FINAL

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TAEMIN

-BIENVENIDOS TODOS A LA NOCHE SLAM! —La anfitriona habitual saltó a la plataforma elevada que hacía las veces de escenario, con el único foco siguiéndola—. Ya tenemos a nuestros jueces para esta noche, pero aún quedan un par de plazas libres para los slams, así que apúntense en la barra si quieren compartir con nosotros esta noche. Primero, hagamos algo de ruido por Irene.

El público aplaudió y vitoreó a Irene cuando subió al escenario.

Estaba dispuesto a escuchar poemas que no fueran mis propias páginas de desamor. Algo con rabia estaría bien, pero estaba abierto a cualquier cosa. No quería quedarme sentado en mi habitación deprimido o esperando en secreto otro allanamiento de MinHo. No tenía sentido siquiera pensar en una segunda oportunidad cuando lo había rechazado por completo.

Pero cortar era lo mejor. Tenía que centrarme en los estudios y en averiguar qué quería para mi futuro. No necesitaba pensar en los ojos oscuros de alguien o en la confianza que tenía en mí mismo.

Algún día, MinHo sería un parpadeo en mi memoria, sólo un momento divertido y salvaje en el tiempo al que no estaba vinculado emocionalmente de ninguna manera. Un día, pensar en él no me dolería tanto. Olvidaría toda la preocupación que tenía por no haberle dado una segunda oportunidad.

Después de todo, me había mostrado su verdadera cara. Por muy sincero que pareciera, por mucho que quisiera creer en sus disculpas...

Esto era lo mejor, ¿verdad? Y se suponía que el tiempo lo curaría... ¿no?

Entonces, ¿por qué estaba aquí sentado con las tripas revueltas como si fuera yo el que hubiera metido la pata de alguna manera?

Di un largo trago a mi refresco y traté de concentrarme en lo que decía Irene. Algo político, exactamente el tipo de cosa que me sacaría de mis casillas. Si tan sólo consiguiera prestar atención.

Terminó su pieza y se presentó el siguiente artista, esta vez un tipo mayor con una actitud que prometía algo divertido. Y furioso.

—¿Está ocupado este asiento? —susurró un hombre por encima de mí, y yo negué con la cabeza, sin prestar atención al recién llegado. No me di cuenta de quién era hasta que se sentó a mi lado, apretándose en el borde del pasillo. Su colonia me llenó la nariz y el corazón se me paró en seco.

—¿MinHo? —dije, con la incredulidad haciendo que mi voz subiera una octava o dos mientras él esbozaba una sonrisa y se llevaba un dedo a los labios.

—Shh... —Señaló al escenario—. Están a punto de empezar.

Se volvió hacia el escenario como si el hecho de estar allí, sentado en el Café de los Poetas, fuera algo habitual para él. No algo que yo le hubiera impuesto durante su falsa cita conmigo.

Kangta, el siguiente artista, saludó al público, pero yo no podía apartar los ojos de MinHo. ¿Qué planes ocultos tenía esta vez?

—¿Qué haces aquí? —dije en voz baja, con los ojos clavados en el atractivo perfil de MinHo.

No, atractivo no. Arrogante.

Su perfil arrogante y cercano a la perfección.

Maldita sea.

No me miró, sino que se centró en el artista.

—Oh, sólo pensé en tomar un poco de poesía para la noche.

—Pensaste... ¿Qué? Esto no es lo tuyo —protesté, mis palabras salieron un poco más alto de lo que pretendía.

MinHo no podía estar aquí. No en mi espacio, un lugar al que había ido para escapar de él.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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EL PRÍNCIPE DE GANGNAM-GUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora