La enfermedad

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La mano de Rick acarició suavemente la mejilla de Natalie mientras se miraban a los ojos echados sobre la cama de su celda. Los bebés serian cuidados por Beth y Ellie esa noche.

—no quiero perderte, Rick.

—no me vas a perder.

—¿me lo prometes?

—solo  puedo decirte que moriria antes de verte sufrir a ti.

La voz del mayor se fue apagando cada vez que se inclinaba más cerca de ella, sus labios chocando contra los de ella con una necesidad desesperada. Metio sus manos dentro su blusa para acariciar sus senos mientras las manos de Natalie se envolvian alrededor de su cuello. 

Sus lenguas se exploraron mutuamente. Y Rick se subió encima de ella escuchandola soltar un gemid cuando dirigió sus labios a su cuello para marcarlo. Sin perder tiempo comenzaron a desvestirse al otro. Ninguno se detuvo hasta que estuvieron desnudos, devorándole la boca al otro hasta que se separaron por la falta de oxigeno en sus pulmones. 

Abriendo sus ojos Natalie observó sus rizos oscuros y ojos azules mirándola devoradoramente de la misma manera que lo hacía ella. Casi se saca sangre de su labio inferior cuando miro más abajo de su abdomen, encontrando su gran erección. En un instante sus cageras se levantaron contra él, suplicándole en silencio y Rick sonrió arrogante mientras se inclinaba para besarla en el cuello donde poco después la escucho soltar un fuerte gemido por haberla embestido.

Se sentía increíble, pero Natalie todavía sentía un poco de dolor cada vez que tenían sexo. Rick ciertamente la tenia un poco más grande que Nick. Y si tuviera que hacer una lista su el mayor seria el primer puesto, el drogo el segundo y con eso ella colocaba a Gleen en el tercer lugar.

Quitando eso de su mente la rubia levanto sus piernas y rodeo con fuerza las caderas de Rick, sintiendo el roce de su barba contra su cuello. Él siempre la besaba desde ese punto medio hasta su frente esperando a que acostumbrara y cuando finalmente lo hacia comenzaba a mover sus caderas contra ella haciendole morder su hombro para evitar gritar de placer. 

El movimiento rudo hizo a la cama sonar como si fuera a ceder. Mordiendose fuertemente el labio inferior con los dientes Natalie miró hacia arriba a Rick con sus rizos colgando sobre su rostro, notando su pecho cubierto de sudor y sus ojos azules mirándola fijamente. 

—Rick...

Su nombre era todo lo que podía decir, una y otra vez, hasta que lo gritó para que todos en la prision especialmente Michonne la oyeran. Las caderas de Rick la embestían golpeando la cama con fuerza contra la pared, gruñidos y gemidos bajos eran lo unico que salian de su garganta. Y antes de que un grito saliera de su boca, Rick prefirio morder entre el espacio de su cuello y hombro, para marcarla con una mordida. 

Las piernas de Natalie se envolvieron con fuerza alrededor de su cintura, aferrándose a él,  mientras la penetraba con más fuerza, haciéndola gritar. Y en un giro inesperado ella pudo darles la vuelta y lo cabalgo, saltando sobre él como si estuviera en una competencia de saltos, lo que lo hizo soltar un sonido ronco que la calento más.

—eres mío, Rick, solo mio. —Natalie apoyo sus manos en su pecho saltando mientras lo veía entre abrir la boca— Quiero que todos en la prisión sepan a quién carajos le pertenesco y a quién carajos les perteneces. —subio su mano derecha al cuello de Rick, para apretarlo. Logrando así que la mire rudamente— Quiero oírte decir: Natalie, ¡te pertenezco!

Valiente y pequeña Latina ↬┇Rick Grimes┇+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora