25.

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Como en cada mañana, los gemelos hacían su ritual de sentarse juntos en el sofá y disfrutar de un silencio cómodo.

Pero en cuando sus traseros tocaron la superficie blanda, soltaron quejidos bajos.

Ambos se pusieron rígidos y se miraron con sorpresa.

—¿Se supone que quiero saber qué fue eso? —inquirió Beatrice, arqueando una ceja.

—Misma pregunta...

—Tú primero.

Piero se removió haciendo una pequeña mueca incómoda.

—Anoche me acosté con Antonio. —Beatrice hizo un gesto aburrido, indicándole que ese dato ya lo sabía—. Yo fui el de abajo.

Eso sí que sorprendió a su gemela.

—¡Le diste el culo!

—Sí... fue algo agradable, pero ya tengo claro que ser pasivo no es lo mío. —Descartó con fastidio.

—Eso está bien, no todo están hechos para recibir. —Se encogió de hombros—. Yo no tengo opción, siempre seré pasiva. —Una sonrisa estiró su boca—. Pero soy dominante.

—Supongo que el dolor en el culo fue también por un acto dominante, ¿no? —Ella le dio un coscorrón.

—No te burles, y sí, yo dominé.

Se jactó con sorna.

Más tarde fueron atacados por la compañía de María y toda su luz de perra. Antonio y Martín los acompañaban como fieles amigos que eran.

María había acosado a su hermano Antonio hasta el punto de hacerlo soltar toda la sopa de sus noches de pasión... gay.

Ella chillaba y anotaba todo, alegando que su libro sería la obra y sensación del año.

También los incitaba a follar más seguido. Era igual a su madre con la boca suelta y descarada hasta el alma.

Era divertido pero exasperante tanta insistencia.

—Deberías apresurarte y hacer algo para bajarle la calentura. —Beatrice empujó a Martín con el codo—. Sé que quieres hacerlo.

Martín enrojeció y bajó la voz.

—Jamás deshonraría a María, no solo por respeto a sus padres, sino porque no es así como me educaron.

—¿Entonces esperarás a que sea mayor de edad?

—Sí.

Abrió los ojos con sorpresa cuando se vio descubierto. Beatrice comenzó a reírse y le palmeó la espalda.

—Tranquilo, no te estoy reprochando nada, solo que tengas cuidado. María ya está bastante colada por ti, así que asegúrate de que si vas a dar ese paso con ella, sea porque también la quieres y estás dispuesto a tomar la responsabilidad. María podrá ser lanzada y descarada como su madre, pero también es tradicional como su padre en algunas cosas.

—Lo sé. No le haré daño ni apresuraré las cosas con ella. María es especial para mí.

—Tu mirada lo dice todo. María no es la única colada después de todo.

Martín rodó los ojos antes de soltar una risita y empujar a Beatrice de forma juguetona.

Piero estaba distrayendo a Antonio a propósito para que Martín y María tuvieran un momento a solas, inocentemente.

Él era bastante celoso de su hermanita. Mientras Piero lo alejaba, Beatrice cuidaba de que nadie molestara a la parejita no oficial para que interactuaran y llegaran a un acuerdo.

RETORCIDA SANGRE (Ese Es El Trato 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora