9 | Solamente fútbol

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— Mentira Vicky, has venido sola, nos estás diciendo todo esto para motivarnos solamente — digo tratando de convencerme a mí misma.

— Cree lo que quieras — responde mi amiga.

Estamos en la previa de nuestro partido ligero, al parecer todas las noticias que han salido a lo largo de la semana relacionándonos con el primer equipo del masculino ha provocado mayor interés en nuestro equipo y hay un llenazo en el Estadi Johan Cruyff.

Vicky que nos conoce mejor que nadie sabía que estábamos nerviosas por todo esto, así que se le ocurrió bajar al vestuario a darnos una gran noticia para motivarnos: ha venido acompañada de sus nuevas compañeras de equipo, es decir, las del primer equipo, nuestras ídolas y con las que aún soñamos con jugar con ellas.

Efectivamente, ahora estoy más nerviosa, solo de pensar que Alexia y compañía me van a ver jugar hace que se me acelere el pulso.

— Soy una bomba de nervios apunto de explotar — dice Rayo.

— Same hermana — respondo entendiendo el sentimiento.

— Bueno yo me tengo que volver, vais a jugar genial, me iré con estos a ver el partido y al finalizar os presento a las chicas ¿vale? — dice Vicky.

— ¿Cómo que estos? ¿También han venido los chicos? — me pongo aún más nerviosa pensando en la declaración pública que hizo Pau sobre mí y que va a ser la primera vez que nos veamos desde entonces y seguramente hablemos del tema.

— ¿Cómo que conoceremos a las chicas? — pregunta Rayo.

Fua son muchos sentimientos a la vez, quiero impresionar a mis ídolas, pero a la vez estoy ilusionada por conocerlas, pero también estoy muy nerviosa de que se haya generado tantas expectativas por este partido y que Pau esté aquí. Por no hablar de que recién estamos empezando la temporada y aún no hemos logrado suplir la ausencia que dejó Vicky en nuestro equipo.

— Lo haréis genial — nos anima nuestra amiga antes de despedirse de todas.

— Lo haremos genial — repito sus palabras tratando de convencernos.

Salimos a calentar y notó como mi corazón se vuelve a acelerar, literalmente están todas sentadas detrás de los banquillos, así que las vemos desde muy cerca, también vienen acompañados por miembros del staff y mi mente imagina la posibilidad de que quieran añadir a alguien a su equipo.

Muy cerca de ellas están Vicky y nuestros tres amigos, sonríen cuando notan mi mirada, he hablado con ellos por redes pero no hemos hablado del tema principal.

Joder que le gusto a Pau y todavía no sé cómo sentirme al respecto, una parte de mí se siente feliz y halagada porque joder Pau es genial, súper guapo y súper buena persona que tiene a miles detrás, pero por otra parte me hace sentirme mal porque sus sentimientos no son correspondidos, le quiero muchísimo, pero no quiero tener una relación con nadie.

¡Y sí que es verdad que el estadio está lleno! ¡Hay gente hasta con pancartas de nosotras! ¿Cómo vamos a hacer para no decepcionar a toda esta gente? Si queremos que solo se hable de fútbol tenemos que aprovechar esta oportunidad.

— No pienses en ello, solo juguemos al fútbol — dice mi amiga, chocamos los puños y nos ponemos juntas a realizar los ejercicios de calentamiento.

Para cuando comienza el partido he logrado olvidar todo lo que rodea este partido, me centro solamente en disfrutar con mis compañeras de equipo de lo que más me gusta.

El partido comienza con una ocasión en contra, pero nuestra portera logra detener el tiro y pasársela a Rayo, quien levanta la cabeza y me hace un pase milimétrico que controlo con facilidad, me deshago de una contrincante fácilmente y paso el balón a una compañera que la manda al larguero.

Durante la primera mitad jugamos en campo rival, todas presionamos en equipo e imposibilitamos la salida de balones jugado de nuestras rivales, por lo que la posesión es nuestra casi todo el rato. Las ocasiones no dejan de llegar, primero Rayo me hace un centro al que no llego por milímetros, después hago un tiro desde la frontal del área que se va rozando el póster y por último Rayo y yo hacemos una buena triangulacion dentro del área pero la portera hace una gran salvada.

El descanso llega y una sensación agridulce se apodera de mi, lo estamos intentando por activa y por pasiva pero no logra entrar el puto balón. Y parece que ese sentimiento lo compartimos todas los 15 minutos, el entrenador dice que sigamos intentándolo y que lo estamos haciendo bien.

— Tchss — Pau me llama con una sonrisa cuando salgo del vestuario, sé que esto dará mucho que alimentar a los chismosos y más fijándome que lleva la camiseta con mi dorsal. — Oli estás jugando bien, pero intenta no pensar tanto, solamente déjate llevar —entiendo lo que quiere decirme y le sonrío en agradecimiento.

En la primera jugada de la segunda mitad, me llega un centro de mi amiga a la frontal del área y tal y como me dijo Pau no pienso donde debería colocar el balón, simplemente impactó el cuero con mi pierna diestra y veo como entra en portería.

Inevitablemente me giro con una sonrisa a la zona de la grada en la que él está, el mundo deja de existir para mí y solo soy una chica agradecida con su mejor amigo por decirle exactamente lo que necesitaba oír.

Mis compañeras me felicitan y todas coincidimos en que debemos seguir presionándolo e intentándolo porque aún queda mucho partido por delante.

Mientras volvemos a nuestro campo, vuelvo a mirar a Pau y agradecida me golpeó el pecho con el puño y después le señalo, él como respuesta se sonroja y se pone nervioso, me parece la cosa más tierna que he visto nunca, no puedo evitar sonreír aún más ante su gesto.

El partido retoma. Nuestras rivales parecen haber despertado con el gol y lo intentan un par de veces, pero un despeje de nuestra central se convirtió en una gran ocasión de contra tras la rápida intervención de Rayo quien roba el balón y avanza decidida a portería, acompañó la jugada y cuando pienso que va a tirar, me la pasa y la mandó al fondo de la red.

— Eres la mejor — le digo con una sonrisa.

— Lo sé, ahora en agradecimiento conmigo dedícaselo otra vez a tu "novio" — bromea.

— Que no se te olvide que tu "novio" también está aquí — le sigo la broma recibiendo un corto abrazo, ambas mirando a la grada donde nuestros cuatro amigos celebran por todo lo alto.

El partido finaliza así y todos en el estadio parecen estar satisfechos. El entrenador nos felicita en el vestuario y cuando creía que no podía estar más feliz, aparece Alexia y compañía y nos felicitan por el gran trabajo.

El regate perfecto || Pau CubarsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora