𝒮𝒶𝓉𝒶𝓃 𝑜𝓇 𝒶𝓃𝑔𝑒𝓁 - Carl Gallagher

Fiona cae bajo

Fiona había estado pasando por uno de sus peores momentos. Descubrió que su novio, con quien llevaba un tiempo, estaba casado y además tenía hijos regados por ahí. Como si eso no fuera suficiente, estrelló su auto, y para rematar, acumuló una deuda de $200,000 con el banco, lo que le impedía acceder a otros $25,000 que necesitaba urgentemente para una inversión clave. De no conseguir ese dinero, no solo perdería la inversión, sino también su crédito y, lo más importante, sus departamentos.

Esa noche, Fiona llegó a casa completamente borracha, organizando lo que ella llamaba una "fiesta". La escena era caótica, con botellas vacías y música a todo volumen. A pesar de la situación, traté de mantener la calma. Fue entonces cuando Debbie entró corriendo, visiblemente alterada, diciendo que había hecho "algo loco". Nos llevó a la ciudad, y ahí estaba: el exnovio de Fiona, desnudo, clavado en un enorme anuncio publicitario. Debbie, con una pistola de pintura en mano, no perdió tiempo en dispararle. Fiona, entre risas y lágrimas, tomó la pistola y comenzó a dispararle también, mientras él gritaba y suplicaba que lo bajaran. La situación era surrealista.

En ese momento, mientras observaba a Fiona reír y desahogar su frustración con la pistola de pintura, supe que tenía que hacer algo. Ella no podría seguir así. Así que tomé una decisión: llamé a Ashtray.

- "Ashtray, necesito que pagues toda la deuda de Fiona con el banco. $200,000, lo más rápido posible."

Ashtray, sin hacer preguntas, aceptó de inmediato. Sabía que Fiona necesitaba una salida, y estaba dispuesto a brindarle esa ayuda. Luego, fui directamente a ver al tipo de las inversiones. Cuando llegué, él me miró con esa sonrisa condescendiente que siempre me sacaba de quicio. Sin perder la compostura, le puse $25,000 en efectivo sobre la mesa.

- "Aquí tienes. La inversión de Fiona está a salvo. Asegúrate de cumplir tu parte del trato."

Él no dijo nada, solo asintió. No necesitaba más explicaciones.

Mientras los demás dormían, decidí dar el siguiente paso. Busqué las llaves del auto de Fiona, y sin hacer ruido, llevé el vehículo al taller de mis carros. Lo reparé, lo limpié, y luego lo devolví al lugar donde lo había rentado. Pero eso no era suficiente. Fiona merecía algo mejor.

Con el dinero que había ganado recientemente, compré un auto nuevo para ella. Algo lindo, algo que representara un nuevo comienzo.

Al día siguiente, cuando Fiona despertó y se dio cuenta de todo lo que había pasado, no sabía cómo reaccionar. Se quedó en silencio, mirando las llaves del auto. Finalmente, me miró, con los ojos llenos de lágrimas.

- "¿Por qué hiciste todo esto? No lo merezco..."

- "Lo mereces más de lo que crees. Todos cometemos errores, Fiona. Pero no tienes que hacerlo sola. Tienes gente que te quiere. Que te apoyará, incluso cuando tú misma no creas que lo mereces."

Nos abrazamos, y en ese momento supe que, aunque su camino todavía sería complicado, al menos ahora tenía una oportunidad de reconstruirlo.

Carl estaba trabajando disfrazado de pirata, moviendo un cartel de flecha en la calle, mientras Elettra, desde una esquina, observaba tranquila, fumando. Era evidente que el trabajo no era su fuerte, apenas sabía mover el cartel, pero su presencia bastaba para mantener a Carl con algo de ánimo. La calma se rompió cuando un grupo de chicos lo insultó y le arrojó una bebida, mofándose de su disfraz. Sin decir palabra, Elettra tomó una foto de la placa del coche de los chicos, ya pensando en cómo encargarse de ellos más tarde.

Elettra se acercó a Carl y le susurró con voz firme, pero suave:
—Tranquilo, ¿sí? Estoy aquí para apoyarte, no importa si estás vestido como alien o desnudo. Lo que sea, estoy aquí.