Capítulo siete ꗃ Santa Marta, Colombia ꗃ 24 de Diciembre del 2023
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Salí del local con algunas cosas para la decoración navideña de esta noche y por supuesto, las cajitas de los regalos. Vi a Ángel con una cara de aburrimiento que me hizo reír.
- ¿Ya nos vamos? - preguntó, pareciendo un niño con esa actitud.
- Pa' que me acompañas si te vas a estar quejando - dije, sonriendo.- Párate, que ya tengo todo para la decoración. Es más, ayúdame con estas bolsas
Ángel me tomó de la mano y cogió algunas bolsas que tenía en mi otra mano, quedando con esta libre.
A pesar de la fama de Ángel, casi nadie lo reconocía aquí, y eso me hacía sentir aliviada. No teníamos que ser tan discretos como lo éramos en Puerto Rico. En cambio, aquí Ángel podía andar sin el ski mask, solo con las gafas de sol que comúnmente se ponía.
Me sentí agradecida por la tranquilidad que nos brindaba este lugar. Podíamos caminar por la calle sin que nadie nos reconociera, sin que nadie nos pidiera autógrafos o selfies. Solo éramos una pareja más, disfrutando del día.
Al llegar al carro, nos subimos corriendo y dejamos las bolsas de las compras en la parte trasera. El sol hacía un calor agobiante, a pesar de ser tarde, y me estaba volviendo loca.
Amarre mi pelo y me eché fresco con la mano, literalmente estaba sudada.
- Prende el aire, Ángel, me estoy muriendo - dije, exasperada.
Este me dedicó una mirada junto a una sonrisa socarrona.
- ¿Qué me ves? - pregunté, rodando los ojos.- Prende esa vaina, mijo
- Acho, pero que linda te ves así, mi amor, to'a sudada.- ¿Y a este qué bicho le picó?
Finalmente, Ángel prendió el aire acondicionado y cogió rumbo hacia la casa. Me sentí aliviada al sentir el fresco aire en mi piel.
- Gracias, mi amor - dije, sonriendo.
- De nada, mi muñequita. Siempre para servirte.
Me acomodé en mi puesto y dirigí mi mirada hacia mi teléfono, en el cual ya estaban llegando múltiples mensajes de Gia. Abrí su chat y me tapé la boca al ver dos fotos. Estaba en shock: mi hermana embarazada.
- ¿Qué ves? - preguntó Ángel al ver mi expresión.
- Na', un chisme viejo de Beelé - intenté responder con indiferencia.
- Gran excusa la tuya, Paula - dijo Ángel, captando directamente mi mentira. - Te has puesto bien embustera, Paula.
Me reí y traté de cambiar de tema.
- Andas loco, nene. Estamos bien, no voy a pelear - dije.
- ¿Quién está hablando de pelea? Yo estoy bien - respondió Ángel, aunque su tono de voz no me convenció del todo.