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Capítulo veintisiete
12 de Junio del 2024
Morovis, Puerto Rico

Me di media vuelta en la cama, tenía noches en las que no podía dormir, no porqué no quisiera, sino porque me sentía inquieta, incómoda y sobre todo enérgica, aunque mis ojos dijeran lo contrario por las leves ojeras que tenía

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Me di media vuelta en la cama, tenía noches en las que no podía dormir, no porqué no quisiera, sino porque me sentía inquieta, incómoda y sobre todo enérgica, aunque mis ojos dijeran lo contrario por las leves ojeras que tenía. Sentí cómo mi estómago rugió y mi mente solo pensaba en una cosa: helado de macadamia con maní y fresas. Suspiré y giré mi cuerpo para ver a Hades dormir plácidamente. No hacía mucho que había llegado a casa después de participar en un toque en Ponce.

Mi mano bajó hacia mi barriga ya grande, acariciándola, sintiendo cómo mi bebé se movía en ella. Hice un puchero y volví a rodar en mi cama. Ahora más que nunca, no había una posición cómoda para mí; todas me aburrieron, y la única que más o menos amortiguaba mi necesidad de sentirme cómoda era ponerme de medio lado. Pero ya me estaba empezando a fastidiar.

- Angel- dije escuchando como me respondía con un "mmhmm"- ¿estas despierto?

- ¿Que tienes? ¿El nene va a nacer?- se levanto esta vez alarmado haciendo que yo ría

-No.... -dije volviendo a suspirar, sintiendo cómo él acomodaba una de sus manos en mi barriga y la sobaba.- tú nene tiene hambre

-Dile al nene que se espere hasta más tarde, amor -respondió, lo que me hizo rodar los ojos.

-Quita tus manos de mí entonces -dije molesta ante su respuesta, sintiendo cómo se reía.

- No te encabrones, mi amor

- Cómo quieres que no coja rabia si me dices una vaina así -pregunté, retirando con brusquedad su mano de mi barriga y sentándome en la cama-. Yo misma me busco mi comida.

Me paré de la cama, coloqué mis chancletas y caminé directo hacia la salida del cuarto, dejando a Hades atrás. Bajé las escaleras con sumo cuidado, prendiendo los focos del pasillo a mi paso, hasta llegar al pasillo que daba a la puerta principal. Cogí mis llaves y la de la guagua, pero antes de que pudiera hacer algo, sentí cómo Hades me las retiraba de las manos.

-Diache, mami, cálmate -dijo con una sonrisa-. Ya te lo compro.

-¿Qué es lo que me vas a comprar para ver? -cuestioné, cruzándome de brazos y esperando una respuesta.-Viste que no sabes, dame mi llave -respondí con un tono un poco molesto.

-Acho, mami, cálmate. Yo te compro lo que tú quieras, pero estos ajetreos a las tres o cuatro de la mañana están cabrones -dijo, dándome un pequeño sentimiento de lástima. Sabía que, debido a mi embarazo, los antojos se habían intensificado y a esas horas de la madrugada me entraba una hambre insaciable, lo que hacía que Hades siempre se despertara para cumplir con mis caprichos.

Me miró con una mezcla de diversión y resignación, y yo no pude evitar sonreír un poco ante su expresión. Sabía que estaba cansado, pero mi hambre era más fuerte que su sueño.

BABY MOMMA; Hades66Donde viven las historias. Descúbrelo ahora