Carl y yo habíamos vuelto a ser novios después de una declaración que logró conmover hasta lo más profundo de mi corazón. Fue tan sincera y hermosa que no pude decir que no. Un nuevo capítulo comenzaba para ambos, y esta noche era parte de esa historia.
Estaba en mi habitación, preparándome para asistir a unos premios a los que me habían invitado, luciendo un vestido único, diseñado especialmente para mí por Max. Mientras me ajustaba los detalles, miré mi reflejo y no pude evitar sonreír.
Elettra: "Carajo, no sabes cuánto te amo, rojita".
Max, sin apartar la mirada del último ajuste del vestido, sonrió con orgullo.
Max: "Lo sé, Lettry. Estoy muy orgullosa de ti".
El vestido verde estaba hecho de una tela similar al cuero, con un brillo sutil que capturaba la luz de manera perfecta. Acentuaba mi figura con elegancia y fuerza. Llevaba un collar de serpientes, en el que descansaba una gema de esmeralda brillante. Max había logrado crear algo que era tan audaz como yo, un reflejo de mi espíritu. El vestido era una armadura que me hacía sentir poderosa.
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Después de un último retoque al maquillaje, un delineado negro con sombras difuminadas que realzaban el verde de mis ojos, tomé aire y bajé las escaleras. Carl y Ashtray me esperaban abajo, vestidos con trajes negros elegantes, pero con un toque especial: un chaleco verde esmeralda y una corbata del mismo tono, que hacía juego con mi atuendo. Cada uno llevaba un pequeño ramo en los pliegues del cuello del blazer , compuesto de ramas artificiales y dos rosas: una blanca y otra negra que claramente representaban el Angel y Satan.
Cuando me vieron, ambos quedaron en silencio, mirándome con una mezcla de sorpresa y admiración.
Ashtray, sonriendo de lado, murmuró: "Max, hiciste un buen trabajo".
Carl, con los ojos fijos en mí, se quedó sin palabras por un momento antes de romper el silencio.
Me reí, golpeando suavemente su brazo, y luego tomamos algunas fotos juntos, inmortalizando el momento antes de subirnos al auto verde que nos llevaría a la ceremonia.
