20 | Pirata sexy

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Las semanas pasaron rápido, entre unas cosas y otras ya estamos acabando el año, en este tiempo las cosas han mejorado mucho, estoy más unida a mi madre, aunque eso no quita que me llevé una buena bronca cuando me dieron las notas de la primera evaluación, he suspendido dos: matemáticas y química, según yo podría haber sido peor, pero por supuesto que ella no lo ve así.

Con mis amigos las cosas también han mejorado mucho, volvemos a ser la chupipandi que éramos de pequeños, buscamos cualquier excusa para juntarnos ¡y por fin mañana viajamos Rayo y yo a Madrid para el concierto de Karol G!, estamos muy emocionadas, hemos esperado mucho para esto, nuestros amigos creen que algo saldrá mal porque es en el Bernabéu y Héctor pues bueno es el fan número 1 de Anuel.

Con Pau las cosas no podían ser mejor, él es súper romántico, siempre se le ocurre planes maravillosos y eso me está ayudando mucho a controlar mis miedos, incluso hay momentos en los que pienso que esos miedos son absurdos porque Pau seria incapaz de dañar a cualquier persona y menos a mi. También es muy cariñoso, me trata súper bien y cada vez que puede me roba un beso o comienza a repartir besos por mi cuerpo, tanto en público como en privado, ya nos da igual las bromas de nuestros amigos y en muchas ocasiones nos besamos más para darles de qué hablar.

En el fútbol la historia es muy diferente, por más que lo intente y me esfuerce parece que soy invisible, varias compañeras ya han tenido la oportunidad de debutar a nivel profesional, Rayo ha jugado dos partidos con ellas y ha entrenado muchas veces con ellas, no siento envidia porque me alegro por cada una de ellas, pero no puedo evitar sentirme mal porque parece que no soy lo suficientemente buena para tener esta oportunidad y da igual los ánimos que me den Pau, mis amigos o quien sea, no soy suficiente y por más que lo intente no lo seré.

— Ya quiero que sea mañana — dice Rayo mientras se ata las botas.

— Yo también — contesto emocionada, teniendo ganas de tener un día sin sobrepensar todo tanto.

— Chicas os quiero a todas centradas, esto es un derbi, tenemos que ganar y dejar buenas sensaciones — habla nuestra capitana.

Es un partido muy importante y al parecer hay llenazo en el Estadi, pero a diferencia de otros partidos no siento esos nervios por querer demostrar lo que soy capaz de hacer, simplemente quiero jugar bien o al menos ayudar en todo lo posible a mis compañeras.

Cuando salimos al campo no puedo evitar soltar una carcajada al ver a Pau con un cartel más grande que él donde pone: "Olivia te cambio tu camiseta por un beso".

Y perecerá una tontería, pero saber que él está animándome públicamente sin importarle lo que piensen de nosotros sus fans, consigue que juegue súper tranquila, no seré suficiente para ser profesional, pero soy suficiente para él y eso ahora mismo me vale para ser feliz.

Un balón despejado de la defensa se convierte en un gran pase cuando presiono y consigo hacerme con el balón, plantándome en el área sola contra la portera, con una sangre fría, que no se de donde sale, hago un primer amago dejándola sentada y luego tiro tranquilamente a portería vacía.

— ¡Vamos! — celebro con mis compañeras y lanzándole un beso a Pau quien lo recoge dramáticamente y se lo lleva al pecho.

Mi segundo gol llega tras una gran jugada individual de Rayo, que gana en velocidad a la defensa rival y pone un gran centro de tal forma que solo tengo que empujar la pelota con el pie.

En una jugada similar Rayo vuelve a poner otro centro, pero esta vez para rematar de cabeza, estoy tan pendiente del balón que no me fijo en qué la defensa rival viene a disputar el balón.

El regate perfecto || Pau CubarsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora