Capítulo veintidós ꗃ 29 Marzo del 2024 ꗃSan Juan - Morovis, Puerto Rico
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Las estanterías de ropa para bebé estaban repletas. Me pasé por la sección de niños, mirando cada prenda con detenimiento. Eran muy bonitas. Una parte de mí se aferraba a la idea de que mi bebé sería niño, pero profundamente quería una niña, que se pareciera a mí y que tal vez saliera con el pelo rojizo de Hades. Me parecía que se vería muy bella.
- Esto es todo lo que necesitamos por el momento - anunció Sol, colocándose a mi lado con algunas verduras en bolsas.
- Aquí está la lista y según lo que dice trajiste todo lo indicado- dije, tomando con mis manos un chupete color neutro muy lindo -. Aún falta pasar por la farmacia para comprar las vitaminas y el ácido fólico que me recomendó la obstetra.
- Tú quieres que sea niño, ¿verdad? - preguntó Sol, a lo que asentí.
- Pero una niña también estaría bien - contesté sonriendo, colocando el chupete en el carrito -. Amaría a mi bebé de ambas formas, si saliera niño o niña. Es mi baby. Además, tengo que ir comprando algunas cositas de colores neutros antes de que se sepa el género del bebé.
- Qué tal si terminamos de comprar y después nos devolvemos a comprar cositas para el baby - sugirió Sol, a lo que asentí. Lo importante era salir de todo ahora mismo y más cuando ya se estaba acercando la fecha del Gender Reveal. Aún faltaba comprar mi vestuario, porque prácticamente ya había entregado todas las tarjetas de invitación junto al código de vestimenta. Solo faltaba yo y Ángel.
- Llevemos esto a la casa y nos devolvemos nuevamente. Tengo que comprar el traje de Hades y mis sandalias, junto a eso tal vez nos pasemos por el spa - dije, emprendiendo camino hacia la caja registradora que gracias a Dios, estaba desocupada. Empecé a colocar las compras en la caja con la ayuda de Sol. Con todo ya empacado, pagué y cogimos rumbo hacia el carro. Montamos todo en la parte trasera y emprendimos camino hacia lo que es ahora mi nueva casa.
Bajé del carro y saqué mis llaves de la cartera, encajándola en la cerradura y abriendo la puerta.
- Déjalas en el mesón mientras que subo y me pongo otras sandalias más cómodas - dije, subiendo con cuidado las escaleras. Además de cambiarme las sandalias, me urgía ir al baño. Esto de tener a un bebé que está cada vez más grande me limitaba muchas cosas, y esa era la poca resistencia en caminar y la falta de oportunidad de llegar al baño.
Llegué a mi cuarto y tiré mi cartera en la cama, yendo directamente al baño, mientras subía mi vestido y hacía mi necesidad.
Mi vestimenta había cambiado abruptamente. Más que nada, pasé de usar ropa pegada a holgada. Prácticamente me basaba en vestidos, algunos pegados y otros largos, para no dejar pasar mi amor por los vestidos largos. También usaba moms jeans y camisas overzices, junto a eso que ahora usaba sandalias para todo.
