~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~La semana comenzó como cualquier otra, pero la tensión en el aire era palpable. Cada vez que veía a Emma, no podía evitar recordar nuestra charla de la noche anterior. Había algo en ella que me hacía querer protegerla, incluso de las sombras que acechaban en el instituto. Sofía no iba a dejar las cosas en paz, y yo necesitaba estar preparado.
Al llegar al instituto, noté que Emma ya estaba en la entrada, rodeada de un grupo de compañeros que reían y hablaban animadamente. Mi corazón dio un vuelco al verla sonreír; era una visión que siempre me alegraba el día. Pero, al mismo tiempo, una punzada de preocupación me recorrió al pensar en lo que Sofía podría hacer.
-¡Iván! -me llamó Emma, levantando la mano al verme acercar. Su sonrisa iluminó el pasillo, y de inmediato, una parte de mí se sintió aliviada.
-¿Cómo estás? -le pregunté mientras me acercaba, intentando sonar despreocupado.
-Genial, ¿y vos? -respondió, su entusiasmo era contagioso.
Me di cuenta de que mi estado de ánimo era más tranquilo cuando estaba a su lado. Intenté recordar lo que había decidido la noche anterior: tenía que estar más presente, no dejar que las preocupaciones me arruinaran esos momentos.
-Todo bien, aunque me estoy preparando para la práctica de fútbol más tarde. Espero que no me critiques mucho -bromeé, tratando de relajarme.
Emma soltó una risa que me hizo sentir un poco más a gusto. Pero en el fondo, sabía que tenía que hablarle sobre Sofía. No quería asustarla, pero tampoco quería que fuera sorprendida por su maldad.
Durante la primera hora de clases, logré concentrarme, aunque mi mente divagaba. Cada vez que miraba hacia donde estaba Sofía, me llenaba de desconfianza. Ella no era solo una molestia; podía ser un verdadero problema.
Al finalizar la clase, decidí que era el momento adecuado. Caminé hacia Emma, que estaba charlando animadamente con algunos compañeros.
-Emma, ¿podemos hablar un segundo? -le dije, intentando mantener mi tono casual.
Se despidió de sus amigos y me siguió hacia un rincón más apartado del pasillo.-¿Qué pasa? -preguntó, con curiosidad en su mirada.
Respiré hondo antes de hablar. -Solo quería que supieras que, si alguna vez necesitas hablar sobre Sofía, estoy aquí. No quiero que te haga sentir incómoda o insegura.Emma frunció el ceño, pero luego asintió lentamente. -Entiendo, pero estoy tratando de no dejar que me afecte. Quiero disfrutar del instituto, de estar con vos y con Rodri.
-Eso es genial, pero no tenés que lidiar con eso sola -insistí, sintiéndome un poco más decidido. -No quiero que te haga daño.
Ella sonrió, y aunque había un brillo de gratitud en sus ojos, también noté un destello de preocupación. -Lo aprecio, Iván. Pero creo que puedo manejarme.
La conversación terminó cuando la campana sonó, indicando que era hora de ir a clase. A medida que me alejaba, una mezcla de orgullo y preocupación me invadió. Emma era fuerte, pero sabía que Sofía era más astuta de lo que parecía. Tenía que actuar antes de que fuera demasiado tarde.
Esa tarde, mientras me preparaba para la práctica de fútbol, me di cuenta de que necesitaba más que solo protección para Emma; necesitaba que ella supiera que podía contar conmigo, sin que eso se convirtiera en una carga. Y quizás, solo quizás, eso me llevaría a abrirme un poco más a ella.
La práctica transcurrió sin mayores incidentes, y al final, me encontré buscando a Emma en las gradas. La vi sonriendo, conversando con algunos chicos, y me di cuenta de lo feliz que se veía. Eso me dio algo de esperanza.
Al finalizar, la noche se acercó y nos encontramos en el café local, como habíamos planeado. Era un ritual que estaba empezando a convertirse en una tradición entre nosotros. El lugar estaba lleno de risas y el aroma a café recién hecho, creando un ambiente perfecto.
-¿Te parece si pedimos algo diferente esta vez? -sugirió Emma mientras hojeaba el menú.
-Claro, estoy abierto a nuevas experiencias -le respondí, aunque internamente me preguntaba si podría soportar lo que Sofía tenía reservado para nosotros.
Poco después, mientras disfrutábamos de nuestras bebidas, no pude evitar sentir que el ambiente era más ligero. Emma estaba más brillante que nunca, y yo me estaba dejando llevar por su energía. Quizás esto era lo que había estado esperando; tal vez podía permitirme dejar de lado la tensión y disfrutar del momento.
Pero no podía sacudirme la sensación de que el conflicto estaba lejos de terminar. Sofía podría estar planeando algo, y yo estaba decidido a descubrir qué era. Mientras hablábamos y reíamos, una parte de mí sabía que tenía que proteger a Emma, y que eso significaba estar listo para lo que viniera.
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Maratón 2/3
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Sigo?
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La chica nueva ; Spreen
FanfictionSpreen's fanfiction -- [COMPLETA] Iván Buhajeruk es el chico mas popular del Instituto: Frio, distante y siempre en control. Cuando llega Emma, una chica sociable que se hace amiga de su compañero inseparable Rodrigo, Iván la ve como una molestia. P...