3 | Ojo de loco

2.6K 129 3
                                    

— Estoy orgullosa de nosotras — me dice mi amiga Rayo, una vez terminamos el entrenamiento.

— ¡Hemos pasado todo el verano entrenado a alta intensidad! — digo sin poder creerlo, hace tres meses esto parecía un reto imposible de cumplir.

— ¡Somos geniales! — dice con una sonrisa y dándome una botella de agua.

— ¡Si! Solo hace falta que el mister del primer equipo se de cuenta — respondo esperanzada.

— Este es nuestro año — dice del mismo modo.

Las dos jugamos en el Barça Femení B, pero nos morimos de ganas de jugar con el primer equipo junto a nuestras ídolas y nuestra amiga Vicky, que el año pasado tuvo la oportunidad de debutar con las profesionales y le gustó tanto que ahí se quedó.

Salimos del gimnasio y vamos hacia los vestuarios femeninos donde nos duchamos al ritmo de Taylor Swift y Karol G. Una vez estamos listas nos cambiamos y vamos al comedor de La Masía, lo bueno de jugar aquí es que podemos hacer uso de las instalaciones cuando queramos.

— ¿Soy yo o con el pelo mojado estamos más hots? — pregunta mi amiga mirándonos por el espejo del ascensor, mucho gimnasio pero no vamos a subir las escaleras de tres pisos.

— Nosotras siempre estamos hots — respondo siguiéndole la broma.

— Si y me parece un desperdicio que sigamos solteras — dice girándose seria. — Sabes a la mierda el puto Fort, ya me cansé de que no me vea.

— ¿Y qué piensas hacer? — preguntó curiosa.

— Pues no sé, pero definitivamente no puedo seguir detrás de un puto mujeriego — responde con seguridad. — Además, ¿tú has visto todo lo que ha salido de ellos este verano? ¡Los tres están desatados!

Héctor, Pau y Lamine son nuestros amigos desde que tenemos uso de razón, Héctor, Lucia y Vicky jugaban en el mismo equipo y Pau, Lamine y yo en una categoría inferior, por ser un año más pequeños, pero nos hicimos amigos por coincidir mucho por el club.

Los tres chicos debutaron con Xavi la temporada pasada y durante la pretemporada con Flick se hicieron un hueco en el primer equipo del club. Según los medios de prensa pues a los chicos les gustó mucho la fiesta este verano y salieron miles de rumores de ellos con media población femenina gringa.

— ¿Amiga de verdad te vas a creer lo que escribe la prensa? — preguntó divertida.

— ¿Qué se han tirado todo el verano aprovechando la fama para ligar? Obvio me lo voy a creer, les conozco desde que llevan pañales, sé cómo son — dice mientras salimos del ascensor.

— No se tía, al menos Pau no es así, nunca me ha hablado de ninguna chica.

Lo cierto es que ninguno me parecía un mujeriego, sí que es verdad que cuando solíamos salir Héctor tenía mucho éxito entre las mujeres, pero él siempre dejaba claro que no quería nada serio. Lamine supongo que es el punto medio entre Fort y Cubarsí, ha tenido dos relaciones, pero lamentablemente ninguna salió bien. Y Pau de momento no ha conocido o no ha tenido el interés suficiente en ninguna chica, como yo, aunque en mi caso es más porque el divorcio de mis padres me hizo no creer más en el amor.

— Porque le gustas — dice como si fuera lo más obvio.

— Ay no empieces — respondo cansada, todas las conversaciones acaban así. Le abro la puerta del comedor.

— Vale, pero luego no me di— se calla de golpe porque algo le llama la atención. — ¿Qué hacen aquí, no estaban en gringolandia?

Me asomo por la puerta y los veo sentados junto a sus compañeros de equipo, ellos también nos ven.

Joder no me doy cuenta hasta ahora de lo mucho que les he extrañado este verano. Primero Lamine se fue con España a jugar la Eurocopa y luego Pau y Héctor se fueron a jugar los juegos olímpicos. Y casi no nos vemos desde que son súper estrellas.

Pau es el primero en levantarse, me da un fuerte abrazo y luego otro a Lucia, Lamine repite su acción y por último llega Héctor chocándonos los puños.

— ¿Qué estáis haciendo aquí? — preguntamos mi amiga y yo a la vez.

— Entrenar — responden. — ¿y vosotras?

— También.

— Hacia mucho tiempo no coincidamos — digo rompiendo el silencio incómodo que se estaba formando. — Bueno falta Vicky.

— ¿Sigue con el primer equipo? — pregunta Lamine.

— Si, ya forma parte de ese equipo — respondo con una sonrisa feliz por mi amiga.

— Como nosotros — dice Pau mirando de reojo a los chicos a sus espaldas. — Aún no me lo creo.

— Es un sueño — añade Héctor.

— Estamos muy felices por vosotros — respondo por las dos, miro a mi amiga que se ha quedado muda al ver a Héctor.

— Tenemos que ponernos al día — pide Lamine.

Nos sentamos en la mesa con ellos, saludamos a sus compañeros con normalidad, pero por dentro me quedo pensando en qué momento hemos normalizado esta situación si nosotras solo veníamos a hacer ejercicio juntas.

De 6 que éramos 4 ya lo han conseguido, faltamos solo nosotras 2 y hemos pasado todo el verano entrenando para que cuando surja la oportunidad la aprovechemos.

— Joder ha pasado 3 meses, pero parece que ha pasado mucho más, estáis muy cambiados — digo fijándome en ellos, están mucho más definidos, joder sino fueran mis amigos admitiría que están buenos.

— Vosotras también, se nota que habéis entrenado duro — dice Pau haciéndonos sonreír.

— Si, hemos estado a tope — contesta mi amiga al fin.

— Pues estás más plana, antes al menos se te marcaban las tetas — le contesta Héctor, ya estaba tardando.

— Bueno a mí al menos alguna vez se me marcaron, no como tú micropene — responde Lucia.

— ¿Y tú eso como lo sabes Rayito? — le pregunta nuestro amigo. — ¿A caso estabas mirando?

— Ni con un microescopio podría ver algo — responde la morena haciéndonos reír.

— Si que os habéis echado de menos — dice Lamine haciendo que los dos se indignen. — Vosotros dos sois el claro ejemplo de "los que se pelean se desean" — dice señalándoles y añade míranos a mí y a Pau — y vosotros "los que no, se morrean"

— Que pesado eres — decimos los cuatro a la vez. Dé tantas telenovelas brasileñas que ha visto ahora va creyéndose celestino por la vida y viendo cosas que nadie más ve.

— Sé que terminaréis juntos, ojo de loco no se equivoca.

El regate perfecto || Pau CubarsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora