Insecurity

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Pov Carolina

Me desperté con el sol entrando débilmente por las ventanas. La sensación de vacío seguía ahí, como un nudo en el estómago que no se iba. Anoche había sido horrible, y aunque apenas había logrado dormir, todo en mí gritaba que tenía que intentar hablar con Ale otra vez.

Miré mi teléfono, esperando alguna señal de ella, pero nada. Después de un momento de duda, respiré profundo y le escribí.

"Buenos días, Ale. ¿Podemos hablar hoy? Sé que las cosas no están bien entre nosotras, y de verdad me gustaría arreglar esto. Estoy aquí para ti. "

No pasaron ni dos minutos cuando su respuesta apareció en la pantalla.

" ¿Puedo ir a tu apartamento?"

Al leer sus palabras, sentí que el corazón me daba un vuelco.

"Claro, ven cuando quieras."

respondí rápidamente, y me quedé esperando, un poco ansiosa pero también aliviada de que ella estuviera dispuesta a hablar.

Pasaron unos minutos que parecieron horas. Cuando escuché el timbre, mi corazón empezó a latir más rápido.
Cuando abrí la puerta y vi a Ale parada ahí, con los ojos cansados y el rostro serio, supe que no iba a ser una conversación fácil. Había tanto entre nosotras ahora, una tensión que solo el cansancio y los días de conflictos podían crear.

-Hola- dije suavemente, intentando no dejar ver la mezcla de nervios y tristeza que llevaba adentro.

Ella apenas me miró antes de responder:

-Hola, Caro -murmuró. Hubo un silencio incómodo, hasta que finalmente dijo-. Perdón por cómo te hablé anoche. No estaba bien, yo solo... me sentí superada.

-Lo sé -respondí, intentando no mostrar el alivio que sentía al escuchar su disculpa- Pero no tienes que cargarlo todo sola, Ale. Me tienes a mí, y a tus hermanas, a la banda... No quiero que sientas que tienes que enfrentar todo esto por ti misma.

Ale suspiró, y pude notar cómo evitaba mirarme a los ojos.

-Es que siento que no me entiendes, Caro -dijo al fin, su tono algo defensivo- Es fácil decir que todo va a estar bien, pero no eres tú quien recibe esos comentarios todos los días, ni quien se cuestiona todo el tiempo si es lo suficientemente buena...

-¿De verdad crees que no me afecta? -la interrumpí, sintiendo que mi voz temblaba un poco- Ale, lo que te pasa también me duele a mí. Y claro que veo todo lo que haces, lo talentosa y fuerte que eres. Pero si te sigo diciendo que no eres suficiente, no es porque no quiera ayudarte, es porque quiero que creas en ti misma.

Ella cruzó los brazos, visiblemente molesta, pero no se fue. Nos miramos en silencio, cada una tratando de entender a la otra.

-Entonces, ¿por qué parece que siempre quieres arreglarme? -dijo ella, su voz más suave, pero con un tono de frustración- A veces siento que estás esperando que yo sea una versión ideal de mí misma, y eso no es justo, Caro.

Sus palabras dolieron, pero respiré profundo para no dejarlas escalar.

-No quiero arreglarte, Ale -le dije, con voz firme- Solo quiero verte feliz, verte bien. Si estás sufriendo, yo estoy aquí para ayudarte. Pero no quiero que te escondas de mí o te guardes todo hasta que explotes.

Ale apretó los labios, como si estuviera debatiendo si seguir discutiendo o no. Al final, miró al suelo y susurró:

-A veces siento que soy un desastre, que no merezco todo lo bueno que tengo, incluyendo a ti.

Promise - Alejandra VillarrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora