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Capítulo diecinueve
Maratón 4/5
07 de Marzo del 2024
Morovis, Puerto Rico

-Acho, esta combinación está bien rica- dijo Ángel, entrando con un bowl lleno de fruta en el cuarto

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-Acho, esta combinación está bien rica- dijo Ángel, entrando con un bowl lleno de fruta en el cuarto. Era un antojo que había pedido. Estábamos disfrutando del fin de semana y, más aún, porque se iba a Miami la semana siguiente. Me ponía triste, sí, pero me daba la oportunidad de hacer mis vueltas sobre la nueva casa.

-Rica le queda corto- dije, quitándole el bowl de las manos. Era un fin de semana perfecto: cero estrés, cama limpia, serie nueva y Ángel en casa. ¿Qué más podía pedir?

Ángel se acomodó junto a mí en la cama, haciendo que yo pasara mi pierna por su cintura mientras comía las frutas que él había picado. Ángel pasó su mano por mis piernas, las cuales estaban descubiertas, solo tenía la panty debajo de la camiseta que llevaba de Ángel. Me sentí cómoda y relajada en su compañía.

Si así eran nuestros fines de semana, ya me imaginaba despertar con nuestro bebé. Me hacía ilusión tener una familia y, ahora que esa ilusión estaba vuelta realidad, solo me imaginaba el futuro. Sentía las ansias de tener a mi bebé aquí, de verlo crecer y de compartir momentos como este con él.

-Si así son los fines de semana, dígame cuándo tendremos al bebé- dije, rascándole la barba, que tenía más abundante, parecía un pordiosero.

-No me la toques así, mami, me da risa- dijo, acomodándose los lentes.

-Qué lindo tú te ves con esos lentes, Ángel Yamil- dije, subiéndome encima de él y haciendo que este pasara sus manos por mis caderas.

-Linda te ves tú, preñada de mí- dijo, pasando su mano por el vientre que estaba grande, muy grande.

Sonreí mirándolo, estaba enamorada de Ángel. El embarazo me ponía las emociones y sentimientos a tope, y sinceramente, una de esas era el amor. Me gustaba mucho esta sensación.

Mi teléfono vibro sobre la mesita de noche haciendo que quite mi mirada de ángel y haga un esfuerzo por alcanzarlo, lográndolo al instante.

El teléfono se desbloqueó mediante el Face ID, lo que me permitió ver el mensaje desde la barra de notificaciones. Había dos mensajes: uno del consultorio de Natalidad, recordándome mi próxima cita el once de marzo, y otro sobre la casa que había estado averiguando en Morovis.

-"Buenas tardes, señora Paula. Estamos encantados de comunicarnos con usted sobre esta maravillosa casa y estamos agradecidos de saber su interés por ella. Este dieciocho de marzo, a las tres y media, estaremos en nuestras oficinas dispuestos a atenderla. La esperamos con muchas ansias".-

Mis ojos se iluminaron al leer el mensaje. Ciertamente, me habían dicho que múltiples personas habían visitado la casa en varias ocasiones, y Celyz me había comentado que, según ella, la casa ya tenía dueños. Por lo tanto, era un alivio sentir y ver que había cierta oportunidad de comprarla.

BABY MOMMA; Hades66Donde viven las historias. Descúbrelo ahora