•|CAPÍTULO 16: LA PEQUEÑA GRACE.

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Adelaine

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Adelaine.

Trato de mantener mi atención en la pantalla que me muestra la carrera en el espacio privado que nos han creado al haber llegado a Mónaco. Bajo nosotros los gritos eufóricos no cesan en lo absoluto y, por más que deseo estar en calma, no puedo.

Me siento observada y nerviosa. Sin embargo, dejó aquello de lado y me centré en que Christine está inmersa en una conversación nada silenciosa con la familia real de Mónaco. El pequeño Louis me sonríe desde su sillita mientras pica algo de fruta fresca.

Dios, ¿cómo es que planeen matrimonios entre dos personas que ni siquiera cumplen los diez años aún? ¿Por qué siguen vigentes estas ofuscadas tradiciones?

—Adelaine linda—me llama la reina con una enorme sonrisa y eso causa que un enorme hoyo se instale en mi estomago.

Me incorporo sosteniendo el cuerpo liviano de Grace tras haberse quedado profundamente dormida en mis brazos a los quince minutos de que la carrera comenzará. Le acomodo la pequeña gorra para cubrirla del sol.

Uno de los chicos de servicio rápidamente me acomoda otro lugar para sentarme junto a ellos y el suspiro que deseo dejar salir lo reprimo porque en estos momentos, estoy frente a tres reyes que santo dios, son tan intimidantes.

—Estábamos hablando que Marc es un papá muy sobreprotector con Grace—dijo ella, mientras se llevaba un aperitivo a los labios.

Una pequeña sonrisa tiró de mis labios.

—Es su única hija, su mini versión en pocas palabras—mencione—, creo que es lógico que sea así con ella. Es su princesa.

—Cuando tengan más niños eso cambiará—añadió Lucil, la madre de Louis.

No lo creo en lo absoluto.

—Bueno, eso ya lo veremos en algunos años más—me apresure a responder.

Ni siquiera he pensado en eso. 

¿Marcus querrá más hijos? ¿Me lo dirá en algún momento?

—En eso la Duquesa tiene razón—Lucil me sonrió—, todavía tienen mucho tiempo para que los futuros herederos reales lleguen, todo a su tiempo.

Le devolví la sonrisa y me estire a tomar una de las limonadas con cuidado de no despertar a la niña. Scarlett pidió estar con Trevor en la cabina con él y es algo que no le pude negar, mucho menos que también trajeramos al perro.

Incluso hemos descubierto que Levy tiene a sus propios fans, lo que es un poco raro y a la vez tierno, y se que eso emociona mucho a Scarlett.

—Me alegra saber que hemos acordado que tanto como Louis y Grace se estarán viendo para que se conozcan más adelante.

Me atreví a mirar al niño rubio de ojos claros.

—Yo creo que aún hay tiempo—trate de sonar lo más calmada posible.

ANACRONÍA. | 𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 𝗜 & 𝗜𝗜 «𝗕𝗢𝗥𝗥𝗔𝗗𝗢𝗥 𝗦𝗜𝗡 𝗘𝗗𝗜𝗧𝗔𝗥»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora