Mentes Caóticas

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Narra Meredith

Addie está muy tensa, intenté quedarme con ella, pero insistió en darle los resultados a Amelia cuánto antes. Sé que una detección temprana es lo mejor en casos de posible Alzheimer o demencia, pero creo que los resultados me aterran mucho más que la propia incertidumbre. No creí que fuera posible, creí que era algo que sólo habitaba dentro de la mente de mi esposa, pero verme fallando en esas pruebas básicas me hizo entender que era real, que algo estaba terriblemente mal.

Algo dentro de mí cabeza no está funcionando y debo mantenerme fuerte para evitar que mi mundo entero colapse ¡¿Cómo se supone que haga eso?!

- Hey, Mer ¿Has visto a la jefa? Tengo una posible cirugía neonatal a corazón abierto y ella es la mejor en eso - dijo Cristina, apareciendo junto a mí mientras yo deambulaba como un alma en pena.

- Addie está ocupada ahora, si quieres podemos buscar a Arizona - propuse, trayendo mi mente de regreso a la realidad.

- Arizona está en las fronteras atendiendo a niños en ruta de inmigración, se fué anoche ¿Por qué estás tan distraída? - preguntó, colocando sus manos en la cintura y observándome de pies a cabeza.

- Lo olvidé, lo siento, tengo mil cosas en la cabeza ahora, no puedo saber en dónde está Arizona las 24 horas del día - contesté, de manera cortante, ya no tengo paciencia para nadie.

- ¿Estás embarazada otra vez? - preguntó, con una ceja levantada - Porque déjame decirte que es una pésima idea, eres mi mejor amiga y te amo, pero ya están viejas para seguir teniendo bebés, no aguantaría otro embarazo de ustedes a éstas alturas de mi vida - agregó, con un gesto de horror en su cara.

- ¡Cristina! No estoy embarazada, tampoco Addison, no hay ningún bebé, sólo estoy estresada, es todo - expliqué, sacando esas tontas ideas de su retorcida psiquis.

- Qué alivio...en fin, llévame con tu esposa, nada puede ser más importante que ésto, date prisa - dijo, tomando mi brazo para que la guiara.

- Creo que está con Amelia ¿Por qué no le envías un mensaje? Yo tengo que hablar con mi cuñado para saber cómo están mis niños - dije, buscando una excusa para huír de ella, sé que si paso sólo unos minutos más a su lado, logrará descifrar absolutamente todo lo que me está pasando, no estoy lista para eso.

Me miró confundida mientras yo me iba casi corriendo para evitar más charlas. La amo, pero a veces odio que me conozca tanto, no puedo guardarle secretos a esa mujer.

Narra Addison

- ¿Por qué no puedes decirme el nombre de la paciente? ¿Es algo grave? Ahora quiero saberlo - exclamó Amelia, rogando por sacarme información.

- Amy, ella me pidió que fuera discreta, sólo dime qué opinas de los exámenes y qué debo hacer, quiero saber si es tratable, si lo detectamos a tiempo, si hay que seguir algun tratamiento, sólo busco respuestas y sé que tú puedes darmelas - estoy dejando en evidencia todo lo que siento y toda mi desesperación, pero es inevitable.

- Bien, tranquila, lo revisaré y no diré nada, pero sabes que si es grave tendrás que derivar el caso y alguien tendrá que saberlo, incluso podría ser una buena candidata para el tratamiento Grepherd, eso sería fantástico - dijo, iluminando su mente con aquella idea.

- ¿Grepherd? -

- Oh, sí, se me ocurrió fusionar el apellido Grey con mi apellido, aún no es oficial, pero lo adoro - explicó, ilusionada, sé lo importante que es para ella este proyecto.

Siempre la subestimaron y tuvo que crecer como profesional bajo la sombra de Derek. En cambio, éste proyecto tiene su huella, es algo que puede cambiar el mundo de la medicina para siempre y llevará el nombre de Amelia Shepherd. Estoy muy orgullosa de mi hermanita.

- Suena muy bien, las chicas también van a amarlo, no lo dudes, estoy muy orgullosa de tí- sujeté su mano y sus ojos se iluminaron junto con los míos.

- Te amo, te avisaré cuando tenga los resultados- me abrazó y por un mero impulso, prolongué ese abrazo por mucho más tiempo de lo normal, realmente necesitaba ese tipo de contención, guardar todo ésto es desgastante.

- Gracias, linda, también te amo - besé su mejilla y salí de allí lo más rápido que pude antes de terminar delatándome.

Corrí por el corredor, limpiando una lágrima que caía por mi mejilla, no podría soportar que alguien me viera llorar, no quiero eso, no ahora. Quería encerrarme en algún sitio para poder romperme en mil pedazos con tranquilidad, pero esa idea no se pudo concretar.

- ¡Doctora Montgomery Grey! - exclamó Cristina, corriendo a mis espaldas y haciéndome voltear.

- Yang...¿Qué ocurre? - pregunté, intentando disimular con una falsa sonrisa.

- Te necesito, debo operar a corazón abierto a un bebé recién nacido - dijo, agitada por haberme buscado en cada rincón del hospital.

- Bien...necesito un caso ahora, la vida real es abrumadora - dije, tomando aire y reprimiendo el llanto.

- ¿Quieres...hablar sobre eso? - preguntó, caminando junto a mí para ir al área de cardiología.

- No, prefiero sólo evadirlo y enfocarme en mi trabajo -

- Gracias a Dios - suspiró aliviada, agradeciendo que ambas elegimos guardar nuestros problemas hasta que explotan.

Muchos podrán decir que es algo poco saludable, pero nos funciona y no necesito escuchar un sermón ahora.

Narra Emily

Pasamos un lindo día con el tío Archer, fuimos al cine y ahora estamos disfrutando de un buen helado mientras mis hermanos juegan en el parque. Yo preferí quedarme sola como un alma en pena, esperando pasar desapercibida.

- ¿Cómo va ese corazón roto? - preguntó él, sentándose junto a mí en una banca solitaria.

- Bien...supongo, aunque extraño sus golpes en mi ventana y tener alguien a quién contarle todo lo que me pasa - expliqué, mirando a la nada, como si eso fuera a traerla de vuelta.

- Oye...sé que es duro, pero eres muy pequeña aún, eres preciosa y además tienes los genes de tu madre, romperás corazones por deporte cuando llegues a la universidad - dijo, sobando mi hombro y sacándome una sonrisa.

- Yo no soy cool como ella, soy una perdedora en la escuela, apuesto a que ella era toda una princesa popular -

Por alguna razón, eso lo hizo reír a carcajadas, como si hubiera dicho algo hilarante.

- ¡Tu mamá no era cool, y mucho menos popular! Era una nerd obsesionada con la guerra de las galaxias, tenía frenos que hacían que hablara extraño y tuve que golpear a muchos idiotas que se burlaban de ella para que no tuviera que enfrentar sus tontos insultos de adolescentes - contó, dejándome boquiabierta, jamás imaginé a mamá así.

- Ella nunca me contó eso -

- Ella nunca supo que se burlaban...a veces regresaba con golpes y mentía diciendo que me había tropezado o algo así. Ya vivía un infierno en casa, no podía permitir que también lo viviera estando en la escuela - eso estrujó mi corazón ¿Cómo alguien podría haber tratado mal a mamá? Ella tiene una de las almas más bonitas que conozco.

Luego de escuchar aquel relato, descubrí que en cierto modo, Hannah era como mi Archer, cuidándome y protegiéndome para que no tuviera que enfrentar los insultos y maltratos de la escuela...y ahora ya no la tengo.

- Ella tuvo mucha suerte de tenerte, tío - dije, sonriendo y apoyándome sobre su brazo.

- Y ahora tú me tienes, sé que Hannah ya no está para defenderte, pero ahora estoy yo, y no dejaré que nada malo te pase - me abrazó y yo me aferré a él, aguantando el enorme nudo que cerraba mi garganta.

- Te amo - susurré, con la voz partida.

- Y yo a tí, mi pequeña pelirroja -

Es la primera vez que puedo sincerarme tanto con alguien desde que Hannah se fué. Mamá y yo tenemos suerte de tenerlo, espero poder ser ese tipo de hermana mayor con mis propios hermanos, quiero ser mi mejor versión para mí familia, no puedo defraudarlos.

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Emily es una Addie chiquita

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⏰ Última actualización: Oct 29 ⏰

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