5 | Guerra de comida

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El ambiente en Montjuic para recibir el primer partido oficial de la temporada es impresionante, por estas cosas digo que me encanta el fútbol.

El partido transcurre sin dificultad para el Barça, realizan un partido muy correcto, a nivel defensivo destaca mi amigo Pau quien no cede espacio a los delanteros rivales para que tengan ocasiones de gol. A nivel ofensivo Lamine hace un gran trabajo, consigue anotar un tanto y dar una asistencia, llevándose el MVP del partido. Héctor entra los últimos minutos sustituyendo a Koundé y hace un par de jugadas que levantan a la grada.

Con Rayo bajamos al túnel de vestuarios para felicitar a los chicos, Pau viene con una de sus características sonrisas que se hace más grande cuando me ve con su camiseta.

— Te la pusiste — dice señalándola.

— Obvio — digo dando un giro completo para que lea su nombre. — Además, me queda súper bien. — amo esta equipación negra.

— A ti todo te queda bien — dice, este chico sí que sabe hacerme sonreír. — La gente se está empezando a ir, ¿os parece si vamos a jugar un poco?

— Ay no que vergüenza — rechazó su oferta rápidamente.

— Ay si — responde mi amiga.

— Dale Oli porfa, solo un par de toques — insiste Pau.

No me da tiempo a responder porque me agarra de la mano y tira de mí hacia el campo, me tranquiliza ver que tenía razón, el estadio poco a poco se va vaciando y la gente que queda está más pendiente de inmortalizar sus propios recuerdos que de la gente que hay en el campo.

Vamos hacia la portería donde se encuentra Lamine y Héctor jugando con un balón.

— El mejor de tres elige donde cenar ¿os parece? — propone Lamine,  el resto aceptamos.

— Somos muchos, dos contra dos, y tú Lamine, a la portería — dice Rayo.

— ¿Por qué? — se queja el moreno indignado.

— Porque ya comimos Kebab la última vez.

— No vale — responde mirándonos, pero se da cuenta de que nos aliamos en su contra. — ¡Solo me odiáis por deciros siempre la verdad!

— Calla y a la portería — respondo haciendo reír a mis amigos. — Yo voy con Fort, ni loca voy con el team sushi.

— Real hasta la muerte — dice mi amigo chocándome los puños.

— Brrrr — respondo haciéndole reír, Rayo que es la fan número 1 de Karol me mira mal.

Una vez que hemos decidido los equipos, Lamine pone en juego la pelota y noto que poco a poco detrás de nuestra portería se empieza a llenar de curiosos, pero a estas alturas la vergüenza ha desaparecido, todo sea por mi amada pizza o lo que sea que negocie con Héctor.

El balón lo recibe Rayo, quien se deshace fácil de mi y tira a portería, felizmente falla, el rechace le cae a Héctor que le da al palo y luego Pau consigue anotar el primer gol.

En la segunda jugada me deshago de Pau con un amague hacia la derecha y me voy por la izquierda, tiro a portería y le doy al larguero, el rechace cae hacia abajo.

— ¡Gol! — gritó con fuerza, en realidad no sé si ha entrado, desde aquí es imposible de verlo.

— Mentira, no ha entrado — se queja Pau.

— Ha botado fuera — dice Lamine.

— ¡Vaya robo! — me quejo dramáticamente. — ¡Así, así, así. Así gana el Madrid! — cantó haciéndoles reír.

Nuestro amigo, la copia mejorada de Neymar, vuelve a poner el balón en juego, esta vez Pau es más rápido, está a punto de tirar, pero le empujó lo suficiente para desequilibrarle.

— Oye eso es falta.

— A mí que me cuentas, eso también era gol — digo consiguiendo el balón.

Le supero fácilmente, pero, desde atrás, aplica mi misma técnica, solo que usa un poco más de fuerza, me atrae hacia él pegando mi cuerpo al suyo, haciendo que perdamos el equilibrio y que ambos caigamos al suelo, yo encima suyo.

— Eres un tramposo — digo sin contener la risa girándome encima suyo.

— Tu también — me responde llevando las manos a mi cintura para ayudar a levantarme.

— Y luego me llamáis loco — dice Lamine lanzándonos el balón. No entiendo a qué se refiere, hasta que me doy cuenta de la íntima posición en la que hemos terminado.

El rebote le cae a Rayo que se regatea por velocidad de Héctor y logra anotar el segundo gol para su equipo.

Lamine vuelve a sacar y el balón me pilla cerca, Pau incansable viene a por mí y me da por hacer una lambretta, elevó el balón por encima de él, pero ni con esas consigo tener espacio para tirar porque otra vez está presionando, así que de un movimiento consigo hacerle un caño y tirar a portería, esta vez entra.

— ¡Ahora dime que eso tampoco ha sido gol! — me acerco a mi amigo sacándole la lengua y haciéndole burla, él me mira con admiración y una sonrisa que trata de ocultar mordiéndose el labio inferior y negando con la cabeza. No me doy cuenta de lo que acabo de hacer hasta que oigo la ovación de parte del público.

— Humíllame como quieras — dice pasando por mi lado.

— Buena Oli, dale que ganamos — me choca los puños Héctor.

Antes de sacar Lamine me hace un gesto que entiendo a la perfección, cuando se trata de comida siempre nos terminamos aliando en contra del sushi. El saque le favorece a Héctor y en su primer intento a puerta marca gol, ambos disimulamos bastante bien y nuestros amigos no se queja.

Empate a dos, quién consiga el próximo gol elige la cena.

Lamine le vuelve a pasar el balón a Héctor.

— Sois unos tramposos — se queja Pau al darse cuenta de lo que hace, Rayo tira de la camiseta de Héctor para frenarle porque se le iba en velocidad.

— Rayito si querías la camiseta haberla pedido — dice quitándose la camiseta y poniéndosela en la cabeza a mi amiga.

— ¡Que asco Fort! ¡Está sudada! — se queja.

Héctor hizo una estrategia bastante buena porque con un pase me deja prácticamente sola para tirar, pero hay un pequeño detalle con el que no contábamos, Pau se acerca a mi como si fuera un jugador de rugby listo para hacer un placaje y me carga sobre uno de sus hombros, mientras se hace con el balón en los pies.

— ¡Cubarsí bájame de aquí! — me quejo mientras me muevo.

— ¿Qué pasa ratona te molesta no ser la única que hace trampas? — dice cargándome como si fuera un saco de patatas.

— ¡Cállate inútil! ¡Bájame! ¡Lamine como te marqué le cuento a tus fans que leías fanfics de Neymar! — amenazó, pero Pau hace el tiro perfecto para limpiar todas las telas de araña de la escuadra de la portería. — ¡Vaya inútiles! — me quejo.

Pau me baja con cuidado al suelo y cuando quedamos frente a frente me saca la lengua haciéndome burla como había hecho yo anteriormente.

— ¡Te odio! — digo pasando por delante y chocando mi hombro con su pecho, estoy segura que me ha dolido más a mí que a él.

— Pero no te piques Oli y empieza a celebrar ¡Hoy se come sushi! — dice Pau buscando a Rayo para celebrar, Lamine, Héctor y yo compartimos una mirada de decepción, es la primera vez que perdemos a nuestro juego.

El regate perfecto || Pau CubarsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora