El regate perfecto || Pau Cubarsí

41 | Cupido

— Gracias por esperarme — me dice Pau cuando sale de los vestuarios, tiene el pelo mojado y se ve más guapo que nunca.

— No es nada — digo levantándome del suelo con una sonrisa, él me mira de arriba a abajo y se muerde el labio, duda si decirme algo pero finalmente no lo hace y no quiero presionarle, así que saco un tema de conversación. — ¿has traído el patín?

— No, sin ti abrazándome no me gusta — admite y al segundo se arrepiente, sonrio enternecida.

— Te dije que ese cacharro no sirve — bromeo tratando de restarle importancia como si mi corazón no se hubiera acelerado a mil, él solo se ríe de mi comentario.

— ¿Vamos en taxi? — pregunta y asiento, los días en los que juegan ellos es imposible irse en transporte público o caminando, tienen mucho público y probablemente en taxi tardemos la vida. — ¿Cómo te va todo? — me pregunta, supongo que ha llegado al mismo pensamiento que yo después de pedir un taxi autorizado al parking del estadio.

— Soy el mismo desastre, pero al menos ya soy consciente de lo que necesito — le explico refiriéndome a las sesiones de psicología. — Igual Rocio dice que debo tener paciencia porque no es algo que se cambia de un día para el otro.

— Claro, es todo un proceso — está de acuerdo. — Pero es bueno verte centrada en eso — señala y asiento. — ¿El bachillerato qué tal?

— Lo importante es participar — bromeó haciéndole reír. — ¿Tú qué tal?

— Bien — responde, pero sé que no es verdad.

— Pau...

— Intento no echarte mucho de menos, pero me lo pones difícil — responde y entiendo que no debería haber venido.

— Perdón Pau, sabía que no tenía que venir, no sé en qué estaba pensando — respondo odiándome por ser tan egoísta.

— No, no, Oli me ha alegrado mucho verte, sigues dándome seguridad para jugar ¡y joder estás preciosa!— me dice sincero, así que sonrio aliviada, todavía hay esperanza.

— Tu también lo estás — admito con una sonrisa, amo cuando lleva vaqueros anchos, le quedan muy bien.

— Tomate todo el tiempo que necesites, te voy a esperar — dice y siento como mi vista se empieza a nublar, no quiero llorar, ¿pero como no hacerlo? si a pesar de todo, se va a quedar, no me lo merezco.

— ¡Gracias! ¡Te amo! — respondo emocionada y arrepintiéndome al segundo, debo empezar a medir mis palabras ahora que no somos pareja.

— Yo también ratona — dice y las lágrimas que estaba intentando retener comienzan a caer, Pau me abraza y deja un beso en mi frente. Irónico que a pesar de todo el daño que yo le he hecho, sigue siendo mi lugar seguro.

La aplicación le avisa que el taxi ya ha llegado, así que vamos al parking, una vez dentro el hombre nos pregunta si queremos escuchar algo concreto y le digo que a Tini, ya que en breves tendremos su concierto.

¿Qué nos pasó?
Que cuando estábamos bien se complicó
Que nos queríamos tanto y ahora no
Cupido tiró la flecha y la cagó
¿Qué le pasó?

Carraspeo dándome cuenta de que escuchar esto justo en estos momentos no es lo mejor, Pau también se remueve incómodo en su asiento y saca tema de conversación para no seguir escuchando una canción de desamor.

— Yo sé que no estamos en nuestro mejor momento, pero quería recordarte que el próximo finde vamos a celebrar mi cumple y me gustaría que vinieras — me dice y mientras lo hace millones de flashbacks de sus cumples anteriores pasan por mi mente.

— Ahí estaré — le aseguro, él me sonríe de vuelta.

Si yo te extraño
Te extraño por la noche
La noche me hace daño
Yo todavía te extraño

— ¿Puedes cambiar la canción? porfa — le pido al conductor, Pau a mi lado mira por la ventana, la letra nos ha llegado. — Oye ¿qué temática usarás este año para tu cumple? — pregunto retomando el tema, para evitar más momentos incómodos escuchando verdades.

— Pues este año no hay temática — responde.

— Ay que aburrido, que se noten los 18 — bromeó haciéndole reír.

— Creo que ya no da pediros que os disfracéis de algo solo porque es mi cumple — me responde.

— Era divertido — respondo nostálgica.

— Si, pero ya no somos esos niños — responde y siento una puñalada en el pecho, ya no somos esos niños, ni somos esos amigos, todo a cambiado por mi culpa.

— Desearía tener la puerta mágica de Doraemon y vivir en el pasado — admito.

— El pasado fue maravilloso, pero le tengo fe al futuro — me responde y una sonrisita se me escapa, no es tarde, Olivia por favor espabila.

— De hecho Louis Tomlinson tiene un álbum que se llama así — respondo lo primero que se me viene a la cabeza, debo dejar de hacer promesas al resto que no sé si puedo cumplir.

— ¿Siempre tienes una referencia musical para todo? — me pregunta con una sonrisa.

— Cúlpala a Rayo.

— Pronto tendremos a Héctor hablando de más cantantes y no solo de Anuel — bromea Pau haciéndome reír, resulta que esos dos están en algo que parece más serio de lo que todos pensábamos.

Me quedo en silencio comparando nuestras relaciones y dándome cuenta de que la clave en ambas era la comunicación, mis pensamientos desparecen cuando empiezo a escuchar las primeras notas de la canción de Carne y Hueso.

Pero solo soy de carne y hueso
Y te sigo amando hasta los huesos
Y me estoy muriendo
Estoy muriendo por un beso

— ¡Joder la Tini! — dice Pau suspirando. — ¿Quedan entradas para el concierto? Creo que me siento identificado con sus letras — dice haciéndome reír.

Seguimos el camino haciendo comentarios sobre sus canciones y enseguida llegamos a mi casa.

— Gracias por acompañarme — le digo sincera.

— Gracias a ti por venir, significa mucho para mí — responde él.

Y nos quedamos mirándonos mientras el del taxi espera pacientemente la segunda parte del trayecto, la de mi casa a la de Pau.

— ¿Pau te puedo pedir algo? — le pregunto con miedo de que lo rechace.

— Si claro — responde rápido.

— ¿Me das otro abrazo? — y antes de terminar la pregunta, ya me está rodeando con sus fuertes brazos, definitivamente este es mi lugar favorito del mundo, tengo que esforzarme mucho para que vuelva a ser mi hogar. — Pronto te enseñaré las canciones de amor de Tini, prefiero que te sientas identificado con esas.

— Yo también — responde sin soltarme.

Solo nos separamos cuando el taxista le da al taxi.

— Olivia cuídate por favor — me pide y asiento, estaré bien para que tú también lo estés y podemos estar juntos otra vez.