32 | El debut

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Los días han pasado y no he vuelto a saber de él, lo cual agradezco bastante, he decidido que voy a fingir que no pasó, para no tener que lidiar con eso, lo que está claro es que no le voy a dar el poder de destruirme otra vez, hace unos años yo le quería por eso me dolió su marcha, pero ahora no es nada para mí.

— ¿Olivia estás bien? — me pregunta Pau, asiento con la cabeza. — ¿Es por lo de Múnich? Sabes que no sería capaz de hacer algo así — trata de adivinar.

— Si, lo sé — respondo tratando de sonreír, él no es el problema, jamás lo sería.

— Llevas unos días muy apagada, ¿no me quieres contar? — su tono de voz suave hace que me entren ganas de llorar otra vez, llevo días así desde el regreso de mi padre y no les he querido contar nada, a Rayo solamente le dije que estaba rayada por lo de Pau.

Sé que la última vez me dijeron que debía contar con ellos si me volvía a pasar algo y que no tenía que encerrarme en mi misma, pero no lo puedo evitar, no quiero causar molestias, en un par de días se me habrá pasado.

— No me pasa nada — miento, pero estando a solas con Pau sin fútbol de por medio es difícil ocultarle como me siento, él me conoce mejor que nadie. — Solo estoy nerviosa por el partido.

Por la mirada que me echa se que no cree mis palabras, pero me da igual, no quiero contarle, al menos no antes del partido.

Narra Pau

Me destroza ver a Olivia tan triste, por mucho que trate de negarlo, sé que algo le pasa y no es la polémica de Múnich, mi representante me dijo que iban a tomar acciones porque no es la primera vez que me veo salpicado en una noticia falsa sobre contenido sexual siendo menor de edad. Pero si no es sobre esto, ¿sobre qué puede ser?

Comemos en silencio y de vez en cuando hace algún comentario para tratar de tranquilizarme, pero obviamente no lo consigue, joder está a punto de debutar en un partido oficial y tiene una mirada muy triste, como si acabara de ver un fantasma. Sé que debo dejarle su espacio y no agobiarla, pero me preocupa que se vuelva a encerrar y que no sepa gestionar sus emociones otra vez.

Cuando llega la hora vamos en patín al estadio y me doy cuenta de que es la primera vez en un tiempo que volvemos a tener contacto físico, me abraza más fuerte que otras veces, como si su cuerpo buscara aquello que su cabeza y palabras están evitando.

Narra Olivia

¡Estoy viviendo mi sueño, nada más importa! Obviamente empiezo el partido de suplente, pero eso no hace que disfrute menos el momento, lo que más amo del fútbol es que me hace olvidar todo lo demás.

Estoy en el banquillo con Rayo y con las demás compañeras, comentamos el partido y hacemos bromas, lo estamos pasando realmente bien y cuando creía que no podía ser más feliz nos indican que salgamos a calentar.

Veo a Pau en la grada con el cartel de: "Olivia Fernández te cambio tu camiseta por un beso" y me río, por primera vez en días me río y me siento bien, Pau también lo nota y sonríe sincero.

En el minuto 70 me dicen que es mi turno de entrar. ¡Voy a debutar en el primer equipo! Y entro sustituyendo ni más ni menos que a la reina, a la diosa, a mi ídola, a Alexia Putellas. Después de chocarme me da un beso en la mejilla y me da un corto abrazo mientras me desea suerte ¿estoy soñando?

Vuelvo a buscar a Pau con la mirada y me lo encuentro grabando en horizontal concentrado con la lengua hacia fuera, le lanzo y besito sabiendo que con su apoyo todo estará bien y me meto de lleno en el partido.

El dominio azulgrana es más que evidente, vamos ya 4-0 ganando y las rivales ya están agotadas físicamente, así que debo explotar estar baza.

Aitana me hace un pase en profundidad y el primer balón que toco consigo anotar mi primer gol oficial con el número 41.

Todas vienen a celebrar y a felicitarme, Rayo me da un beso en la cabeza, inevitablemente busco a Pau, se está limpiando la lágrima de felicidad, han sido unos días malos, pero todo vuelve a ser perfecto.

En el segundo gran balón que me llega por parte de Rayo, me doy cuenta de que Vicky está mejor posicionada que yo, así que hago un amago de que voy a tirar, así consigo arrastrar a las defensas conmigo y dejar libre a mi amiga, le doy el pase que convierte en un tanto más a nuestro favor.

El partido termina con esa diferencia de 6 goles, me indican que soy una de las elegidas para hablar con los entrevistadores sobre el partido.

— ¡Olivia Fernández! ¡Vaya debut! ¡Enhorabuena! — me felicitan los periodistas del club.

— Gracias, la verdad es que es un sueño hecho realidad — respondo con una sonrisa.

— ¡Has dado una gran lección de fútbol! Cuando todos los ojos estaban puestos en ti por la supuesta infidelidad de tu pareja — añade otro, dejándome en blanco.

— Bueno... muchas veces salen rumores... y debes tratar que no te afecten — respondo después de un rato pensando bien la respuesta, creo que no da mandarles a mierda tan pronto.

— ¿Vas a ir a apoyar a tu novio en el partido contra el Real Madrid? — insiste el mismo periodista.

— ¿Alguna pregunta de fútbol femenino y de este partido? — le respondo haciéndole una pregunta con una sonrisa falsa.

Él niega y los demás si me hacen preguntas sobre el partido, digo que estoy muy feliz por la victoria, por mi debut y por ayudar al equipo en los primeros minutos.

Cuando acabo voy al vestuario, les cuento lo que acaba de pasar y me dicen que ese tipo de cosas por desgracia son muy frecuentes en el fútbol femenino, como cuando ganaron un trofeo como mejor equipo y automáticamente hablaron del masculino.

El entrenador nos felicita a todo el equipo por el partido y concretamente a mí y a Rayo por la confianza que hemos mostrado.

— 'Cause we made it, underestimated and always underrated — comienza a cantar Rayo la canción de Louis Tomlinson haciéndome reír, esta chica tiene una referencia musical para cada momento.

Después de la ducha busco a Pau, necesito agradecerle su apoyo, cada vez que le miraba me daba una paz y una tranquilidad que no sabía que necesitaba.

Pero toda la felicidad que estaba sintiendo por el partido se esfuma al verle con él, ¿qué hace aquí mi padre? ¿Y por qué está hablando con Pau? Los dos se percatan de mi presencia y la única respuesta que soy capaz de hacer es la de huir, otra vez escapando de los problemas para encerrarme en mí misma, de todas las cosas que imaginaba hoy jamás pensé que esta pasaría.

El regate perfecto || Pau CubarsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora