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Pov Caro

La tarde estaba perfecta. Ale y yo habíamos decidido tomarnos un respiro y disfrutar de un café en nuestro lugar favorito. La ciudad siempre tenía ese encanto cuando comenzaba a caer el sol, pero lo que realmente me fascinaba era cómo Ale brillaba bajo esa luz tenue. Su risa llenaba el ambiente, y por un momento, olvidé todo lo demás. Solo estábamos nosotras dos, compartiendo ese instante.

De repente, el ambiente cambió. Sentí una presencia que no era bienvenida, y cuando alcé la vista, lo vi. Anthony. Caminaba hacia nosotras, y en cuanto noté la expresión en su rostro, supe que no venía con buenas intenciones.

Ale también lo notó. Su risa se cortó en seco y se tensó. Yo solo podía sentir el enojo creciendo dentro de mí, pero decidí esperar. Tenía que ver a qué venía este idiota.

-¡Alejandra! ¿De verdad así me dejas? ¿Así se termina todo entre nosotros? ¿Sin una explicación, sin una palabra? ¡Te largas con ella y me dejas como un imbécil!- Le gritó.

Su tono era acusatorio, y aunque me hervía la sangre, traté de mantenerme tranquila, por ahora. Ale estaba sorprendida, pero también molesta. Podía verlo en su rostro.

-Anthony, lo nuestro ya no funcionaba. Lo sabes. No puedes venir aquí a reclamarme algo que se acabó hace meses. Tú fuiste quien- Ale se interrumpió, su mirada titubeó un segundo, pero luego volvió a fijarse en él - tú me fuiste infiel. No me vengas con reclamos.

-¿Infiel? Por favor, Ale. ¿Eso es lo mejor que puedes decir? Fue un error, uno insignificante, pero tú te aferraste a eso como si fuera el fin del mundo.

Mi paciencia llegó a su límite. Este tipo, que había engañado a Ale, tenía la osadía de minimizar lo que hizo y además venir a hacernos una escena pública. Me levanté lentamente, pero con determinación. No pensaba quedarme callada.

-¿Un error insignificante? ¿Eso es lo que eres, Anthony? ¿Un imbécil incapaz de asumir la responsabilidad de lo que hizo? La engañaste. No fue un error, fue una traición. Y ahora vienes aquí a reclamar, como si tuvieras algún derecho. Y no tienes ninguno.

-¡Cállate! Esto no tiene nada que ver contigo, Carolina. Tú no estuviste ahí, no sabes lo que pasó entre nosotros.

-Sé más de lo que crees, Anthony. Sé que mientras tú estabas besando a otra, Ale se estaba rompiendo, preguntándose qué hizo mal. ¿Y sabes qué? No hizo nada mal. El problema siempre fuiste tú.

Anthony me miraba furioso, pero yo ya había pasado el punto de preocuparme por sus reacciones. Lo veía por lo que era: un cobarde. No le importaba Ale, solo le importaba su ego herido. Ale se quedó en silencio a mi lado, aún algo desconcertada por la escena, pero yo sabía que no podía dejar que esto se quedara así.

-¿Ah, sí? ¿Y tú qué? ¿Crees que porque ahora está contigo todo es perfecto? ¡No te engañes! Ale siempre vuelve. Siempre vuelve a mí.

Eso fue la gota que colmó el vaso. Sentí una oleada de rabia que me invadió por completo. Di un paso hacia él, hasta quedar a escasos centímetros de su rostro, mirándolo directamente a los ojos.

- Vuelve a ti... ¿de verdad crees eso? Mira, Anthony, lo que pasó entre tú y Ale terminó. Y lo que tú creas que va a pasar, no tiene nada que ver con la realidad. ¿Te duele? Claro. ¿Te lo mereces? Absolutamente. ¿Sabes por qué? Porque mientras tú estabas demasiado ocupado haciéndola mierda, yo estaba aquí, a su lado, demostrándole lo que realmente significa amar a alguien. Algo que, claramente, tú jamás entenderás.

-¡Tú solo la estás usando! ¡No eres mejor que yo!

-¿En serio? ¿Eso es lo que piensas? Ale no necesita que la use nadie, mucho menos yo. Si está conmigo es porque lo eligió. Porque eligió algo mejor. Y no, no me refiero a "mejor que tú" porque eso sería insultante para mí. No, lo que Ale eligió fue alguien que la respeta y la ama de verdad. Algo que tú jamás pudiste darle.

Promise - Alejandra VillarrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora