un mal momento," respondí con suavidad, esperando que fuera suficiente para calmar su preocupación.

El niño miró a su peluche y luego a Huggy Wuggy de nuevo. "A mí me gusta el Huggy Wuggy alegre y feliz que abraza a todos, como en la tele. Pero este... parece que no reacciona a nada de lo que hacemos." Varios otros niños asintieron, dándole la razón.

Sentí un nudo en la garganta. Los niños habían notado el cambio, y eso me dolía más de lo que esperaba. Les expliqué lo mejor que pude: "Nosotros también estamos intentando que Huggy Wuggy sea así, pero... es demasiado orgulloso. Cree que seguir órdenes es lo único que debe hacer."

El niño frunció el ceño, pensativo. Luego, como si una bombilla se encendiera sobre su cabeza, sugirió algo que me sorprendió. "¿Y si lo haces cuidar de nosotros? Que ayude a los niños cuando tengan problemas, hasta que diga que no quiere hacerlo más."

La idea me encantó al instante. Era brillante, simple y, lo mejor de todo, venía de un niño. Los niños siempre tienen formas de ver las cosas que nosotros, "los adultos", a veces pasamos por alto.

(Nota:aqui la osita se tiro tremendo factou ya que ella es una niña tambien pero bueno quien soy yo para decidir?) 

Sonreí ampliamente y le di un abrazo al pequeño, agradeciéndole por su idea. "Eso suena como un plan perfecto," le dije. Con una nueva chispa de esperanza, me acerqué a Huggy Wuggy.

"Huggy," lo llamé con suavidad pero con firmeza, captando su atención. "Necesito que cuides a los niños por un rato. Si tienen algún problema o necesitan ayuda, asegúrate de estar ahí para ellos."

Huggy Wuggy me miró con esos ojos siempre abiertos, sorprendidos, pero asintió de inmediato. "Sí," fue todo lo que dijo, como siempre, obediente. Pero esta vez, había una tarea diferente para él.

Perspectiva de Huggy Wuggy

¿Cuidar a los niños? Era lo que me habían ordenado hacer. Lo acepté sin cuestionar, porque eso es lo que hago. Obedezco. Pero cuando los niños comenzaron a acercarse a mí, uno por uno, pidiendo mi ayuda para las cosas más triviales, empecé a sentir algo extraño.

Un niño me pidió que lo ayudara a armar un rompecabezas, algo que podría haber hecho fácilmente por sí mismo. Otro necesitaba que le atara los cordones de los zapatos, aunque sabía hacerlo. Un grupo entero me pidió que los empujara en los columpios, cosa que cualquier otro juguete o incluso un niño más grande podría haber hecho. ¿Por qué todos estos niños de repente necesitaban tanto de mí?

Empecé a hacerlo, porque eso era lo que me habían dicho que hiciera. Ayudé con los rompecabezas, até cordones, empujé columpios, y en cada tarea, me di cuenta de que los niños se reían y sonreían conmigo. Pero lo más extraño fue que, cuanto más me pedían ayuda, más cómodo me sentía. Era como si... mi presencia realmente importara para ellos.

Perspectiva de Bobby BearHug

Yo, junto con el resto de los Smiling Critters, Mommy y Poppy, observábamos cómo Huggy Wuggy empezaba a interactuar con los niños. Todos vimos algo diferente en él. Aunque al principio parecía hacer todo de manera mecánica, con el tiempo, su rigidez comenzó a suavizarse.

Los niños lo rodeaban, riendo y llamándolo. Huggy Wuggy, aunque al principio parecía estar haciendo todo por obligación, empezó a mostrar pequeños signos de interés genuino. Era como si, poco a poco, estuviera saliendo de su caparazón de orgullo.

Poppy, que había estado observando desde mi hombro, sonrió. "Quizás, solo necesitaba una tarea que lo hiciera sentir importante de verdad."

Asentí, satisfecho. El plan de los niños había funcionado mejor de lo que esperaba. Huggy Wuggy, el mono azul que parecía estar atrapado en su orgullo, estaba empezando a descubrir que había más en la vida que simplemente seguir órdenes.

"Mira," le dije a Poppy con una sonrisa, "el gran oso azul está aprendiendo a ser algo más que un soldado obediente."

Poppy soltó una risita suave. "Solo necesitaba un empujón en la dirección correcta."

Y mientras observábamos cómo Huggy Wuggy se sumergía cada vez más en su nueva tarea, no pude evitar sentir una profunda satisfacción. Quizás, después de todo, Huggy Wuggy también podría encontrar su lugar en el Playcare, justo como lo hicimos todos.

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