ira incontrolable

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Elettra llegó a la casa en plena madrugada, moviéndose en silencio mientras trataba de no hacer ruido. Tenía la ropa manchada de sangre, pero no era suya. Había tenido una noche intensa, desahogándose de la única forma que últimamente parecía calmarla. Quería cambiarse rápido y meterse a la cama con Fiona, esperando que nadie la viera, y que a la mañana siguiente todo estuviera en su lugar.

Mientras cruzaba la sala a oscuras, la luz se encendió de repente, tomándola por sorpresa. Se quedó quieta, sintiendo cómo el corazón le latía más rápido. Una figura familiar estaba allí, mirándola con una mezcla de sorpresa y furia. Era Carl.

"¿Por qué mierda llegas a esta hora y llena de sangre?" gritó, sin poder contenerse. "¡¿Qué carajos hiciste, Elettra?!"

Ella lo miró de reojo, tratando de mantener la calma. Estaba cansada y en ese momento lo último que quería era enfrentarse a Carl. Tomó aire, alzando la mirada con frialdad. "Eso no te incumbe, Gallagher. ¿Cómo te fue con Dominik? Me imagino que ella no te parece tan irritante como yo, ¿no?"

El comentario golpeó a Carl como una bofetada. Su rostro pasó de la ira a la confusión. "¿De qué mierda hablas?" preguntó, incrédulo, pero luego recordó. "Oh... espera. ¿Tú estabas ahí? ¿Escuchaste todo?"

Elettra sintió una mezcla de rabia y tristeza subirle por el pecho. Apretó los labios antes de responder. "Sí, Carl. Lo escuché todo. Escuché cómo le decías a Fiona que era difícil estar conmigo, que desaparezco y te irrita. No te preocupes, lo entiendo. Y lo siento, si te parezco tan irritante lo mejor es dejar todo tal y como está. Yo no necesito a alguien que esté conmigo por lástima."

La voz de Elettra temblaba levemente, pero su mirada era dura. Había dolor detrás de sus palabras, pero también determinación. Estaba cansada de estar en esa posición, de sentirse una carga para las personas a su alrededor. No iba a permitir que Carl la viera como un problema más.

Carl la miró, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. Sintió un nudo en el estómago. Sabía que había cometido un error al hablar de esa manera con Fiona, pero nunca había querido que Elettra lo escuchara, y mucho menos que lo interpretara de esa forma.

"Eso no es así, Elettra," dijo, tratando de acercarse. "Déjame explicarte."

Elettra dio un paso atrás, levantando una mano para detenerlo. "No tienes que explicarme nada. Ya lo entendí perfectamente, Carl. Si estar conmigo es tan difícil, entonces no tiene sentido que sigamos con esto. No me hagas perder más el tiempo."

Carl se quedó en silencio, viendo cómo el dolor y la frustración atravesaban los ojos de Elettra. Quiso detenerla, decirle que no era verdad lo que ella creía, que todo era mucho más complicado de lo que parecía, pero las palabras no salían. Sabía que había herido a alguien que le importaba, y en ese momento, no tenía idea de cómo arreglarlo.

Elettra lo miró una última vez, con los ojos llenos de una tristeza que no quiso mostrarle del todo, y se dio la vuelta para irse. La sangre en su ropa era lo de menos; lo que realmente importaba era el peso emocional que sentía, como si estuviera cargando más de lo que podía soportar.

(..)

Las Serpientes, los Gallaghers, Max y Alec se reunieron en el lugar de siempre, un pequeño almacén abandonado que habían convertido en su base. La atmósfera era tensa, y el aire pesado con una mezcla de preocupación y frustración. Todos sabían que algo no iba bien con Elettra, y esa noche era el momento de abordar la situación.

Max, se apoyó en la mesa de madera astillada, mirando a cada uno de los presentes. "No podemos seguir ignorando esto. Elettra está mal. Ha estado llegando a casa cubierta de sangre, drogada y con más dinero del que debería tener. Algo no cuadra."

Alec, que había estado callado hasta ese momento, asintió con la cabeza. "La he visto. A veces ni siquiera parece la misma. Desaparece por días y luego aparece como si nada. Es como si estuviera intentando ahogar su dolor, pero lo único que hace es empeorar las cosas."

Carl, que había estado mirando al suelo, finalmente levantó la mirada. "Yo... yo soy parte del problema," murmuró. "Lo sé. Hablé mal de ella a Fiona, y ahora la estoy perdiendo. Pero no puedo seguir con esto. No sé cómo ayudarla."

Fiona, siempre la más perceptiva del grupo, frunció el ceño. "No se trata solo de lo que tú hiciste, Carl. Todos hemos visto cómo ha cambiado. No podemos dejar que se autodestruya así. Necesitamos hacer algo antes de que sea demasiado tarde."

Una de las Serpientes, que había estado escuchando en silencio, finalmente habló. "¿Y qué podemos hacer? Si la presionamos, se alejará aún más. Lo que necesita es apoyo, no más críticas. Pero está tan metida en esto que no sé si podemos llegar a ella."

Max asintió. "Eso es cierto. Si la forzamos, se cerrará aún más. Necesitamos encontrar la manera de mostrarle que estamos aquí para ella, que no la juzgamos, pero que sí nos preocupamos."

La discusión se intensificó, cada uno aportando su perspectiva. Todos querían ayudar, pero nadie sabía cómo hacerlo sin que Elettra se sintiera acorralada.

Carl finalmente rompió el silencio, su voz tensa. "Podríamos intentar acercarnos a ella de una manera diferente. Tal vez invitarla a salir, a hacer algo normal, algo que la haga sentirse bien. No como un grupo que la esté vigilando, sino como amigos. No quiero que piense que estamos en su contra."

Fiona miró a Carl, sintiendo la sinceridad en sus palabras. "Esa podría ser una buena idea, pero necesitamos ser cuidadosos. Ella no confía en sí misma en este momento, y no quiero que se sienta atrapada."

Max asintió, su expresión más decidida. "Entonces hagamos un plan. Establezcamos un día para reunirnos, pero sin presionarla. La última cosa que queremos es que se sienta acorralada. Solo queremos que sepa que estamos aquí y que la apoyamos, sin importar lo que esté pasando."

La conversación continuó, cada uno aportando ideas y estrategias. Pero todos estaban de acuerdo en una cosa: no podían dejar que Elettra siguiera por este camino autodestructivo. Necesitaban actuar antes de que fuera demasiado tarde, pero haciéndolo con cuidado, amor y empatía.

 𝒮𝒶𝓉𝒶𝓃 𝑜𝓇 𝒶𝓃𝑔𝑒𝓁 - Carl Gallagher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora