I need you

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Pov Paulina

Cuando llegué a casa, una sensación de pesadez se instaló en mi pecho. Había pasado el día con Caro, intentando ofrecerle consuelo y apoyo, pero la sombra de la tensión entre ella y Ale seguía presente. A pesar de que había disfrutado de nuestra conexión, no podía evitar pensar en cómo se sentía Alejandra.

Al entrar, noté de inmediato la atmósfera. Ale estaba sentada en el sofá, con la mirada perdida en el vacío. Su rostro reflejaba un dolor que me desgarró el corazón. Me sentí culpable por no haber estado allí para ella, pero al mismo tiempo, sabía que Caro necesitaba mi apoyo. Sin embargo, no estaba lista para lo que vendría.

- Hola -dije, intentando romper el silencio que impregnaba la habitación.

Dany y Ale me lanzaron miradas frías. La tensión se palpaba en el aire, y una ola de confusión me golpeó.

- ¿Qué haces aquí? -preguntó Dany, cruzando los brazos con una actitud defensiva.

- Vine a ver cómo estaba Ale. Lo menos que puedo hacer es preocuparme por mi amiga -respondí, tratando de mantener la calma.

- ¿Tu amiga? -Dany replicó, la indignación evidente en su voz-. ¿Y qué pasa con tu hermana? Porque parece que te preocupas más por Caro que por Ale.

Mi corazón se hundió. Sabía que Dany estaba dolida, pero no era justo que me atacara así.

- No es justo, Dany. Caro está sola en esto, necesita apoyo, y yo estoy aquí para eso. -Sentí que mi voz se alzaba, la frustración acumulándose dentro de mí.

- ¿Y qué? ¿Ale no importa? ¡Ella también está sufriendo! -Dany gritó, y pude ver que sus emociones estaban al borde.

- ¡No estoy diciendo eso! -exclamé, sintiéndome atrapada entre dos fuegos. -Solo que Caro ha estado lidiando con mucho y no quiero que se sienta sola en esto.

Ale se quedó en silencio, sin decir una palabra. Su mirada seguía fija en el suelo, y eso solo aumentaba mi preocupación. No podía entender cómo había llegado a este punto.

- Tal vez si hubieras pensado en Ale antes de ir con Caro, no estaríamos en esta situación -Dany disparó, su tono hiriente me golpeó como un puño.

- Eso no es justo -respondí, incapaz de contener mi indignación- tampoco puedo ignorar a alguien que necesita mi ayuda.

Ambas respiramos pesadamente, la tensión en la habitación crecía, y la angustia de Ale era palpable. Quería que supiera que me importaba, que estaba aquí para apoyarla, pero Dany estaba cegada por la frustración.

- ¡No puedes seguir ignorando lo que le pasa a tu hermana! -Dany lanzó la frase como una bomba, y sentí que mi corazón se rompía más.

- No estoy ignorándola -grité, sintiendo que la impotencia comenzaba a dominarme. -Pero no puedo dejar de ser amiga de Caro solo porque tú no estés de acuerdo.

El silencio se apoderó de la sala. Me giré hacia Ale, esperando que dijera algo, cualquier cosa. Pero seguía en su mundo, completamente atrapada en su tristeza. Mi frustración aumentó, y en ese instante, supe que esta batalla no solo era sobre mí y Dany, sino también sobre Ale y sus propias inseguridades.

Era evidente que las cosas no podían seguir así. Había que encontrar una manera de reparar el daño, de sanar las heridas. Pero el camino se veía complicado, y no sabía si estaba lista para enfrentarlo.

[...]

La noche había caído sobre la casa, y aunque las luces estaban encendidas, la atmósfera seguía siendo pesada. Me senté en el sofá, nerviosa, mientras miraba hacia la habitación de Ale. Sabía que debía hablar con ella, debía disculparme y, sobre todo, hacerle entender que mi intención nunca había sido lastimarla.

Promise - Alejandra VillarrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora