Regreso

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Cuando Elettra finalmente abrió los ojos, el cuarto estaba en penumbra, iluminado solo por la luz tenue que entraba por la ventana del hospital. El primer sonido que escuchó fue un suspiro de alivio... y luego algo que no esperaba: un estallido de risas entrecortadas.

—¡Está viva! —exclamó Carl, sus ojos aún llenos de lágrimas, pero incapaz de contener una risa nerviosa y casi histérica. No podía creer que estuviera viendo a Elettra despierta, respirando, después de todo lo que había pasado. Max, de pie junto a la cama, se llevó las manos a la cara, intentando disimular el llanto y la risa al mismo tiempo.

Elettra parpadeó, intentando enfocar su vista, y lo primero que dijo fue:

—¿Quién se murió?

La habitación se quedó en silencio por un segundo antes de que todos estallaran en carcajadas. Incluso Lip, que había estado al borde del colapso emocional, soltó una risa seca. Max se inclinó hacia ella, limpiando una lágrima.

—¡Casi fuiste tú, tonta! —dijo Max, pero su tono era suave, lleno de alivio.

Elettra intentó moverse, pero una punzada en las costillas la hizo detenerse y fruncir el ceño.

—¡Auch! Definitivamente me siento como si hubiera peleado con un camión... y el camión ganó —murmuró, sonriendo débilmente.

Alec, que estaba de pie en el fondo, se acercó, cruzando los brazos, y dijo con una pequeña sonrisa:

—Saltaste de una torre. ¿Qué esperabas?

Elettra lo miró con una mezcla de sorpresa y diversión en sus ojos.

—¿De verdad? Bueno, al menos hice una entrada dramática, ¿no?

Ashtray, quien había estado callado y serio todo este tiempo, finalmente habló desde la esquina de la habitación.

—"Yo estoy más loca que tú, Cassidy". Eso fue lo que dijiste —recordó, arqueando una ceja.

Elettra rió entre dientes, aunque se detuvo rápidamente por el dolor en su pecho.

—Lo sigo siendo —dijo con una sonrisa pícara, aunque un poco débil.

Carl, que había estado luchando por contener su mezcla de emociones, se acercó y se sentó en la silla al lado de la cama, tomando la mano de Elettra con cuidado.

—Te juro que si vuelves a hacer algo así, te mato yo mismo —dijo en tono de broma, pero la emoción detrás de sus palabras era clara. Su voz temblaba ligeramente, aún cargada de la preocupación y el miedo que había estado sintiendo.

Elettra lo miró, apretando suavemente su mano, y le devolvió una sonrisa.

Carl soltó una risa nerviosa, y luego, con un suspiro, bajó la cabeza, sin poder contener más las lágrimas.

—No vuelvas a asustarme así, por favor.

Elettra, con más ternura de lo que usualmente mostraba, acarició su mano.

—Lo siento... no sabía que estabas tan encariñado conmigo.

Max soltó una carcajada fuerte, y Lip se llevó la mano al rostro, sacudiendo la cabeza.

—¿Alguna vez dejas de hacer bromas, Elettra? —dijo Max, entre risas y lágrimas.

Elettra sonrió, aunque estaba visiblemente agotada.

—Nah... moriría de aburrimiento si lo hiciera.

A medida que la conversación en la habitación del hospital continuaba, Elettra empezó a sentir que su humor regresaba. Pero detrás de la risa y las bromas, había una chispa de determinación en sus ojos. Después de todo, aún había cosas que necesitaba resolver, especialmente en relación con Cassidy.

Miró a Ashtray, que estaba apoyado contra la pared con los brazos cruzados, su expresión seria contrastando con la atmósfera ligera del momento.

—Oye, Ash, ¿podrías hacerme un favor? —dijo Elettra, dejando caer su tono de broma y volviéndose más seria.

Ashtray levantó la vista, curiosidad en sus ojos.

—¿Qué necesitas? —preguntó, atento.

—Quiero que llames a algunos contactos en la cárcel. Necesito que le den su merecido a Cassidy por lo que hizo. No puede salirse con la suya —dijo Elettra, su voz firme.

Los demás se miraron, sorprendidos por la frialdad de su tono. Max frunció el ceño.

—¿En serio, Elettra? ¿Eso es lo que quieres? ¿Más violencia?

Elettra soltó un suspiro, pero su mirada no vaciló.

—No me malinterpretes, Max. No estoy diciendo que quiero que le hagan daño solo por diversión. Pero ella tiene que pagar por lo que me hizo. Nadie debería tener que pasar por lo que yo pasé.

Ashtray, sintiendo la intensidad de sus palabras, asintió lentamente.

—Lo haré. Sabes que tengo contactos que pueden hacer que eso suceda.

Elettra le sonrió agradecida, pero no antes de que Carl, que había estado escuchando en silencio, se animara.

—¿Por qué no fuiste a la escuela militar, Carl? —le preguntó Elettra con una sonrisa pícara, intentando romper un poco la tensión.

Carl sonrió, pero su expresión se volvió más seria.

—Volveré a la escuela militar tan pronto como te recuperes. Eso es una promesa.

Elettra lo miró fijamente, notando la sinceridad en sus ojos.

—Solo prométeme que no te harás daño en el proceso —dijo Elettra, su tono más suave.

—Lo prometo —respondió Carl, tomando su mano y dándole un leve apretón.

Mientras la conversación continuaba, Max miraba a Alec de reojo, sintiendo que era el momento adecuado. Con un suspiro profundo, decidió que era hora de salir de la sombra de su timidez.

—Elettra, tengo algo que decirte —comenzó Max, su voz un poco temblorosa.

Alec la miró, curioso y algo nervioso. Elettra, sintiendo la tensión, sonrió, dándoles la oportunidad de expresarse.

—Lo que sea, Max. Estoy aquí para escuchar —dijo Elettra.

Max tomó una respiración profunda, buscando las palabras adecuadas.

—Sabes, todos hemos estado pasando por muchas cosas últimamente, y no puedo seguir escondiéndome. Alec y yo... hemos estado saliendo, bueno lo estamos intentando ¿sabes?—dijo Max, sintiendo que cada palabra le costaba más de lo que imaginaba.

Alec, sintiéndose un poco avergonzado, se unió a ella.

—Es verdad. Max y yo hemos estado saliendo. No quería que se enteraran de esta manera, pero... no puedo seguir ocultándolo.

La habitación quedó en silencio por un momento, todos procesando lo que acababan de escuchar.

Elettra sonrió ampliamente, la alegría y el alivio inundando su rostro.

—¡Eso es increíble! —exclamó, y los demás comenzaron a reírse, aliviados de que Max y Alec hubieran decidido abrirse el uno al otro.

 𝒮𝒶𝓉𝒶𝓃 𝑜𝓇 𝒶𝓃𝑔𝑒𝓁 - Carl Gallagher Donde viven las historias. Descúbrelo ahora