romantico

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Carl había estado planeando todo con mucho cuidado, lo conocía bien y sabía que no era del tipo romántico a menudo, pero esta vez parecía realmente determinado. Lo noté en los pequeños detalles: en cómo estaba más callado de lo usual, y en cómo trataba de mantenerme distraída mientras organizaba algo en secreto. No pregunté, dejé que fluyera, intrigada por lo que fuera que estaba tramando.

Cuando finalmente me dijo que fuéramos a dar un paseo esa noche, no me sorprendió tanto, pero su seriedad me hizo sospechar que algo importante estaba por venir. Tomamos su motocicleta y nos dirigimos hacia el sur, al lugar donde nací, junto al río. El camino estaba iluminado por la suave luz de la luna llena, y el sonido del agua corriendo era hipnótico. El río siempre había sido un lugar especial para mí, un vínculo con mis raíces.

Nos detuvimos en un pequeño claro, justo frente al río, el mismo que solía visitar cuando era niña. Carl me ayudó a bajar de la moto, y nos quedamos en silencio por un momento, observando cómo la luna brillaba en el cielo, reflejándose en el agua como un espejo. El aire era fresco y limpio, y todo parecía estar en calma.

De repente, Carl se movió hacia mí con una sonrisa nerviosa. Sacó algo que había estado ocultando todo el tiempo: un ramo de rosas negras, perfectamente envueltas. Mi corazón dio un vuelco. Sabía lo que significaban esas rosas, eran símbolo de lo que éramos: oscuridad, fuerza, y un vínculo que desafiaba lo común. Eran perfectas.

Carl: "Elettra... Desde que llegaste a mi vida, todo ha cambiado. Sé que no soy perfecto, que no siempre hago lo correcto, pero contigo siento que puedo ser mejor. Quiero seguir a tu lado, quiero que esto sea oficial. ¿Quieres ser mi novia?"

La pregunta colgó en el aire, y por un segundo, me quedé en silencio, absorbiendo todo. Las rosas negras, el río, la luna llena... todo tenía un significado tan profundo, tan personal. Era Carl, en su manera intensa y directa, mostrando cuánto le importaba.

Tomé el ramo, mis dedos rozando las suaves flores, y lo miré a los ojos.

Elettra: "Claro que sí, Carl. Quiero estar contigo."

Nos besamos bajo la luz de la luna, el río siendo testigo de lo que acababa de pasar. Fue un momento nuestro, un lazo más fuerte que cualquier cosa, marcado por esas rosas negras y la promesa de lo que vendría.

Después de aceptar su propuesta, nos quedamos abrazados un rato, simplemente disfrutando del momento bajo la luz de la luna. El lugar, el río, todo tenía una atmósfera que me hacía sentir conectada con algo más grande, algo que siempre había significado mucho para mí. La luna siempre había sido un símbolo de refugio, de cambio, de misterio, y tener a Carl conmigo en ese lugar tan especial solo intensificaba lo que sentía.

Carl, aún con una sonrisa en los labios, sacó algo más de su chaqueta. Era una pequeña caja de terciopelo. Me miró con ese brillo en los ojos que me hacía sentir que lo que estaba por venir era importante.

Carl: "Tengo una cosa más para ti. Quiero que tengamos algo que nos conecte, algo que llevemos con nosotros siempre, sin importar lo que pase."

Abrió la caja y dentro había dos cadenas plateadas, brillando a la luz de la luna. En cada una colgaban pequeñas placas, una con la inicial "C" y la otra con la "E". Era simple, pero simbólico. Las iniciales de ambos, unidas, como un recordatorio constante de lo que compartíamos.

Carl: "Quiero que tengas la mía, y yo llevaré la tuya. Así, siempre estaremos conectados, donde sea que estemos."

Tomé la cadena con su inicial, sintiendo el peso en mi mano, y luego él colocó la mía alrededor de su cuello. El gesto era más que un regalo, era un compromiso, una promesa silenciosa de que, pase lo que pase, estaríamos ahí el uno para el otro.

 𝒮𝒶𝓉𝒶𝓃 𝑜𝓇 𝒶𝓃𝑔𝑒𝓁 - Carl Gallagher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora